La quinta de Cristina

Por Gustavo Perednik
También yo había caído en la voluntaria ingenuidad de suponer que la presidenta argentina no alberga sentimientos judeofóbicos. Fue nada más que un torpe exabrupto –me dije- lo que le dictó su tuít del 20 de abril (“Todo hace juego con todo”).

Igualmente me pareció correcto denunciar en la televisión y en otros medios el hecho de que la presidenta arremetiera contra un amasijo conformado por Paul Singer, Alberto Nisman, la DAIA y los “fondos buitre”, y que “descubriera” de este pulpo “un modus operandi que trasciende las soberanías nacionales” para socavar a los gobiernos (es decir: a ella).

Hacía (y hace) falta detenerse en la gravedad del tuít porque, como bien sintetizó el periodista Jonatan Viale, el mensaje parece inspirarse en Los Protocolos de los Sabios de Sión. No cabe esconder la cabeza frente a una acusación de la presidenta argentina contra las instituciones judías, las que supuestamente conspiran contra la patria en todos los países.
Si no hubiéramos sentido un deseo íntimo de estar equivocados, de preferir saltear el asunto, todos habríamos reparado en que el exabrupto no fue tal. No se trató de una agresión extemporánea y pasajera, sino de una sopesada decisión de enfrentar a la comunidad judía, y ello en fiel remedo del estilo político de su maestro Hugo Chávez.

La judeofobia de Chávez fue siempre visible: alcanza con recordar su mensaje navideño de que “los que crucificaron a Cristo se apoderaron de las riquezas del planeta”; baste con analizar su allanamiento de la escuela hebrea; será suficiente revisar su patológica demonización de Israel. Y el odio chavista bien podía atribuirse al asesor de ese gobiermo durante varios años: el nazi-islamista Norberto Ceresole, muerto una década antes que su asesorado.

No había tales precedentes en Cristina, y por ello nos pareció que cuando echaba mano de la judeofobia resultaba de un mero recurso demagógico en el que suelen incurrir los populistas.
Sin embargo, los años por venir quizás nos provean de la perspectiva necesaria para reconocer que sí hay un asesor ceresolesco de la Kirchner, al que siempre hemos preferido considerar marginal y poco influyente, y que responde al nombre de Luis D’Elía, el bastión de recalcitrante violencia judeofóbica. Queremos creer que se trata de un personaje menor, pero otra vez, los días que corren desmienten el pensamiento desiderativo.

Empecemos por la evidencia del deterioro de Cristina, que fue disparado por el Caso Nisman.
Después del primer tuit, el siguiente traspié lo tuvo el 2 de julio, cuando emitió una recomendación presidencial a los niños de diez años de Villa Lugano: lean El Mercader de Venecia “para entender a los fondos buitre”.

Justamente esa semana me tocaba dar en Israel una conferencia sobre el drama de Shakespeare, del que he escrito un ensayo. Lo menciono para dejar en claro que mi posición es muy apreciativa de la obra de Shakespeare, y que enseño a Shylock como una forma de la humanización del judío en las letras, en contra de los prejuicios de marras, y no, como es más habitual mostrarlo, como si el bardo hubiera modelado a Shylock para un embate judeofóbico (esta visión también está justificada, pero éste es otro tema).

Por lo tanto debemos insistir en que el problema de la recomendación no fue la obra sino el objetivo que le atribuyó a su lectura: entender las fuerzas maléficas y usureras que atentan contra los países. De ese objetivo se desprende claramente que, si ése fuera el mensaje de El Mercader de Venecia, en ese caso no queda duda de su judeofobia.

Para colmo, la Kirchner agravó las cosas al rechazar toda crítica al respecto (procedimiento rutinario) con el argumento de que… en Israel se había presentado la obra. Primero, respondamos que Israel es en materia cultural uno de los países más abiertos y libres del planeta. Y segundo y principal, agreguemos que el problema no está en difundir a Shakespeare sino en aprender de él fondosbuitrología y otras obsesiones kirchneristas.

Enseñanzas distintas destila Shakespeare. Mi opinión es que la intención del bardo fue contra la judeofobia, y me baso entre otros motivos porque los personajes cristianos que dibujó son mucho más rapaces, crueles, holgazanes e hipócritas que el judío, y Shakespeare denuncia su odio y su malicia sin reparo alguno.

Al respecto, es interesante recordar que en mayo de 2002 el Jefe del Ejército Argentino, General Ricardo Brinzoni, aconsejó al entonces periodista Héctor Timerman leer El Mercader de Venecia. Timerman respondió muy enojado, el INADI intervino y censuró a Brinzoni.

Ahora, trece años después, Timerman ya no es periodista sino ministro, y es nada menos que su jefa la presidenta quien recomienda la misma lectura (¡a niños escolares!). Suponemos que Timerman no se enojará esta vez, y el INADI no intervendrá contra la presidenta.

La tercera agresión, y la cuarta y la quinta
El tercer tropezón judeofóbico de Kirchner se produjo durante la entrevista que Dexter Filkins le hizo para The New Yorker (publicada el 12 de julio), en la que quien escribe estas líneas tuvo parte activa.

No me refiero a los fragmentos difundidos por la presidenta, en los que se omiten las conclusiones de Filikins sobre ella (vanidad, corrupción y autoritarismo), sino a la nota entera que en estos días fue subida a Youtube. 

La presidenta revela aquí a quién habría que endilgarle el atentado contra la AMIA una vez que se blanquee enteramente a Irán como ha decidido. Y procede en su incriminación como lo haría Luis D’Elía.

Explica Cristina que para saber qué ocurrió en la AMIA hay que analizar lo que ocurre en el mundo. Huelga aclarar al lector que éste es el método habitual de las teorías conspirativas, que consiste en elegir qué parte “del mundo” debe revisarse para luego echar culpas, y pasar a presentar esa relación artificial como si fuera la única explicación posible.

Así había hecho D’Elía para hallar a los culpables de las estafas de las Madres de Plaza de Mayo. Revisó qué “sucede en el mundo” y “se dio cuenta” de que el reo era el Mossad.

Cuando Cristina revisa “el mundo” para entender el ataque a la AMIA, no se fija en la consolidación de la revolución islamista en Irán ni en los procesos históricos de Latinoamérica o de China, sino en el asesinato de Isaac Rabín perpetrado, en sus palabras, por sectores que… bueno bueno, ”ahí está la verdad”, concluye Kirchner.

Es decir que cada vez más Cristina compra (y vende) el libreto de D’Elía: los atentados contra la Embajada y la AMIA los hizo “la derecha israelí”. Esa es la parte del mundo a la que siempre enfoca en su obsesión judeofóbica. Y es para alarmarnos que ése sea el cuadro que la presidenta ha comenzando a difundir.

Como si todo ello no fuera suficientemente atroz, el cuarto eslabón en la caída fue el tuit de ayer 14 de julio, en el que, para buscar “la verdad sobre el tumor que afecta a Timerman” Cristina no hurga en problemas familiares del ministro ni en los sinsabores de su vida política; no en la crisis económica de su país, ni en los delitos de sus gobernantes; no en la pobreza de cada vez más argentinos ni en ninguna otra causa que hubiera podido generar la mala sangre de su canciller. No hace falta buscar en ningún sitio porque Cristina tiene a los culpables preparados de antemano: la enfermedad de Timerman la provocaron… los judíos, que lo trataron mal. Cristina dixit.

Timerman renunció a la AMIA escupiendo insultos a la comunidad, pero es “cierta dirigencia comunitaria” la que lo maltrata, sentencia la Kirchner. Timerman quiere imponer un memorracho que exculpe a Irán de su terrorismo, pero él es la víctima, dictamina la jefa.

Y hay algo enormemente más grave en su tuit de ayer. Hacía mucho tiempo que el patriotismo de los judíos no era cuestionado por un gobierno democrático. Creíamos (otra vez nuestra ingenuidad nos traicionó) que habían quedado en el basurero de la historia argentina las discusiones sobre la lealtad de los judíos. Pero Cristina imputa a los dirigentes judíos argentinos porque no son como es ella: “primero argentina y después católica”. Los judíos son al revés, habráse visto.
La presidenta decidió poner notas de patriotismo a los demás, después de doce años de nepotismo y enriquecimiento de funcionarios, de encubrimientos, de embate contra el Poder Judicial, de destrucción de la Causa AMIA y de iranización. En el examen que la profesora ha tomado de patriotismo, los judíos fueron reprobados (ojo: no los “argentinos de origen judío”, esos sí que sí son patriotas). El criterio para amar a la patria pasa por K, por admirar el chavismo y perdonar a los ayatolás sus travesuras.

El futuro no es alentador. En los próximos meses Cristina irá encaminando a los judíos (no a los “de origen judío” sino a los judíos a secas) sobre cómo purgar su traición. Y, peor aún, les insinuará a los no-judíos cómo deben castigar la falta de patriotismo de los primeros. La receta será develada en la afrenta que ya se aproxima: la quinta agresión de la Kirchner.

JÁNUCA CELEBRA LA VICTORIA DE LO REMOTO‏

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El Factor Divino – Primera Parte

Januca viene a enseñarnos cómo la historia puede dar los giros más inesperados y producir las victorias más improbables.

por

«Las mujeres a su edad tienen un 5% de probabilidad de quedar embarazadas utilizando Fertilización In Vitro», me decía la Dra. C. mientras yo estaba sentada frente a ella en una clínica de F.I.V (Fertilización In Vitro) israelí de renombre. Yo tenía 45 años y, desde el nacimiento de mi primer hijo a la edad de 40, había estado tratando de concebir un segundo bebé utilizando métodos espirituales, médicos y todo tipo de método alternativo disponible. La Dra. C. continuó: «De ese 5% solamente la mitad llega a término y tiene al bebé. Por ello, usted tiene sólo 2½% de probabilidad de tener éxito».

Miré a la buena doctora. Yo pensaba: «Dios maneja el mundo. Si Dios quiere que yo tenga un segundo hijo, lo tendré. Y si Dios no lo quiere, no lo tendré. Mi trabajo es hacer el máximo esfuerzo, mi máximo esfuerzo es hacer F.I.V. Si tengo éxito o no, eso depende de Dios».
Le dije a la Dra. C: «De cualquier forma, me gustaría intentarlo»
La primera vez que me hice F.I.V., falló.

La clínica ofrece dos pruebas por el mismo precio. Traté nuevamente. Esto implica recibir dos inyecciones de drogas de fertilidad muy poderosas cada día durante dos semanas para generar tantos huevos como sea posible; se requiere un mínimo de tres huevos para continuar con el proceso. Entonces la doctora extrae quirúrgicamente los huevos del ovario, los fertiliza, y luego los reinserta dentro del útero.

El día anterior a mi programada extracción, me hice un ultrasonido para determinar el número de huevos. El doctor del ultrasonido tristemente me informó que yo solo tenía dos huevos, no era suficiente para siquiera molestarse con la extracción. Después de todo el esfuerzo, las drogas, el costo… Llorando le supliqué que finja el resultado escribiendo que habían tres huevos. «Si Dios quiere que yo quede embarazada», pensé, «Él puede hacerlo con sólo dos huevos». El doctor del ultrasonido consintió.
Cuando la Dra. C. procedió a la extracción el día siguiente, ella encontró sólo un huevo.
Mis posibilidades de éxito disminuyeron de 2½% a cero.


Como ya estaba en la mesa de operaciones, la Dra. C. hizo una humorada. Ella extrajo y fertilizó el único huevo. Dos días más tarde, cuando lo reinsertó, mí doctora no religiosa me miró directo a los ojos y me dijo una sola palabra: «Reza».

Recé y lloré y le hice un promesa a Dios. Dos semanas más tarde, obtuve positivo en el examen de embarazo. Al día siguiente vi a la Dra. C. en la clínica. Yo estaba radiante de alegría. Ella estaba escéptica. Siendo una científica meticulosa, ella sabía que una mujer no podía quedar embarazada con F.I.V. utilizando un sólo huevo. «Creeré que usted está embarazada», me dijo, «cuando vea un ultrasonido con los latidos del corazón».

