¡Pretenden imponer la sharia en Europa! Absurdo, pensábamos que al menos entre nosotros, los occidentales, las guerras religiosas habían quedado sepultadas bastante antes del siglo XX, pero han vuelto a aparecer a principios del siglo XXI, como si hubiéramos vuelto al siglo XI. Un retroceso a la oscuridad del profundo medioevo de 900 años atrás.»
Amos Oz es un luchador. Escritor, defensor a ultranza de la libertad de pensamiento, fundador de Paz Ahora en la época de la invasión israelí al Líbano en 1982, no vacila en demostrar el mismo entusiasmo, ya sea por el diálogo con el mundo árabe como para defender lo que denomina «la libertad de ironizar sobre las religiones, incluyendo la religión musulmana».
-¿Publicaría la caricatura danesa «inculpada»?
-No veo que haya problema. En ese punto deberíamos estar atentos a las consecuencias de la censura. Y en particular porque todo este asunto no se trata en realidad de la santidad de la religión ni de la dignidad del profeta Mahoma. Es más bien un ataque intolerante del fanatismo y de la violencia. Todos somos víctimas de un ultimátum lanzado por fanáticos.
-Otro escritor israelí, Avraham Yehoshua, ha criticado en una entrevista la publicación de la caricatura, en nombre de la coexistencia pacífica. ¿Qué opina usted?
-Querría preguntarle a mi amigo Yehoshua si aquí, en Israel, queremos censurar todo lo que hiere los sentimientos de los hebreos ortodoxos. Pero no se trata tan sólo de un tema de sensibilidad religiosa, porque son valores sagrados los que no pertenecen a la fe. Por ejemplo, para una feminista el cuerpo de una mujer es sagrado y una publicación con desnudos femeninos representa una suerte de sacrilegio. Los fanáticos no sólo quieren proteger lo que para ellos es santo, sino que además pretenden imponerle al resto ese mismo criterio de santidad. Es la lógica de la dictadura, el triunfo del totalitarismo.
-Entonces ¿nada de censura?
-Si alguien decidiese publicar un periódico que no ofendiera a nadie, la publicación tendría que limitarse al pronóstico meteorológico. E incluso así, siempre alguien objetaría las predicciones.
-La Santa Sede ha definido la ilustración en cuestión como una «provocación inaceptable».
-La historia de la crucifixión de Cristo es considerada por muchos judíos como una provocación directa, que ha alimentado el antisemitismo durante dos mil años. El hecho de que muchos judíos consideren a Jesús como un simple hombre hijo de hombres es una provocación para muchos cristianos. Cada religión representa una provocación para las otras religiones. La vida está colmada de provocaciones. La manera de enfrentar esa provocación es superarla, no censurarla. Y si alguien se ríe de uno, te conviene hacer lo mismo con los de él. Se puede responder a la ironía con ironía.
-¿La suya no es una utopía liberal, inexistente?
-Los líderes religiosos palestinos acusan a Occidente de hipocresía. Dicen: «¡Se arrogan el derecho de ironizar sobre Mahoma, pero acusan a cualquiera que pone en duda el Holocausto!». No es cierto. En Israel hay centenares de chistes sobre el Holocausto, un humor negro que apareció a partir de 1945.
Traducción: Mirta Rosenberg