Tres semanas después, extasiadamente le mostré un ultrasonido con los latidos del corazón.
Al cabo de nueve meses, a la edad de 46 años, di a luz a un saludable varón, que viva largos días y que esté bien, bli ayin hará.

Expertos Y Predicciones
Desde el 11 de septiembre mi e-mail siempre está lleno de predicciones de expertos en relación a cada posible aspecto de la guerra, bio-terror, y guerra química.

  • Cuántos americanos morirían en una epidemia de viruela lanzada por bio-terroristas.
  • Qué porcentaje de israelíes sobrevivirían si Mahmud Ahmadinejad nos lanzara cabezas nucleares.
  • Por qué es imposible ganar una guerra en el terreno accidentado de Afganistán – esto, antes de que los aliados americanos expulsaran a los talibanes.

Sin embargo, todas estas predicciones, dejan fuera un pequeño factor, sin embargo, este factor es el más crucial de los factores: ¡Dios maneja el mundo!


Cualquier ecuación que no considere el factor divino está destinada a terminar en una conclusión errada.
En 1967, mientras el egipcio Gamal Abdul Nasser proclamaba la inminente destrucción del estado de Israel, todos los expertos en política y los estrategas militares predecían la derrota de Israel. Las cifras eran formidables. El estado de 19 años estaba en contra del inminente ataque combinado de Egipto, Siria, Jordania e Irak. Los cuatro ejércitos Árabes juntos ostentaban 810 aviones contra los 350 de Israel; 2.880 tanques contra los 800 de Israel; y 465.000 tropas contra 265.000 de Israel. Tan convencidos estaban los Israelíes de un inevitable baño de sangre que el rabinato oficialmente designó todos los parques de Jerusalem como cementerios.

Aparentemente, Dios tenía una idea diferente, y todos los expertos quedaron tartamudeando.

Aparentemente, Dios tenía una idea diferente. En vez de perder, Israel experimentó una victoria sorprendente. En solo seis días, Israel no sólo empujó hacia atrás a las fuerzas Árabes, sino que recapturó la mayoría de los lugares sagrados para el judaísmo, incluyendo el Templo del Monte, el Muro Occidental, la Cueva de los Patriarcas en Hebrón, y la Tumba de Rajel en Belén. Los expertos quedaron tartamudeando.


Mi sobrino Phil es un ejecutivo corporativo retirado, él es un hombre pragmático, altamente inteligente y entendido, que se mantiene bien informado y llega a claras y equilibradas conclusiones a partir de los hechos. En los años 80, él predijo que el estado de Israel iba a dejar de existir en el año 2013.


En un principio, este pronóstico fatal estaba basado en la amenaza demográfica: la taza de natalidad de los árabes en ambos lados de la ‘línea verde’ era abrumadoramente mayor que la taza de natalidad entre los judíos. Los números eran indiscutibles; para el año 2013 el estado judío tendría mayoría de habitantes árabes.


Todo esto, excluyendo el factor divino. En la Torá Dios claramente declara su intención de traer a los judíos de vuelta a Israel de los más lejanos rincones de la tierra. En 1990, la Unión Soviética colapsó, casi de la noche a la mañana, y a través de la andrajosa ‘cortina de hierro’ 450.000 judíos salieron hacia Israel. En una década, la población judía de Israel ha aumentado en una taza del 10% y toda mención acerca de la amenaza demográfica ha desaparecido de los medios de prensa.


Ahora Phil, que ama profundamente a Israel, está convencido de que va a cometer un suicidio político. Después del fracaso de Oslo y las casi fatales ofertas en Camp David, columnistas pro-Israel en los medios de comunicación Americanos advirtieron que si EE.UU. y Europa continúan presionando a Israel a hacer concesiones peligrosas, el mapa del medio oriente que aparece en los textos palestinos – con Israel totalmente ausente – puede resultar exacto. Estando de acuerdo con ellos, Phil opina que a los líderes israelíes les falta la voluntad política de tomar los pasos políticamente incorrectos necesarios para quitarle poder a la autoridad palestina. Sin esas evidentes medidas, el futuro de Israel es sombrío.


No puedo discutir con los argumentos y las cifras de Phil, pero sé que Dios no está circunscrito a ellas. La historia de Januca viene a enseñarnos cómo la historia puede tomar direcciones tan remotas y producir las victorias más improbables.


Januca


¿Qué hubiesen dicho los expertos en el año 167 A.E.C acerca de las posibilidades del viejo sacerdote Mattathias junto a su familia y amigos venciendo al grandioso ejército del imperio greco-sirio? Puedo imaginar perfectamente sus declaraciones:


«Un sacerdote ultra-ortodoxo y sus compatriotas reaccionarios levantaron la bandera de la revolución no sólo contra el prevaleciente dominio del imperio Seléucida, sino que también contra toda la cultura moderna Griega y la ilustración. Esta heterogénea banda de guerrilleros era sobrepasada en número por más de 4-1 por el ejército Seléucida, el cual ostentaba alrededor de 40.000 tropas profesionales equipadas con tecnología militar de punta, y también lo último en armas – una manada de elefantes entrenados para el combate – que ningún guerrero puede enfrentar».


«Estos rebeldes reaccionarios, llamados macabeos, se oponen no sólo a la considerable población Griega de las llanuras costeras, sino que también a una gran proporción de los habitantes judíos que, durante el siglo y medio pasado, se adaptaron a la hegemonía mundial de la lengua griega, cultura, y religión. Así, los macabeos iniciaron una guerra civil, contra sus propios compañeros judíos progresistas, quien fueron llamados helenistas. Sin embargo, los helenistas componen los segmentos más ricos e influyentes de la sociedad judía, por lo tanto, el esfuerzo por derribarlos no es nada menos que pretencioso».


«En breve, el intento de los macabeos de anotarse una victoria militar, derrocar la cultura progresista que dominaba al mundo entero, y reestablecer su antigua religión en el suelo de Judea será en vano».
Los expertos hubiesen sido exactos en su análisis. Después de todo, ¿quién podría haber vaticinado que tres años después de haber proclamado su grito de adhesión, «Síganme, todos ustedes que están a favor de la ley de Dios y apoyan el pacto», los seguidores de Mattathias reconquistarían de nuevo Jerusalem, purificando el Templo de profanaciones paganas, e instituyendo de nuevo el servicio sagrado?» Aunque la victoria final fue costosa – los enfrentamientos duraron más de veinte años y en ellos murieron cuatro de los cinco hijos de Mattathias – los macabeos finalmente triunfaron sobre los griegos.


Los rezos a Dios que agregamos durante los ocho días de Januca enfatizan la inverosimilitud de la victoria judía: «Entregaste a los fuertes en las manos de los débiles, a los muchos en las manos de los pocos…»

Januca celebra la victoria de lo remoto, lo improbable, lo virtualmente imposible.

Januca celebra la victoria de lo remoto, lo improbable, lo virtualmente imposible. Es la antítesis de la cosmovisión griega predominante que alaba y que considera a la lógica y a las leyes de la naturaleza como absolutas. Januca demuestra que en un mundo dirigido por Dios, los milagros pueden ocurrir.


El Máximo Esfuerzo


El judaísmo prohíbe confiar en milagros. Un judío siempre debe ejercer el máximo esfuerzo razonable para lograr el efecto deseado. Los macabeos no se recostaron a esperar que ocurriera un milagro. Pero tampoco ellos fueron intimidados por las probabilidades, ni desalentados por las perspectivas.


La regla de oro en la historia judía ha sido siempre que cuando hemos sido desafiados espiritualmente, así como fuimos desafiados por los griegos, quienes querían exterminar nuestra religión, no nuestras vidas, luchamos físicamente, así como hicieron los macabeos. Y cuando la amenaza es física, así como fuimos amenazados durante los sucesos que desencadenaron la celebración de Purim, cuando Hamán quiso exterminar a todo el pueblo judío, luchamos espiritualmente haciendo teshuvá (retorno espiritual), así como hicieron los judíos de Shushán bajo el mando de Mordejai y Ester. Y por lo tanto, como hoy estamos siendo amenazados físicamente, debemos – adicionalmente a las medidas de autodefensa del ejército israelí – luchar espiritualmente.


Las lanzas de los macabeos son las mitzvot de hoy en día. Cada momento en que un judío se compromete a respetar Shabat o entabla amistad con un judío de una estirpe diferente, se produce una fuerza espiritual que puede hacer que la bomba de un terrorista puesta en una calle de Jerusalem falle y no se detone. (La gran mayoría de las bombas terroristas en Israel milagrosamente no detonan, o simplemente estallan en avenidas públicas llenas de gente sin herir a nadie).


Mi primo Phil me acusa de ser pasiva. En verdad, soy una guerrera espiritual. Sé que Dios ayudará a Israel si me esfuerzo en cumplir las mitzvot que no son fáciles para mí, y si otros judíos también hacen lo mismo. Si supero mi deseo de vengarme de mi desagradable vecino, entonces habré lanzado un proyectil bastante capaz de rebajar los misiles más mortales de Irán. El tiempo ha llegado para emprender una guerra espiritual contra nuestros enemigos. Cada mitzvá es un arma infinitamente más potente que cualquier arma que Bin-Laden tenga en su arsenal.


De este modo, cuando enciendas las velas de Januca, en vez de pensar que estás llevando a cabo una costumbre pintoresca de la tradición judía, date cuenta de que estás realizando un mitzvá, y las mitzvot son el antídoto espiritual contra cualquier producto bioquímico que los terroristas elaboren en sus infames laboratorios. Dios, que dirige el mundo, espera que nosotros nos esforcemos al máximo en el cumplimiento de las mitzvot. La victoria en esta guerra, así como en la guerra macabea que estamos conmemorando, vendrá de Él.

Segunda parte

Feliz Jánuca! Aprendamos la lección de los Macabeos

HanukkahIzquierda: Soldado israelí rezando antes de una misión y el león de Judá. Derecha: El sacrificio supremo de Eleazar Avaran, uno de los hijos de Matityahu, quien le clavó su lanza a un elefante de guerra seléucida, matando al enemigo y muriendo aplastado en el acto.

Los Judíos y la Guerra

Los macabeos entendieron que hay momentos en los que hay que pelear.

por Rav Benjamín Blech

El milagro de Jánuca no fue realizado sólo por Dios. Los macabeos jugaron un rol crucial al derrotar a los griego-sirios en el campo de batalla. Fue una sociedad entre el coraje humano y la guía Divina. Matitiahu y sus hijos prevalecieron porque fueron lo suficientemente sabios como para reconocer que, a pesar de que los judíos adoran la paz, reconocemos que puede haber momentos en los que hay que salir a la guerra.
Y eso no es algo que a nuestro pueblo le resulte fácil admitir – ni entonces, ni ahora.
Los sicólogos nos dicen que básicamente hay dos formas en las que podemos lidiar con el mundo: luchar o escapar. Al encontrarnos con una dificultad, podemos intentar luchar con el asunto y superarlo, o podemos huir y resignarnos.
Algunos pueden racionalizar y pensar que el “escape” es la respuesta religiosa correcta. No hago nada, y si Dios desea un resultado determinado, que Él haga lo que le parezca.
Como escuché una vez de Rav Soloveichik, esta era la forma de nuestro patriarca Yaakov, desde que estaba en el útero. Yaakov fue concebido primero. Técnicamente, él era el mayor, con todos los privilegios que le correspondían a la primogenitura. Esav, su hermano, utilizó la fuerza para salir primero. «Y después vino su hermano y su mano estaba agarrada del talón de Esav, y llamó su nombre Yaakov» (Génesis 25:26). El nombre mismo, Yaakov, viene de la palabra hebrea ‘tobillo’; aferrándose al tobillo de su hermano, Yaakov fue pisoteado al comienzo de su vida, siendo privado injustamente de sus derechos por la fuerza.
La vida de Yaakov continuó desarrollándose, guiada por la tácita filosofía de que «los niños judíos buenos no pelean». Esav, su hermano gemelo, engañó a Itzjak, su padre, haciéndolo pensar que era el hijo más piadoso y meritorio – y si no hubiese sido por la intervención de su madre, Yaakov no hubiese dicho nunca nada sobre esta injusticia.
Cuando Yaakov se enamoró de Rajel y su suegro lo engañó intercambiando las novias para que se casara con Lea, su respuesta fue aceptar pasivamente la obligación de trabajar por otros siete años para ganarse la mano de la mujer que ya era suya por derecho.
La pasividad ante el mal y la aceptación silenciosa de la injusticia definían la teología de Yaakov. Eventualmente, Yaakov se dio cuenta de su error en la dramática historia que alteró su percepción a tal punto que causó un cambio de nombre, un cambio de nombre que demostraba que esta nueva percepción literalmente lo había convertido en una nueva persona.
En soledad y siendo atacado por un misterioso asaltante que los comentaristas identifican como el malvado representante de Esav [Samael], Yaakov se da cuenta de que la única alternativa que tiene es luchar. Al final de una larga noche de lucha, Yaakov queda rengueando pero igualmente recibe una bendición. Ya no es el pisoteado Yaakov, desde ahora en adelante es Israel – «porque has luchado con Dios y con el hombre, y has prevalecido» (Génesis 32:29).
Yaakov recibió un golpe, pero ganó la batalla – la batalla sobre su previa falta de voluntad para entrar en combate. Yaakov ganó la victoria más grande – finalmente logró conquistarse a sí mismo.
Y, explican los comentaristas, si quedó rengueando, ¿qué tiene de malo? Eso sólo implicaba que nunca más podría huir de nadie ni de ningún lugar, ni siquiera de sí mismo.
Ahora bien, el cambio de nombre de Yaakov a Israel es distinto que el de Abram a Abraham. Una vez que Abram se convirtió en Abraham, nunca más fue llamado por su nombre original. Abraham identificó su nueva misión como «el padre de muchas naciones», el primero en traer el monoteísmo a la conciencia del mundo. El cambio de nombre era absoluto.

La paz es el objetivo máximo. Pero hasta la era mesiánica, la guerra sigue siendo una desafortunada necesidad.

Sin embargo, incluso después de que Yaakov se convirtiera en Israel – cuando el pacifista se convirtió en guerrero – todavía seguimos encontrando en algunas ocasiones que es llamado por su nombre anterior. La razón es obvia. Es lo que fue declarado tan hermosamente por Salomón en el libro Eclesiastés: «Hay un momento para la paz y hay un momento para la guerra». Ambos nombres son utilizados, ambas modalidades son empleadas.
La paz es el objetivo máximo. Pero hasta la era mesiánica, la guerra sigue siendo una desafortunada necesidad.
Nos encantaría poder imitar la manera de Yaakov, que se sentaba tranquilamente en su tienda dedicando su vida al estudio. Pero mientras haya gente como Esav, que amenaza nuestra existencia, sabemos que debemos adoptar la identidad de Israel y batallar contra nuestros enemigos.
Los macabeos entendieron esto. Mientras que seguramente hubiesen preferido llevar la pacífica vida de los sacerdotes, reconocieron la responsabilidad puesta sobre ellos por la amenaza de un ejército greco-sirio que buscaba su destrucción.
Por supuesto, los buenos niños judíos no quieren pelear. Esa no es nuestra manera. Pero el mundo necesita saber que somos la nación de Israel, defendiendo la tierra de Israel. Y, al igual que nuestro patriarca Israel, lucharemos para sobrevivir. Al igual que los macabeos, Israel irá a la guerra cuando sea necesario. Eso es porque amamos tanto la paz que estamos dispuestos a luchar por ella.
Y ese es uno de los mensajes contemporáneos de Jánuca.

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Hubieron tres períodos en los que existió un Estado judío independiente en la Tierra de Israel, donde los judíos tuvieron plena soberanía política en su patria. El primer período fue desde la época de los jueces que empezó aproximadante en el año 1350 antes de la era vulgar, pasando por la monarquía unida de Israel, la posterior división entre los reinos de Israel (Samaria) y Judá, hasta la destrucción del Templo de Salomón por los babilonios en el año 586 AEC. Luego vino el reino Jasmoneo que duró desde el año 160 hasta el 37 AEC y hasta cierto punto con los Herodianos entre el 37 AEC y el año 6. Finalmente se estableció el Estado de Israel en 1948. Para quien entienda inglés, y se interese por la historia de Jánuca y lo que sucedió durante el siglo ininterrumpido en que reinó la dinastía Jasmonea, entre aqui.

Comentario de Jabotito:

En Jánuca conmemoramos la revuelta macabea que derivó en la restauración de la independencia política y espiritual de los judíos en la Tierra de Israel. Aún si los descendientes de Matityahu HaCohen‬ y sus valientes cinco hijos no eran tzadikim como ellos, aún si el Estado judío que derivó de esta revuelta no fue el más glorioso – en algunos casos incluso estuvo caracterizado por luchas internas, tiranías, cierta dependencia del exterior, monarcas helenizados y saduceos que rechazaban la Torá en su plenitud – ningún judío hasta el día de hoy se rehúsa a rendir homenaje a los hijos de Aharón que derrotaron a los aspirantes a Amalek de ese momento (los grecoseléucidas) y fundaron la dinastía jasmonea que reestableció la independencia del Estado judío por un siglo entero. De la misma forma, cómo podemos dejar de rendir homenaje al Estado de Israel, el comienzo de nuestra redención. Un país hebreo bastante más fuerte, unido, próspero y espiritualmente sano que su contraparte jasmonea. La Torá, las yeshivot y la fe en Hashem han crecido exponencialmente desde que el moderno Israel existe. ¿Acaso no es más fácil y barato observar el Shabat y comer kasher en Israel que en cualquier otro país? ¿Acaso Benjamín Netanyahu y Moshé Ya’alón no son más fieles a la Torá y mejores líderes que Yojanan Hyrcanus o Alexander Yannai?

«Nuestra generación tuvo el gran privilegio de ver las palabras de los profetas convertirse en realidad. Nosotros vimos el surgimiento de Sión, el retorno de la soberanía judía en la Tierra de Israel, la reunión de los exiliados y nuestro retorno a Jerusalén. Nos aseguraremos de que la luz dorada de Jerusalén brille sobre nuestro pueblo, y se difunda al mundo entero. Protegeremos Jerusalén, porque Israel sin Jerusalén es como un cuerpo sin corazón… ¡Nuestro corazón nunca será dividido de nuevo!» (Benjamin Netanyahu)

Nadie dice que Israel sea perfecto o no tenga nada para mejorar, tanto espiritual como materialmente. Ese proceso es continuo y progresivo. Pero recuerden, mis queridos hermanos haredim, observantes de los preceptos divinos, que D’s le dijo a Moshé que no golpeara a la roca, sino que le hablara, y así vería cómo sale toda el agua, ese tesoro escondido. La respuesta no es aislarse. Pues dice Elohim: «Vendré con la Jerusalem de arriba cuando construyan la Jerusalem de abajo.» No está permitido confiar en los milagros como motivo para la inacción. El mundo espiritual debe ser defendido por el brazo del hombre que debe abandonar la comodidad de su hogar, las obligaciones laborales o sus estudios, para salir a defender la nación. Nuestros sabios nos explican que en ciertas circunstancias hay que tomar la espada y nadie puede quedar exento de usarla. Pero tampoco pretendamos apropiarnos de la gloria que solo le pertenece al Eterno. No es meramente por nuestra fuerza o ingenio que triunfamos. Que el sabio no se jacte de su sabiduría, ni el rico de su riqueza, ni el fuerte de su fortaleza, ni el poderoso de su poder, porque al final solo Él decide el resultado de las batallas…

Judas dijo a sus hombres: «No teman a esa muchedumbre ni se asusten por sus ataques.
Recuerden cómo se salvaron nuestros padres en el Mar Rojo, cuando el Faraón los perseguía con un ejército. 
Invoquemos ahora al Cielo para que tenga piedad de nosotros y se acuerde de la alianza que hizo con nuestros padres, derrotando hoy a este ejército delante de nosotros. 
Así reconocerán todas las naciones que hay Alguien que libera y salva a Israel». (Macabeos I 4:8-11)

¡Desgraciado el que se muestra compasivo con el malvado que pretende derramar sangre judía! Quien muestre piedad al que no la tiene, terminará actuando sin piedad contra hombres piadosos. Aquel será extirpado de su pueblo.

Alzará un estandarte ante las naciones,
reunirá a los desterrados de Israel,
y juntará a los dispersos de Judá
de los cuatro confines de la tierra. (Isaías 11:12)

Cuando es necesario matar, se debe hacerlo y no constituye asesinato. Cuando alcanza con hablar, se debe estar listo para el reproche verbal; cuando es necesario luchar, se debe estar preparado para luchar. Quien rechaza la opción de agresión debido a un sentido de compasión puede ser un ser humano amable, pero es un necio suicida, por no mencionar un líder totalmente inadecuado, porque la violencia resultante a largo plazo por el fracaso de combatir al mal es mucho peor que la violencia de la lucha misma.

Esfuérzate, y mostrémonos valientes por amor a nuestro pueblo y por amor a las ciudades de nuestro Dios; y que el Señor haga lo que le parezca bien. (1 Crónicas 19:13)


En términos modernos, Moshé era políticamente incorrecto. Cuando mató al capataz egipcio que estaba maltratando al judío, no le habló previamente sobre «el ciclo de la violencia» o le dio una lección de «re-direccionamiento de la ira». Moshé sabía que cuando completara su hipotética conferencia, el hebreo puediera estar muerto. Era consciente que a veces, la violencia es una moral, aunque difícil, opción. Salva la vida del inocente. El prohibir la matanza moral, garantiza la matanza inmoral. Es la «violencia» usada por el policía que neutraliza a los delincuentes violentos antes de que asesinen y dañen a personas inocentes. Hay muchos hombres y mujeres inocentes vivos hoy simplemente porque alguien usó la violencia para salvar sus vidas. Si alguien hubiera matado a los secuestradores del 11 de septiembre antes de que tomaran a la fuerza los aviones, se habrían salvado miles de vidas. Es algo bastante obvio e incluso tonto, pero no deja de ser cierto. Europa mira a Israel con una mirada perpleja y acusadora: no pueden creer que se defienda y que luchen contra el Islam radical. ¡Qué descaro el de estos judíos!

Y esa promesa fue la que mantuvo a nuestros antepasados y a nosotros, pues no fue sólo uno quien se levantó contra nosotros para exterminarnos, sino que en cada generación se levantan contra nosotros para aniquilarnos, mas el Santo, bendito es Él, nos salva de sus manos. (Hagadá de Pesaj)


Los horrores de la Shoá, el cruel asesinato de dos tercios de la judería europea, organizado científicamente con la participación activa de los alemanes, polacos, ucranianos, húngaros, franceses, árabes, croatas, españoles, italianos, la Iglesia Católica, así como la complicidad pasiva de la mayor parte de la humanidad, nos permiten entender que ser judío en la dispersión es para la muerte violenta sin causa justificada. Estando a merced del anfitrión de turno. No se puede vivir una vida verdaderamente judía allí, cumpliendo la Torá… a veces no se puede vivir y punto. La Shoá fue únicamente la culminación de tantos siglos de persecusiones, odio y matanzas previas, solo que con mayor intensidad y en un espacio de tiempo breve.

«SERÁ EL PUEBLO DE D-OS COMO EL LEÓN, Y DOBLEGARÁ SU MANO A LOS ENEMIGOS Y TODOS SUS ADVERSARIOS SUCUMBIRÁN» RAV ABRAHAM ITZJAK HACOHEN KOOK

Recuerden cómo no fuimos defendidos de la muerte por ninguna de las potencias occidentales, no se disparó un tiro para disolver los campos de exterminio, Occidente nos abandonó (o quizás nunca estuvo con nosotros), nos consideró muertos, no valía la pena gastar una bala por los judíos. Esta escalofriante maldad nos hizo ver para siempre a los judíos honestos que las actitudes del enemigo, no tienen nada que ver con nosotros y nuestras acciones, con ser un poco mejores, agradar a quienes nos rodean, abrirse o cerrarse al ambiente externo, ser más patriotas o más cosmopolitas, más pobres o más ricos, más tacaños o más ostentosos, más religiosos o más seculares, más capitalistas o más comunistas, más fuertes o más débiles, etc. En 1933, la tasa de asimilación judía en Alemania era del 42%. Y miren lo que les sucedió. Por el contrario, todo el horror que vivió nuestro pueblo, sucedió porque el Galut (exilio) es un infierno y el enemigo es infernal. Por ende, la única solución es la que está escrita en la Torá desde hace 3.300 años: ¡Vivir libres y felices en nuestra sagrada tierra, Eretz Israel, el lugar de la redención! Y así, entendemos para siempre, que la redención, para nosotros los judíos, no es un concepto metafísico o celestial, sino político. En el Judaísmo no huimos de este mundo para alcanzar uno superior, sino para unir los dos. No estamos en la tarea de alcanzar el cielo, estamos ocupados intentando traer el cielo a la tierra. La diáspora es nuestra muerte e Israel nuestra salvación. Esto es más que claro en la actualidad cuando las negras tormentas de la judeofobia hiperbólica se ciernen sobre las comunidades hebreas indefensas en Europa y otros lugares. ¿Acaso nos olvidamos del odio, la persecusión, la muerte, los intentos de pogrom, Ilán Hamili, Tolouse, Burgas, Bruselas? Ayer eran los fascistas, hoy son los musulmanes radicales y sus amigos nazibolcheviques. El enemigo cambia continuamente.

Y en el futuro, los hijos de Ishmael [las naciones árabes] están destinados a gobernar sobre la Tierra Santa por un largo tiempo, cuando esté vacía por completo, como su circuncisión que es vacía e imperfecta. Y ellos tratarán de impedir que los hijos de Israel retornen a su lugar hasta que la recompensa por el mérito de los hijos de Ishmael alcance su plenitud. (Zohar Shemot 32A, sobre el exilio de Ishmael que es el quinto y último exilio de Israel antes de la llegada del Mesías. También Ishmael hará la guerra con Edom, que es Occidente. Eso a pesar de que una gran parte de Esav u Occidente apoya a Ishmael por su odio profundo y obsesivo contra Israel, pero Ishmael se volverá contra ellos también. Cada 5 minutos es asesinado un cristiano en Medio Oriente por islamistas, muchas veces cruelmente. Sin embargo, el estruendoso silencio de Occidente es enorme y monstruoso. En muchos países occidentales, el odio, el desprestigio, la generalización, las represalias indiscriminadas, la difamación y el ataque físico sólo se reserva para los judíos. Paradójicamente, Israel es el único sitio en todo el Cercano Oriente donde los cristianos están a salvo, dicho por el patriarca de Nazaret. Si los judíos hicieran un 5% de las barbaridades que hacen sus enemigos, las consecuencias serían inmediatas y brutales. Pero a los árabes y musulmanes se les permite lo que a nadie más. Y no estoy hablando solo de ISIS. ¿Se imaginan qué pasaría si en el Vaticano se lapidaran mujeres, ahorcaran homosexuales y se persiguiera a minorías? ¿Cuánto tardaría el mundo en reaccionar?)

Y él [Ishmael] será un salvaje hombre;
su mano será contra todos,
y la mano de todos contra él,
y habitará al oriente de todos sus hermanos. (Genésis 16:12)

¿Cómo se debe tratar entonces a un salvaje con algunas características humanas? Lo peor que se puede hacer con los lobos es comportarse como corderos… eso los excita, los incita, les dá más hambre y vigor. A la locura islamista no se la puede apaciguar, se la debe derrotar por completo. Igual que a Amalek. Es desperdicio tóxico cuyos malvados deben ser acabados y su recuerdo debe ser borrado debajo de los cielos. En épocas extremistas hay que tomar soluciones extremas. Permítanme traer a colación un autor fuera del mundo judío, que hablaba desde la lógica racional moderna y secular, alguien que influenció la civilización occidental entera:

… Pues es razonable y justo que yo tenga el derecho de destruir a quien amenaza con destruirme a mí. En virtud de la ley fundamental de naturaleza, un hombre debe conservarse a sí mismo hasta donde le resulte posible; y si todos no pueden ser preservados, la salvación del inocente ha de tener preferencia. Y un hombre puede destruir a otro que le hace la guerra, o a aquél en quien ha descubierto una enemistad contra él, por las mismas razones que puede matar a un lobo o un león. Porque los hombres así no se guían por las normas de la ley común de la razón, y no tienen más regla que la fuerza y la violencia. Por consiguiente, pueden ser tratados como si fuesen bestias de presa: esas criaturas peligrosas y dañinas que destruyen a todo aquél que cae en su poder.

(Cap. III, Segundo Tratado sobre el Gobierno Civil de John Locke)

¿De qué debemos salvarnos en la actualidad? ¡Del Galut! La diáspora es nuestra muerte e Israel nuestra salvación. No hay ninguna posibilidad de sobrevivir a largo plazo en el Galut porque el Galut es el mal. A medida que va pasando el tiempo y podemos analizar más integralmente los acontecimientos, no podemos llegar a ninguna otra conclusión que sea verdadera. Podemos engañarnos, pero no por mucho tiempo. Nuestra felicidad y nuestra libertad solo es posible en Israel, por eso el sionismo es la única respuesta científica a la realidad judía padecida en la dispersión por dos mil años. Con la Shoá y la perversa cultura que revelan tener nuestros enemigos, verdaderas bestias sedientas de sangre judía, se nos hace todo claro, y entendemos hacia donde tenemos que dirigir nuestros esfuerzos. Preferible ser mendigo en Israel que rey en el exilio. Israel nació por un ideal: el ideal sionista. Volver a la Tierra de Israel era el sueño de miles de judíos diaspóricos, perseguidos y errantes. Discriminados y segregados, en cuanto se integraban a una sociedad les hacían sentir que no pertenecían a ese lugar. Por eso debemos tomar conciencia que el pueblo de Israel, la Tierra de Israel y la Torá de Israel están unidos intrínsicamente y ninguno de esos componentes puede ser separado del resto. Debemos entender que la Tierra de Israel está bendecida por nuestros padres macabeos que salieron de la pequeña aldea de Modiin para rebelarse contra el gran imperio sirio-helénico que se había jactado de que impondría a la tierra de los profetas tanto su fuerza como su espíritu. Debemos seguir su ejemplo en la actualidad como ellos siguieron el ejemplo de sus homólogos bíblicos.

«Cuando vivimos en el lugar al que pertenecemos, se habla Hebreo y no inglés, francés o hasta idish. En el centro de la cultura Hebrea se encuentra Yerushalaim, la ciudad de D-os. El gobierno es judío, el calendario es judío, los soldados son judíos también. Hasta la psicología nacional es totalmente diferente. En ISRAEL un judío puede sentirse orgulloso. Puede sentirse fuerte. Si un enemigo lo amenaza, tiene medios para defenderse. en ISRAEL, el estereotipo del judío del galut se transforma en pionero que construye la Tierra Prometida». OROT ERETZ ISRAEL (LAS LUCES DE LA TIERRA DE ISRAEL) RAV ABRAHAM ITZJAK HACOHEN KOOK 

¿Dónde están los pueblos contemporáneos a los judíos, que nacieron y vivieron en esa época remota junto a los israelitas? ¿Dónde están los fenicios, arameos, elamitas, amonitas, moabitas, cananeos, nabateos, amorreos, filisteos, idumeos, samaritanos, midianitas, hititas, sumerios, asirios, babilonios, seléucidas, los poderosos griegos y romanos? Son polvo de la tierra y las rocas. Solo se los encuentra en museos y libros de historia. Y no me vengan a decir que los actuales italianos son hijos de los antiguos romanos. No tienen nada que ver ambos pueblos. Ni el origen, ni el idioma, ni la cultura. Los italianos nativos de ahora, como mucho descienden de los lombardos, francos, visigodos y una mezcla de otros pueblos bárbaros que invadieron la península itálica durante la alta edad media como consecuencia de la anarquía y decadencia que siguió a la caída del imperio romano. «Judea capta» decía Tito?? Jaja! Ellos son ruinas. Mientras el pueblo de Israel es eterno, como el mismísimo Amo del Universo. Como decía John Adams: «Los romanos y su imperio no fueron sino una burbuja en comparación con los judíos.» Tampoco me vengan a decir que los árabes egipcios pertenecen al mismo pueblo de los antiguos faraones. Dónde se ha visto que una nación – luego de ser exiliada de su tierra, con su soberanía política extinguida, sus ciudades devastadas, muertos sus guerreros, arrasados sus templos, llevados al cautiverio sus mejores hijos e hijas, vendidos en los mercados de esclavos, para ser posteriormente perseguidos por 1900 años como ninguna otra nación en el mundo – no solo haya sobrevivido, sino que encima haya vuelto a su tierra ancestral, transformando un desierto diminuto en un vergel, convirtiendo un país desolado en la nación más fuerte, exitosa y próspera de la región, aún teniendo enemigos cien veces más numerosos que atacaban constantemente, mediante disturbios, masacres, guerras, terrorismo, emboscadas, guerrillas, ejércitos convencionales, Intifadas bélicas y mediáticas, atentados suicidas, misiles, túneles de ataque, piedras, cuchillos, «auto-fadas», propaganda, difamación, hostilidad europea, guerra diplomática, boicot económico, ciberguerra, y ahora posibles armas nucleares… y siempre terminan con la nariz sangrando, corriendo a la ONU para pedir a Israel que muestre autocontención, y que devuelva las ganancias de las guerras que sus enemigos iniciaron y perdieron. «Ningún arma forjada contra ti prosperará, y condenarás toda lengua que se levante contra ti en juicio. Esta es la herencia de los siervos del Eterno, y su salvación de mí vendrá, dijo el Eterno.» (Isaías 54:17) 

Pero cuando Sambalat horonita [samaritano] y Tobías el siervo amonita y Guesem el árabe se enteraron de ello, se burlaron de nosotros y nos dijeron despreciativamente: “¿Qué es lo que hacéis? ¿Os rebeláis contra el rey?”. Y les contesté diciéndoles: “El Dios del cielo nos hará salir adelante. Por tanto, nosotros Sus siervos, nos levantaremos y construiremos. Pero vosotros no tenéis parte, ni derecho, ni recuerdo en Jerusalén. (Nehemías 2:19-20)

Y todo eso en un corto período de medio siglo, luego del peor genocidio que la humanidad haya visto. Tuvieron todas las dificultades y desventajas habidas y por haber. Y sin embargo, los judíos siguen allí, sin haber perdido una pizca de sus tradiciones, su religión, su orgullo, su fortaleza espiritual y material, así como su lealtad e identidad (con pocas y vergonzosas excepciones) .

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Los judíos son un pueblo peculiar: las cosas permitidas a otras naciones se les prohíben a los judíos. Otras naciones han expulsado a miles, hasta millones de personas, sin embargo no hay problema de refugiados. Rusia lo hizo. Polonia y Checoslovaquia lo hicieron. Turquía expulsó un millón de Griegos y Argelia un millón de Franceses. Indonesia expulsó dios sabe a cuántos Chinos – y nadie dice una palabra de refugiados. Pero en el caso de Israel, los árabes desplazados se han convertido en eternos refugiados. Todos insisten en que Israel debe readmitir a todos y cada uno de los árabes. Arnold Toynbee califica el desplazamiento de los árabes como una atrocidad mayor que aquella cometida por los Nazis. Otras naciones cuando son victoriosas en el campo de batalla dictan los términos de la paz. Pero cuando Israel es el victorioso debe pedir por la paz. Todos esperan que los judíos sean los únicos auténticos cristianos en este mundo. (Eric Hoffer)

Yo agregaría a lo que dijo Hoffer el hecho de que la exclusividad del juicio moral se aplica solamente a Israel. Con los demás siempre hay un atenuante que viene a contarnos las circunstancias estratégicas que los motiva a una guerra o campaña de ataques.

Mucho antes de que Britania estuviera ocupada por los celtas que cantaban las prosas de Mabinogión, mucho antes de que los aborígenes australianos descubrieran el Emú del firmamento, mucho antes de que los vikingos se hicieran famosos por su brutalidad, mucho antes de que los incas construyeran su gran imperio, mucho antes de que los árabes fueran algo más que paganos insignificantes al margen de la historia que adoraban a la luna en la única tierra que verdaderamente les pertenece (la península arábiga, NO el Levante, Egipto, el Magreb o Mesopotamia), Jerusalem sirvió como la capital del pueblo judío y nuestros ancestros caminaron por las mismas calles en las que los niños israelíes juegan actualmente, hablaron la misma lengua que los israelíes hablan hoy en día, y rezaron en el mismo Monte del Templo en el que los judíos rezan todos los días. El pueblo de Israel los sobrevivió a todos. Los vio a todos ellos, los derrotó a todos y es ahora lo que siempre fue, sin exhibir ninguna decadencia, sin achaques de edad, ni debilitamiento de sus partes, sin disminución de sus energías, sin que se apague su alerta y agresiva mente. Otras naciones aparecen sobre el escenario de la historia mundial, brillan y pronto desaparecen. Israel permanece y crece más fortalecida. Su llama nunca se apaga. Su luz ilumina las profundidades de la existencia judía. A la larga, pasó todas las pruebas a las que fue sometido. Nadie podrá con Israel. Esta vez nos quedaremos en nuestra tierra para siempre. Es más fácil derribar el sol a pedradas que destruir a Israel.

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Así dice Dios el Eterno: Cuando haya recogido a la casa de Israel de entre los pueblos donde están dispersos y los haya santificado a la vista de las naciones, morarán en su propia tierra que le di a Mi siervo Yaacob. Allí vivirán seguros, construirán casas y plantarán viñedos; sí, vivirán allí en seguridad cuando Yo ejecute Mis designios sobre todos los que los desprecian en derredor y sabrán que Yo soy el eterno su Dios. (Ezequiel 28:25-26)

Y encima en lo que en ese momento eran chozas y tiendas de chapa para albergar a la enorme cantidad de refugiados judíos que se escapaban de Europa y el mundo árabe hacia Israel, sin ninguna otra posesión más que las ropas que llevaban consigo – arribando a un diminuto país desértico rodeado por enemigos mucho más numerosos, por el que la gente no apostaba ni una moneda partida al medio que sobreviviría por más de un lustro – hoy son rascacielos, satélites que se envían al espacio y centros de innovación exportando alta tecnología al mundo entero. Un yermo con arenas, desiertos y zonas pantanosas con mosquitos y malaria, se transformó en valles fértiles y poblados llenos de vida. Después de todo, está escrito que a través de las épocas, la Tierra de Israel no recibirá a sus enemigos, no recibirá a nadie más que a sus legítimos dueños, solo florecerá para los hijos de Israel (de lo contrario será una tierra desolada, como atestiguó Mark Twain). Desde el último retorno de los judíos, una tierra renació. Resurgieron ciudades antiguas y se construyeron nuevas. Renació la música, los teatros, las universidades. Se desarrollaron los medios de difusión —radios, periódicos, televisión—, los kibutzim o granjas colectivas, la Histadrut (central obrera), los hospitales y un sistema de salud que hoy es un ejemplo para el mundo. Es simplemente impactante. A mi corta edad he perdido la capacidad de sorprenderme… o mejor dicho, ya no me sorprendo de sorprenderme. Cuando Dios devuelve el cautiverio de Sión, ¡debemos vivir como soñadores! Israel es la mayor afirmación colectiva de vida en toda la historia del pueblo judío. El Judaísmo es haber vencido las posibilidades por el poder de las posibilidades. Y en ningún lugar verán el poder de lo posible más que en el Estado de Israel hoy.

Y traeré del cautiverio a mi pueblo Israel, y edificarán ellos las ciudades desoladas, y las habitarán; plantarán viñas, y beberán el vino de ellas, y harán huertos, y comerán el fruto de ellos. Pues los plantaré sobre su tierra, y nunca más serán arrancados de su tierra que yo les di, ha dicho el Eterno Dios tuyo. (Amos 9:14-15)

Israel ha tomado una tierra vacía y la ha hecho florecer, Israel ha tomado una lengua antigua, la lengua de la Biblia, para hacerla hablar nuevamente, Israel ha tomado la fe occidental más antigua y la ha hecho joven de nuevo, Israel ha tomado una nación en pedazos y la dignificó nuevamente. Israel es un milagro viviente y cotidiano que desafía cualquier lógica racional. Como decía David Ben Gurión, padre fundador del Estado judío moderno: «En Israel, para ser realista, uno debe creer en milagros.» Desde pequeño siempre me intrigó el mismo misterio: ¿Cuál es el secreto de la inmortalidad judía? Y de grande me pregunto: ¿Cómo seguir siendo ateo después de ver y comprender esto? Podré estar enojado con Él, pero jamás negarlo. Precisamente es la creación, prosperidad, triunfo, gloria y continua existencia del Estado de Israel lo que liberó mi amor por el Santo Bendito Sea. Israel devolvió nuestra capacidad de amar al Creador. Ahora es tiempo de escuchar lo que Él tiene para decirnos.

Y todas las [ovejas] que habían sido destruidas o dispersadas por las bestias del campo y las aves del cielo, se congregaron en esta casa y el Señor de las ovejas se regocijó con gran alegría porque todas eran buenas y porque ellas habían regresado a su casa. (Janoj 90:33)

Es un orgullo ser parte de esta aventura y este pueblo. Una gran responsabilidad. A veces no es fácil, pero vale la pena.

¿Qué es ser judío? Qué clase de única criatura es ésta que los gobernantes de todas las naciones del mundo han deshonrado y aplastado y expulsado y destruido; perseguido, quemado y ahogado y que, a pesar de su odio y su furia, sigue viviendo y floreciendo. ¿Qué es este Judío que nunca han tenido éxito en tentar con todas las tentaciones del mundo, cuyos opresores y perseguidores solo sugerían que ellos negaran (y deshonraran) su religión y dejaran de largo la fidelidad a sus antepasados? El judío – es el símbolo de la eternidad… Él es el que durante tanto tiempo ha cuidado el mensaje profético y lo ha transmitido a toda la humanidad. Un pueblo como éste nunca puede desaparecer. El judío es eterno. Es la encarnación de la eternidad. (Leon Tolstoy)


Si hacemos lo que debemos, los enemigos no serán un problema. Pues aquellos que intentaron exterminarnos en el pasado – llámese Filisteos, Asirios, Babilonios, Seléucidas, Romanos, Reinos Cruzados, Imperio Español, Imperio Zarista, Tercer Reich, Unión Soviética o Saddam Hussein – hoy no existen más. Ellos desaparecieron de la historia, nosotros la estamos haciendo. El mismo destino les espera a los ayatolás, como a todos los enemigos de Israel. Aman-Din-Ejad. Meterse con Israel es perjudicial para la salud. «Todo es mortal excepto el judío» decía Mark Twain, uno de los justos entre las naciones gentiles.

Consúmelos en Tu ira, consúmelos para que no estén más, y sepan ellos que D’s gobierna en Yaakov hasta los confines de la tierra. Selá. (Salmos 59:14)

Porque se acerca el día del Eterno sobre todas las naciones. Como tú has hecho [a Israel], te será hecho; tus acciones recaerán sobre tu cabeza. (Abdías 1:15)

Un D’s severo y un hombre libre preparan un orden humano mejor que una Bondad infinita para un hombre malvado. Pero no se equivoquen. En el Judaísmo es inherente una actitud profundamente negativa hacia la guerra y la violencia. Los judíos anhelaban la paz ya desde la época en la que todas las otras naciones creían que hacer festines, orgías y hazañas heroicas en el campo de batalla era lo único que importaba. La Torá fue la primer filosofía de vida que trajo el deseo de una paz auténtica como un valor positivo. La guerra significa desastre. No puede haber guerra sin sufrimiento. Por lo tanto si uno debe pelear, debe pelear bien, tan eficientemente como sea posible, pero incluso entonces no deberá gozar con la guerra, no atribuirle jamás un significado más excelso o una dimensión espiritual que la embellezca, sino únicamente resaltarla como un medio por la imperiosa necesidad de defender la existencia, supervivencia y seguridad de la nación en caso de ser necesario. La guerra no es enaltecedora, la guerra no es un ideal y nosotros no debemos idealizarla. En la historia del pueblo judío a lo largo de los milenios, tanto en la victoria como en la derrota, nuestros héroes permanecen sensibles al sufrimiento. «No te regocijes cuando veas caer a tu enemigo», exclamó el rey Salomón, el hombre más sabio de la tierra. Durante la guerra no hay lugar para celebraciones. ¿Guerra? Sí, de no haber mejor alternativa. ¿Pero alabar la guerra por la guerra en sí misma? ¡Nunca! No obstante ello, tampoco es sano el otro extremo.

¡Ay de mí, que peregrino en Meshek, y habito junto a las tiendas de Kedar! [uno de los hijos de Ishmael, ancestro de la tribu árabe de Quraysh, de donde proviene Muhammad, padre del Islam]. Mucho ha que mora mi alma con quien aborrece la paz. Yo soy pacífico pero cuando hablo, ellos preparan la guerra. (Salmo 120:5-7)

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Me explico… En el deseo de ser buenos, inclusive podemos tratar de ser «mejores que Dios». Inventamos nuestros propios estándares de bien y mal, en lugar de seguir las instrucciones de la Torá. Un ejemplo clásico de esto es el Rey Saúl, quien fue instruido por Dios a destruir a toda la nación de Amalek. En su deseo de ser «demasiado bueno» Saúl escogió tener piedad y permitir al rey Agag, el rey de Amalek, vivir. ¿La consecuencia? Agag perpetuó la nación de Amalek, quien continúa afligiendo al pueblo judío hasta el día de hoy. El profeta dice, Al titzdak harbeh – «no seas demasiado bueno». Lo que sea que Dios diga, esa es la definición de bien. No dejes que tu «ietzer hatov» (inclinación al bien) te desvíe haciéndote pensar que tus propias ideas son mejores que las del Todopoderoso. Esa puede ser una trampa del «ietzer hará» para conducirte a hacer el mal. Aunque cueste entenderlo, a veces la guerra es necesaria y la crueldad contra el cruel es una obligación. Ni belicistas ni pacifistas. «Ofrecer la otra mejilla» es una enseñanza contraria a los valores de la Torá. Aunque Freud decía que los judíos no son odiados porque mataron a Jesús, sino porque lo generaron. No te desvíes de lo que dice la Torá, ni a la derecha ni a la izquierda. Porque la divina Torá se mantuvo firme contra numerosas filosofías y paradigmas que la desafiaron a lo largo del tiempo, incluyendo idólatras, helenistas, cristianos, secularistas, «pluralistas», cosmopolitas y posmodernistas. Los valores y el compromiso que han mantenido y nutrido a nuestros ancestros a lo largo de los 3.000 años de nuestra travesía son tan relevantes hoy en día como lo han sido siempre. Para elevar en lo alto la antorcha de la supervivencia judía en el siglo 21, con orgullo por su heredad, la educación de la póxima generación debe incluir dos aseveraciones: aquella de Am Israel Jai, la supervivencia física del pueblo de Israel, y Od Avinu Jai, los eternos valores judíos que nos dio el Altísimo mediante su Torá.

Perseguí a mis enemigos y los alcancé;
Y no me volví hasta acabarlos.
Los destrocé y no pudieron levantarse;
Cayeron debajo de mis pies.
Pues Tú me has ceñido con fuerza para la batalla;
Has subyugado debajo de mí a los que contra mí se levantaron.
También has hecho que mis enemigos me vuelvan las espaldas,
Y destruí a los que me odiaban.
Clamaron, pero no hubo quién los salvara;
Aun al Señor clamaron, pero no les respondió.
Entonces los desmenucé como polvo. (Salmos 18:37-42)

Para hacer la paz se necesitan dos o más. Para hacer la guerra se necesita solo uno. El Shalom (LA PAZ) es el logro de la perfección, el funcionamiento armónico del mundo, la meta a la que finalmente está destinado el hombre. No me refiero a las concesiones y la ideología pacifista que lo único que trajo a este mundo fueron guerras (si Alemania hubiera sido atacada en 1933, se hubieran salvado 50 millones de europeos). Mientras la maldad y los malvados destruyan esta armonía, no puede existir shalom. No hay shalom dice Hashem, para los malvados – ISHAIAHU (ISAÍAS) 57:21. Por eso, el verdadero shalom es condicional a la destrucción del mal. Reza por la paz, prepárate para la guerra. Aquellos que no lucharon en Auschwitz es porque se rehusaron a creer en la realidad del mal. No debemos convertirnos en víctimas pasivas del mal, sino desafiarlo, luchar contra él, apelar al cielo y rezar al Santo Bendito Sea para que nos conceda la victoria. Israel será victorioso por la gracia de El Shaddai. Hay un tiempo para la paz y un tiempo para la guerra. No es suficiente condenar el mal; debe ser confrontado y conquistado. «Cuando los malvados perecen, hay alegría.» (Proverbios 11:10)

Cuando salgas a la guerra contra tus enemigos, si vieres caballos y carros, y un pueblo más grande que tú, no tengas temor de ellos, porque el Eterno tu Dios está contigo, el cual te sacó de tierra de Egipto. (Deuteronomio 20:1)

Oh Dios, no guardes silencio;
No calles, oh Dios, ni te estés quieto.
Porque he aquí que rugen tus enemigos,
Y los que te aborrecen alzan cabeza.
Contra tu pueblo han consultado astuta y secretamente,
Y han entrado en consejo contra tus protegidos.
Han dicho: Venid, y destruyámoslos para que no sean nación,
Y no haya más memoria del nombre de Israel.
Porque se confabulan de corazón a una,
Contra ti han hecho alianza
Las tiendas de los edomitas y de los ismaelitas,
Moab y los agarenos;
Gebal, Amón y Amalec,
Los filisteos y los habitantes de Tiro.
También el asirio se ha juntado con ellos;
Sirven de brazo a los hijos de Lot. Selah
Hazles como a Madián,
Como a Sísara, como a Jabín en el arroyo de Cisón;
Que perecieron en Endor,
Fueron hechos como estiércol para la tierra.
Pon a sus capitanes como a Oreb y a Zeeb;
Como a Zeba y a Zalmuna a todos sus príncipes,
Que han dicho: Heredemos para nosotros
Las moradas de Dios.
Dios mío, ponlos como torbellinos,
Como hojarascas delante del viento,
Como fuego que quema el monte,
Como llama que abrasa el bosque.
Persíguelos así con tu tempestad,
Y atérralos con tu torbellino.
Llena sus rostros de vergüenza,
Y busquen tu nombre, oh Eterno.
Sean afrentados y turbados para siempre;
Sean deshonrados, y perezcan.
Y conozcan que tu nombre es Eterno;
Tú solo Altísimo sobre toda la tierra. (Salmo 83)

Quiera el pastor proteger a su oveja de los setenta lobos. Quiera D’s que Israel pueda destruir a sus enemigos prontamente y en nuestros días para traer la redención de su pueblo y todo el género humano. Quiera el Todopoderoso que podamos ser testigos de la era mesiánica para que se hagan realidad las palabras exclamadas por el profeta Zacarías: «Aquel día el Eterno defenderá a los habitantes de Jerusalén, e incluso el más débil entre ellos será como David, y la casa de David será como Dios, como el ángel del Señor delante de ellos.» (Zacarías 12:8)

Entonces el Señor tu Dios restaurará tu buena fortuna y se compadecerá de ti. ¡Volverá a reunirte de todas las naciones por donde te haya dispersado! Aunque te encuentres desterrado en el lugar más distante de la tierra, desde allá el Señor tu Dios te traerá de vuelta, y volverá a reunirte. Te hará volver a la tierra que perteneció a tus antepasados, y tomarás posesión de ella. Te hará prosperar, y tendrás más descendientes que los que tuvieron tus antepasados. (Deuteronomio 30:3-5)


Pues eso. Que se levanten nuestros amados líderes Jasmoneos, los hijos de Sansón, Yeoshua, Débora, Barak, Guedeón, David, Mordejai, Nehemías, Bar Kojba, el Palmaj, Yitzhak Rabin, Yair Stern, Moshe Dayan, Arik Sharon, Zvi Ofer, Yonatán Netanyahu, Rafael Eitan, Roi Klein, Benny Gantz (nuestros gloriosos hermanos los guerreros Macabeos de nuestro tiempo). Que se preparen para el retorno de nuestro rey hijo de David. Que se haga la voluntad del Rey del Universo, Señor de los Ejércitos, Redentor de Israel, por los siglos de los siglos y toda la eternidad, amén ve amén.

Antisemitismo y el Islam radical (video)

http://vimeo.com/106359236

«EN SU ESENCIA MÁS PROFUNDA, UN JUDÍO ES SIEMPRE PURO Y SAGRADO. COMO DECIMOS AL DESPERTAR POR LAS MAÑANAS: MI D-OS, EL ALMA QUE ME DISTE ES PURA… EN LAS CÁMARAS INTERIORES DE NUESTRA ALMA, ARDE UNA LLAMA QUE NO PUEDE SER EXTINGUIDA. EL ALMA ISRAELÍ (JUDÍO) ES KADOSH (SAGRADO). NADA EN EL MUNDO PUEDE CONTAMINAR EL ACEITE DIVINO QUE MUEVE SU ENGRANAJE. LA LLAMA ES ETERNA… LA LLAMA INTERIOR DE LA NACIÓN JUDÍA ES EL SECRETO DE LA SUPERVIVENCIA JUDÍA. SU FUENTE ES DIVINA. OTRAS NACIONES APARECEN SOBRE EL ESCENARIO DE LA HISTORIA MUNDIAL, BRILLAN Y PRONTO DESAPARECEN. ISRAEL PERMANECE Y CRECE MÁS FORTALECIDA. SU LLAMA NUNCA SE APAGA. SU LUZ ILUMINA LAS PROFUNDIDADES DE LA EXISTENCIA JUDÍA, ACOMPAÑANDO A AM ISRAEL (EL PUEBLO DE ISRAEL) A LO LARGO DE TODA LA HISTORIA, DESDE LA ZARZA ARDIENTE EN EL DESIERTO (NÚMEROS 3:2), HASTA LA TEMEROSA APARICIÓN EN EL MONTE SINAÍ (NÚMEROS 19:18), HASTA LOS PILARES DE FUEGO QUE ILUMINAN EL CAMINO DE BNEI ISRAEL (LOS HIJOS DE ISRAEL) (NÚMEROS 40:38)… OROT ERETZ ISRAEL (LAS LUCES DE LA TIERRA DE ISRAEL) RAV ABRAHAM ITZJAK HACOHEN KOOK

Discurso de Netanyahu en la ONU

Judeofobia exterminadora emerge en Europa‏

Europa, el Holocausto y el antisemitismo actual

Europa, el Holocausto y el antisemitismo actual

No sorprende ver un aumento en el odio a los judíos en Europa Occidental.

por

 
¿Por qué tantos de los nietos de los nazis y sus colaboradores que causaron el Holocausto están declarándole nuevamente la guerra a los judíos? ¿Por qué vemos semejante aumento en el antisemitismo violento y en el antisionismo en Europa Occidental?
Para responder estas preguntas debemos exponer un mito, un mito perpetrado por los franceses, los holandeses, los noruegos, los suizos, los belgas, los austriacos y los ciudadanos de muchos otros países de Europa Occidental: el Holocausto fue obra exclusiva de la Alemania nazi, con la ayuda quizás de algunos colaboradores polacos, ucranianos, letones, lituanos y estonios.
Falso.
El Holocausto fue perpetrado por los europeos: por simpatizantes y colaboradores franceses, holandeses, noruegos, suizos, belgas, austriacos y de otros países europeos, tanto de Europa Oriental como de Europa Occidental.
Si el gobierno francés no hubiese deportado a los campos de exterminio a más judíos de lo que le exigieron los nazis, si tantos ciudadanos holandeses y belgas, así como oficiales del gobierno, no hubiesen cooperado para redar a los judíos, si tantos noruegos no hubiesen apoyado a Quisling, si los oficiales gubernamentales y banqueros suizos no hubiesen explotado a los judíos, si Austria no hubiese sido más nazi que los nazis, el Holocausto no hubiese tenido tantas víctimas judías.
En luz de la amplia complicidad europea en la destrucción de la judería de ese continente, el penetrante antisemitismo y el irracional odio antisionista que ha emergido a la superficie recientemente en toda Europa Occidental hacia Israel no debería sorprender a nadie.
“No, de ninguna manera”, escuchamos de los defensores europeos. “Es distinto. Nosotros no odiamos a los judíos, sólo a su país. Más aún, los nazis eran derechistas, nosotros somos izquierdistas, por lo que no podemos ser antisemitas.
Tonterías.
La extrema izquierda tiene una historia de antisemitismo tan profunda y persistente como la extrema derecha. La línea que va desde Voltaire hasta Karl Max, Levrenti Beria, Robert Faurisson, y llega a los críticos de Israel de la extrema izquierda actual es tan recta como la línea que va desde Wilhem Mars hasta los perseguidores de Alfred Dreyfus y Hitler.
Los judíos de Europa siempre han sido aplastados por el Negro y por el Rojo; víctimas del extremismo, ya sea el ultranacionalismo de Khmelnitsky o el extremo antisemitismo de Stalin.
“Pero algunos de los antisionistas más sobresalientes son judíos, como Norman Finkelstein, o incluso israelíes como Gilad Atzmón. Con seguridad, ellos no pueden ser antisemitas”.
¿Por qué no? Gertrude Stein y Alice Toklas colaboraron con la Gestapo. Atzmón, un izquierdista extremo, se describe a sí mismo como un orgulloso aborrecedor de los judíos y admite que sus ideas derivan de un notorio antisemita.
Niega que el Holocausto esté comprobado por la historia pero cree que los judíos pueden haber matado a niños cristianos para usar su sangre para hornear matzot. Además, cree que es racional incendiar sinagogas.
¡Finkelstein cree en una conspiración internacional judía que incluye a Steven Spielberg, León Uris, Eli Wiesel y Andrew Lloyd Weber!
“Pero Israel trata mal a los palestinos”, insisten los defensores europeos, “y nosotros somos sensibles y simpatizamos con los oprimidos”.
¡No, no son sensibles! ¿En dónde están sus manifestaciones en apoyo a los tibetanos, georgianos, sirios, armenios, kurdos y ucranianos oprimidos? ¿En dónde están sus movimientos en contra de los chinos, los rusos, los cubanos, los turcos o el régimen de Assad?
¿Sólo los palestinos, sólo Israel? ¿Por qué? No porque los palestinos sean más oprimidos que esos grupos.
Sólo porque sus supuestos opresores son judíos y el estado de los judíos. ¿Habría manifestaciones y campañas en defensa de los palestinos si fueran oprimidos por Jordania o Egipto?
¡Oh, un minuto! Los palestinos fueron oprimidos por Egipto y Jordania. Entre 1948 y 1967 Gaza fue una prisión a cielo abierto, cuando Egipto era el poder dominante. ¿Recuerdan el Septiembre Negro, cuando los jordanos asesinaron a más palestinos de lo que Israel mató en un siglo? No recuerdo ninguna manifestación o campaña, porque no las hubo.
Cuando los árabes conquistaban o mataban a otros árabes, los europeos miraban hacia otro lado. Cuando Israel abre una fábrica de soda en Maalé Adumim —asentamiento que incluso el liderazgo palestino reconoce que continuará siendo parte de Israel en un eventual tratado de paz—, Oxfam se separa de Scarlett Johansson por publicitar a una compañía de soda que emplea a cientos de palestinos.
Mantén en mente que, de acuerdo al Israeli Law Group con sede en Tel Aviv, Oxfam ha provisto ayuda y apoyo material a dos grupos terroristas anti Israel.
La hipocresía de tantos izquierdistas europeos sería sorprendente si no fuera porque es tan predecible, si nos basamos en la sórdida historia del trato de Europa Occidental hacia los judíos.
Hasta Inglaterra, que estuvo del lado correcto en la guerra en contra del nazismo, tiene una larga historia de antisemitismo que comienza con la expulsión de los judíos en 1290 y llega al notorio Papel Blanco de 1939, que impidió que los judíos de Europa buscaran asilo de los nazis en Palestina, en ese momento bajo mandato británico. Irlanda, que vaciló en la guerra contra Hitler, expresa parte de la más violenta retórica en contra de Israel.
La simple realidad es que la guerra actual de la Europa Occidental en contra del estado judío no puede entenderse sin antes reconocer la guerra europea en contra del pueblo judío.

Hertzl: la única solución al problema judío de Europa era que los judíos se fueran y volvieran a su tierra patria.

Theodor Hertzl entendió la omnipresencia y la irracionalidad del antisemitismo europeo, lo que lo llevó a concluir que la única solución al problema judío de Europa era que los judíos europeos abandonaran ese bastión de odio y volvieran a su tierra patria, que ahora es el estado de Israel.

Nada de lo dicho tiene el objetivo de negar las imperfecciones de Israel ni el criticismo que merece por algunas de sus políticas. Sin embargo, esas imperfecciones y las críticas merecidas ni siquiera pueden comenzar a explicar —mucho menos justificar— el odio desproporcionado hacia la única nación del pueblo judío y el silencio desproporcionado respecto a las mucho mayores imperfecciones y merecidas críticas de otras naciones y grupos, incluyendo a los palestinos.
Lo dicho hasta ahora tampoco tiene el objetivo de negar que muchos individuos europeos y algunos países europeos se hayan rehusado a sucumbir ante el odio hacia los judíos. Se me viene a la mente la República Checa. De todos modos, demasiados países de Europa Occidental son tan irracionales en su odio hacia Israel como lo fueron sus antepasados en su odio hacia sus vecinos judíos.
Como observó perspicazmente el autor Amos Oz en una ocasión: los muros de la Europa de sus abuelos estaban cubiertos con grafitis que decían: “Judíos, váyanse a Palestina”. Hoy, dicen: “Judíos, váyanse de Palestina”, refiriéndose a Israel.
¿A quién creen que están engañando estos fanáticos europeos? Sólo a los tontos que quieren negar que estas son sólo nuevas variaciones de los prejuicios de sus abuelos.
Toda persona objetiva con una mente, con sus ojos y con su corazón abierto ve el doble estándar que se aplica al estado judío. Muchos de los que lo hacen son los nietos de quienes les aplicaron letalmente un doble estándar a los judíos de Europa en las décadas del 30 y del 40. Deberían sentir vergüenza al verse en el espejo de la moral y reconocer su propio fanatismo.
Este artículo apareció originalmente en el Jerusalem Post.

Un poco de humor

Propagadores del odio

Los nuevos sacerdotes medievales

Gustavo D. Perednik

También en esta guerra en Gaza, los medios matan.

George GallowayOsama HamdanWolf Isaac Blitzer

La última operación militar en Gaza («Margen Protector») ha exacerbado la judeofobia en diversas regiones, y cada vez se hace más notable cuál es el principal canal por el que hoy fluye dicho odio. Se trata de una mortífera asociación: de un lado, el engaño de la propaganda terrorista; del otro, la complicidad que le dispensan sus agentes repetidores en los medios. Este cruce entre fundamentalistas recalcitrantes y periodistas mal predispuestos, mata.

Vayan los datos básicos, sistemáticamente ocultados por los medios. La guerra en Gaza estalló el 8 de julio con el lanzamiento de misiles por parte de Hamás contra la población israelí. La continua agresión, motor de la contienda, es perpetrada por una banda islamista que declara abiertamente su explícito objetivo de destruir Israel y asesinar judíos.

La clarísima causa del enfrentamiento (repito: los misiles sobre Israel, más de 3.500 y que al escribir estas líneas no se han detenido), no impidió a los medios europeos distorsionar los hechos e inventar que el casus belli fue el secuestro e inmediato asesinato de tres adolescentes israelíes (casi un mes antes del comienzo del ataque de los misiles). Reescrita así la historia, Israel se insinúa en los medios como vengativo y desproporcionado, imagen engendrada rutinariamente por TVE y los principales diarios de España. «Desproporcionado» es aquello que puede lograr su objetivo con menos fuerza –y los misiles no se detenían. Ergo, la respuesta israelí pareció ser más bien insuficiente.

La mentira no abarca sólo la fecha y la causa de la guerra. Mientras Hamás procede diariamente al ataque, acusa al mismo tiempo a Israel de perpetrar un genocidio. Que no hay tal cosa ni nada similar es tan conspicuo que cansa demostrarlo, pero la verdad resulta invisible para quien se esfuerza en no verla.

Un genocidio responde al intento deliberado de exterminar a una población entera. Si el poderoso ejército de Israel se lo propusiera, los palestinos morirían de a decenas de miles. En vez de ello, ellos prosperan en Israel –el único Estado de toda la región en el que los árabes gozan de derechos humanos.

No hay genocidio: hay muerte de civiles inocentes… como en toda guerra. Pero los judeófobos y sus repetidores revisan con lupa sólo las acciones bélicas del judío de los países, estampan al judío el sambenito de «genocida», y eximen de toda revisión el resto de las guerras. A apenas unos pocos kilómetros, entre otros, el régimen sirio continúa la masacre de cientos de miles, pero ello no conmueve a nadie. Israel es genocida y la mortífera tiranía siria es presentada como aliada del progreso, Chávez dixit.

Como explica una y otra vez Richard Kemp, Israel hace esfuerzos sin parangón para proteger a la población civil palestina, un dato que jamás es recogido por los demonizadores profesionales del Estado judío. Entre ellos, las cadenas de noticias como la BBC, los medios de prensa más conocidos de España, las redes sociales como Avaaz, las organizaciones de Derechos Humanos que se circunscriben a clamar por los derechos del agresor, y los criptodrinos seriales como Mario Vargas Llosa, Eduardo Galeano y Daniel Barenboim. Saltean metódicamente el dato fundamental: los civiles palestinos mueren como consecuencia directa de que Hamás los utiliza como escudos humanos, tal como confiesan sin reparos los portavoces de la banda.

El Hamás obliga a su población a permanecer entre los lanzamisiles, y a desatender la exhortación del ejército israelí de que los civiles se alejen de zonas peligrosas. El motivo es cristalino: cuando los israelíes nos vemos obligados a bombardear las bases de lanzamiento, mueren civiles (más o menos en igual número que terroristas en acción), y los medios de prensa europeos se lanzan a sus rutinarios festivales de judeofobia. Y como en general no informan sobre la agresión islamista sino sólo sobre la respuesta israelí, el espectador promedio deduce que la motivación de la acción israelí es la sed de sangre. Y esta deducción confirma el arraigado mito del judío sanguinario.

Al respecto, explica Charles Krauthamer que la intención de los cohetes del Hamás no es asesinar israelíes, porque con ello no aceleraría la destrucción del Estado hebreo. Aun cuando la meta genocida de Hamás de acabar con todos los judíos permanece explícita en su carta orgánica, la eficacia demostrada por nuestra tecnología defensiva para interceptar misiles (siempre puesta al servicio de la protección de la población civil de Israel, árabe y judía por igual) los ha convencido de que no será posible eliminar al país judío con misiles.

Por ello, los misiles del Hamás consiguen «apenas» que millones de israelíes debamos correr a guarecernos una y otra vez en los refugios, pero cumplen con su otra meta: que durante la reacción defensiva israelí mueran civiles palestinos. Ello sí socava a Israel moralmente, ergo justificaría su destrucción. Si Israel fuera, como lo denominó el presidente de Bolivia, «un Estado terrorista», pues debería ser eliminado. Y de este modo los morteros de Hamás satisfacen su objetivo sin la necesidad de que los judíos muramos de inmediato.

Para que esta enfermiza aspiración se concrete es indispensable la connivencia de los medios en pergeñar la gran mentira de un Estado violento, que vendría a ser el más inmoral e indeseable de todos. La tarea no es difícil si se cuenta con una mitología milenaria sobre el judío que se ve «confirmada» y con el hecho de que diversos corresponsales repetirán la mentira oficial del Hamás: Israel mata porque es malo. No hay recursos naturales en Gaza ni intención israelí de gobernarla. Si atacamos, es de pura maldad.

El síndrome reitera la distorsión de Hannah Arendt en 1961 cuando tomaba al pie de la letra las mentiras de Adolf Eichmann en su juicio, y deducía de ellas que el genocida había sido sólo un burócrata que cumplía órdenes. Después de todo, era lo que el reo declaraba. Y su patraña era repetida por escritores y periodistas, como hoy en día.

Ejemplos de la complicidad

El portavoz del Hamás, Osama Hamdan, fue en varias ocasiones entrevistado por CNN, en donde repitió una y otra vez la jaculatoria no cuestionada de un Israel ocupador y genocida, y de la «resistencia» de su banda. Que en 2005 Israel se retiró completamente de la franja de Gaza, y ergo no habría ninguna ocupación para resistir; que Israel se convirtió a la sazón en la única democracia de la historia que en aras de «la paz» expulsó a su propia población, éstas son de las verdades prohibidas entre los políticamente correctos. Divulgarlas en TVE haría que el espectador sospechara que la guerra no tiene nada que ver con ocupaciones sino con el brutal odio de los integristas.

Cabe suponer que después de varias entrevistas a Hamdan, los periodistas ya saben de quién se trata. Su prontuario es accesible a quien quiera informarse, algo recomendable a quienes le permiten sus burdas apologías del asesinato. Hace unos días, en una entrevista en un canal árabe, Hamdan sostiene como «evidencia histórica» el mito medieval de que los judíos usamos sangre infantil para fabricar pan ázimo durante la Pascua.

El periodista Wolf Blitzer recogió el guante de la judeofobia de Hamdan y le preguntó por CNN (4-8-14) si él efectivamente creía semejante dislate. Hamdan ¡eludió la pregunta! y siguió demonizando a los «genocidas» durante varios minutos. Sólo después de la diatriba el entrevistador se atrevió a agregar respetuosamente que «habría esperado otra respuesta».

Pero no la obtuvo, y sin embargo condonó las declaraciones del Hamás y dio una muestra más de la repelente obsecuencia de la mayor parte de los medios cuando deben vérselas con los enemigos de Israel. Contrástese ello con la hostilidad que habitualmente le propinan a los entrevistados pro-israelíes, y quedará claro el mito de la objetividad de los medios al referirse al Estado judío. Que después de escuchar «información» de esta calaña, las audiencias odien a Israel, es sólo el efecto natural.

Los periodistas de hoy son muchas veces un remedo de los sacerdotes medievales que difundían los mitos del deicidio y del libelo de sangre, y luego se distanciaban de las matanzas de judíos engendradas por la mitología. Incluso a veces protestaban por la violencia que ellos mismos habían provocado al esparcir el odio. Paralelamente, los medios de hoy demonizan a Israel, y luego se presentan como objetivos y ecuánimes entre «el monstruo sionista» y sus enemigos.

La semana pasada el Times de Londres se negó a publicar un aviso pago, en el que el Premio Nobel de la Paz Elie Wiesel pide que el Hamás proteja a los niños palestinos y no los use como escudos humanos. El Times explicó que el aviso de Wiesel (que ya había sido publicado en varios diarios norteamericanos) no fue rechazado porque fuera falso, sino para evitar «inquietud entre sus lectores». Es decir que no publican la verdad aun cuando se les pagaría por ello. Será pues muy improbable que publiquen la verdad pura y gratuita.

El ejemplo del Times es elocuente: uno de los más importantes medios europeos admite sacrificar la verdad aun si le cuesta dinero, todo ello a fin de no perturbar que los ingleses sigan demonizando a Israel. Un síndrome que se repite en casi toda Europa.

De Inglaterra, uno de los políticos más conocidos, George Galloway, declaró a su ciudad, Bradford, «libre de israelíes». «No los queremos ni siquiera como turistas», explicó. Y a nadie le sonó parecido a las ciudades «Judenrein» del Tercer Reich, porque casi les parece que un mundo «Israel-rein» es aceptable debido, claro, a nuestra incorregible criminalidad.

Los morteros caían en Israel, y casi setenta de nuestros soldados fueron abatidos en la campaña para destruir los lanzamisiles. Asimismo, más de ochenta mil reservistas fueron movilizados (incluido el hijo de quien escribe estas líneas). Nadie nos sugiere modos alternativos de detener el lanzamiento de misiles, por lo que es posible que osemos seguir defendiéndonos. En estos casos, intuyo que es mejor vivir odiados por Europa que morir compadecidos.

Vean esto

VIDEO

Cúpula de Gaza

Siempre creí que la «Cúpula de Hierro» del Hamás era la población civil de Gaza, pero me pareció gracioso el video.

¡Ay de mí, que peregrino en Meshek, y habito junto a las tiendas de Kedar! [uno de los hijos de Ishmael]. Mucho ha que mora mi alma con quien aborrece la paz. Yo soy pacífico pero cuando hablo, preparan la guerra. (Salmo 120:5-7)

Esto no terminó

Hamás y la Jihad Islámica anunciaron que renovarán sus ataques el viernes a las 8:00 hs. Israel no debe ceder al chantaje terrorista. Espero que las FDI estén preparadas para una guerra que derrocará al Hamás y terminará con esta malvada organización para siempre. ¡¡Que el Eterno de Yaakov esté con nosotros!!

Pero cuando Sambalat horonita y Tobías el siervo amonita y Guesem el árabe se enteraron de ello, se burlaron de nosotros y nos dijeron despreciativamente: “¿Qué es lo que hacéis? ¿Os rebeláis contra el rey?”. Y les contesté diciéndoles: “El Dios del cielo nos hará salir adelante. Por tanto, nosotros Sus siervos, nos levantaremos y construiremos. Pero vosotros no tenéis parte, ni derecho, ni recuerdo en Jerusalén. (Nehemías 2:19-20)

שְׁמַע יִשְׂרָאֵל יהוה אֱלֹהֵינוּ יהוה אֶחָד

Piensa el ladrón que todos son de su condición (sobre payasos, hipócritas y la obsesión zurda con Israel)

El orgullo de ser «genocida»

genocidas

por Alberto Mazor

Cinco líderes del Mercosur, Cristina, Dilma, Pepe, Evo y Nicolás, acusaron a Israel en Caracas de llevar adelante «una política genocida contra el pueblo palestino» sin siquiera mencionar a Hamás.

Confieso que estos cinco mandatarios plenamente identificados con los valores de la «revolución bolivariana» (a Pepe lo conocí personalmente y lo admiro), hicieron que yo, nieto, sobrino y primo de una gran cantidad de víctimas del Holocausto nazi – nunca pude saber cuántas -, por primera vez, me sienta orgulloso de ser «genocida».

Hacen ya varias decenas de años que escribo sobre el conflicto entre israelíes y palestinos sin miedo de ahorrar críticas hacia unos y otros. Pero en esta oportunidad, ¿cómo explicarán estos señores y señoras que por primera vez en todo el mundo árabe nadie sale a las calles para protestar contra Israel?

¿Cómo explicarán que hace un mes atrás, el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbás, condenó abiertamente a Hamás y lo acusó de traidor a la causa en un foro económico en Arabia Saudita?

¿Cómo explicarán que la Liga Árabe acusó a Hamás – no a Israel – de cometer crímenes de guerra?.

¿Cómo explicarán que ni Egipto ni Jordania llamaron a sus embajadores para «consultas», tal como lo hicieron Ecuador, Perú, Nicaragua y Chile?

¿Cómo explicarán que Egipto declaró a Hamás, brazo de los Hermanos Musulmanes, «organización terrorista»?.

¿Cómo explicarán Cristina Fernández y Héctor Timerman que alertaron a Israel de «tener cuidado» con los 5 o 10 argentinos que prestan servicios humanitarios en Gaza, pero se «olvidaron» de advertir a Hamás, que lanzó casi 3.000 misiles en tres semanas sobre todo Israel, de «tener cuidado» con los más 100.000 argentinos que viven en el Estado judío, de los cuales cientos de ellos son eximios médicos que no dudan en tratar durante años a miles de palestinos de Gaza, Cisjordania (terroristas incluidos) y sirios, heridos por las guerras interminables contra nosotros o contra ellos mismos, o simplemente enfermos graves, como lo hicieron recientemente con la esposa del propio Abbás en el centro médico más moderno del país?.

¿Cómo explicarán que mientras en cuatro semanas del conflicto «Margen Protector» murieron en un «genocidio» (desgraciada y lamentablemente),1.400 palestinos, sólo en esta semana perdieron la vida 1.700 sirios, que cinco de los líderes de Mercosur ni siquiera nombraron en su «declaración», mientras el venezolano Maduro, corre ve y dile de Chávez, elogiaba a Hamás y volvía a manifestar su «apoyo total» a Assad, responsable directo por la muerte de casi 200.000 personas (25.000 niños), cientos de ellas por el uso de armas químicas?.

¿Cómo explicarán el «éxito» del memorándum firmado entre Argentina e Irán, del cual surgió la notable «Comisión de la Verdad» que debe investigar y llevar a la Justicia a los sospechosos del atentado a la AMIA, del cual, después de 20 años, todavía no hay nadie encarcelado?

¿Cómo explicarán que el escritor «genocida» israelí, Amós Oz, haya afirmado que «en vista de los continuos ataques con cohetes de Hamás contra civiles israelíes, no hay otra alternativa que una operación militar en Gaza».

¿Y cómo explicarán que en un momento de suma inspiración bolivariana, el Comandante Chávez le regaló al «libertador» Muammar Gaddafi, nada más y nada menos que el sable de Simón Bolivar, mientras éste, seguramente, se revolvía en su tumba y volvía a exclamar: «¡Aré en el mar!».

Pero como siempre, en Sudamérica, hay una luz. Paraguay, mientras lo dejaron, así lo fue. Y también en esta oportunidad no pudo levantar su mano a favor de semejante barbaridad. Aunque deberá cuidarse y mucho. A este paso, Cristina, Pepe y Dilma, inspirados por la sabiduría histórica y los intereses económicos de personajes siniestros como Bartolomé Mitre, Venancio Flores y Luís Alves de Lima e Silva (Duque de Caxías), podrían organizar la segunda versión de la «Guerra de la Triple Alianza».

Fuente: Israel en línea

Israel podía haber desaparecido en 2014. Gracias a Eyal, Naftali y Guilad, se salvó. BARUJ HASHEM

Durante doce años el Hamás estuvo construyendo una red subterránea que sería utilizada para transportar a sus tropas desde Gaza y conquistar Israel. Lo hicieron a costa de mucho dinero, tiempo, toneladas de cemento que pudo haber sido utilizado para construir escuelas, mezquitas y hospitales, además de vidas humanas (160 niños palestinos murieron solamente en la construcción de los túneles). Pero por una jugada del destino, nada salió como se esperaba y el plan les falló. En unos pocos días los túneles del terror que quedan en la frontera serán destruidos. Ahora Israel debe su existencia a tres adolescentes.

Traducción del hebreo…

Publicado por Avri Gilad
Análisis de la situación: El estado de Israel se vio frente al primer peligro de
existencia después de la guerra de independencia.
Los tres jóvenes secuestrados, con su muerte, salvaron al Estado de Israel.
Decenas de cuevas de ataque que terminan dentro de los montes del sur no
son cuevas de «terror», son la red para la conquista terrestre de Israel.
Si no nos hubiésemos sorprendido con una respuesta fuerte al secuestro de
los jóvenes, el Hamas con la sincronización que le hubiese convenido, habría
enviado miles de terroristas por medio de esos túneles hacia la conquista de
los montes y las bases militares del sur. Muchos miles de «soldados»
disfrazados de Tzhal (soldados de Israel), matan, conquista y secuestran
mientas que el Ejército de Israel no da a tiempo para responder. En paralelo
tiran centenas de miles de misiles al centro del país y acallan el poder de
organización de un contraataque Israelí
A que esperaron?
Tal vez a un día lluvioso, o tal vez, a que el Hizbolla se recupere para
coordinar con ellos un ataque en conjunto con misiles del norte y cuevas
cavadas también desde el norte.
En Israel, con una situación como la descripta, se producirían decenas de
miles de muertes y la construcción de una defensa precaria, a nivel de
barrios y calles. Todo esto suponiendo que los árabes de Judea y Samaria y
parte de los árabes israelíes, no se unan a éste ataque de conquista.
Queda claro que ataques de respuesta de la aviación israelí no servirían de
nada cuando todos están escondidos bajo tierra riéndose todo el camino a
Jerusalem. En el mejor de los casos entrarían las fuerzas de la paz de las
naciones unidas a desmilitarizar a Israel, las armas atómicas y todo sueño
de un estado judío se hubiese deshecho por unos miles de años mas.
Nos salvamos por dos cosas que ellos no esperaban porque tampoco
nosotros las esperábamos:
No esperaban que el secuestro de los tres chicos, una al pueblo judío,
de manera lleve a una acción militar que devuelva a los terroristas liberados a
la cárcel, y prepare al país para una entrada terrestre a Gaza. Y no creyeron
que la «cúpula de hierro» funcionase.
En otras palabras, todos, tanto de la derecha como de la izquierda,
despreciamos a la retórica islamo-psicológica que llama a conquistar
Jerusalem, pasamos por alto la determinación de los psicópatas de Siria e
Irak, y no quisimos entender que ellos construyeron un sistema militar
inteligente, fuerte y en la practica perfecto y casi sin errores para aplastar al
estado de Israel.
Vimos todos como salían diez combatientes de una cueva en el sur. Que
evita que doscientos de esos salgan bajo la misma orden de una misma
cueva y de otros miles de otras cuevas? a la vez, decenas de grupos
comando entrando por el mar y misiles aterrizando en el centro del país?
La verdad es que si no hubiesen en este momento decenas de miles de
soldados en el sur, ninguna cosa hubiese evitado el próximo paso para
completar el sueño islámico para destruir la entidad sionista y marchar a
Jerusalem.
Eyal, Naftali y Guilad, con su muerte salvaron al estado de Israel, su libertad
y nuestras vidas.
Dani Gold, desarrollador de la Cúpula de Hierro, que sea bendecido con larga
vida.
Y a todos los soldados: los queremos y los abrazamos sin fin. Junten fuerza
y valentía: todo el pueblo judío, todo el mundo, y todo el mundo Islámico
sano, reza por el aplastamiento de los locos; si! también Abu Mazen.
Por el mérito de los jóvenes secuestrados los agarramos con los pantalones
bajos, en el momento y en la situación menos esperado por ellos. El Estado
se salvó y ahora es momento de que los asesinos paguen la cuenta, hasta el
último de ellos.
Una palabra mas para los civiles de Israel, ustedes cuando escuchen una
sirena de alarma, entren al refugio y sonrían. Escuchan un «bum» (de la
cúpula de hierro derribando misiles) y rían a carcajadas. Estos sonidos con
los alaridos de la frustración de los psicópatas de Gaza por el fracaso de su
plan maestro para la destrucción de Israel, que fue revelado en estos días.
Cada daño que nos ocurre en estos momentos, es como si nada comparado con lo que hubiese podido ocurrir.

 

Sobre la desproporción: No existe “conflicto en Medio Oriente”

 

funny refeeriÁrbitro cobrando la “desproporción israelí”… ¿Por qué demonios no hay más sangre judía?

En esta ocasión no me dedicaré a profundizar sobre la guerra entre Israel y Hamás, cómo ella unió a toda la sociedad israelí, ni hablaré de las múltiples tergiversaciones, mentiras, omisiones de información o campañas de propaganda que ocurren en los diversos medios de comunicación de todo el mundo empeñados en negar los hechos, rechazar un mínimo de imparcialidad y ser incapaces de entender el simple derecho a la autodefensa de un país democrático salvajemente atacado por una organización terrorista y fundamentalista. Una organización fanática que busca muertos civiles entre el enemigo y su propia población. Eso lo dejo para mis buenos colaboradores y pido disculpas porque desde que estalló todo esto no tuve tiempo de dedicarle ninguna atención por motivos personales. En este caso quiero hablar de la aberración lingüística de la mayor parte de los medios gráficos y audiovisuales de Argentina y posiblemente otros países cuando hablan del “conflicto en Medio Oriente” para referirse al conflicto que enfrenta a palestinos e israelíes por el mismo pedazo de tierra. Desconozco si el caso se repite en otros países latinoamericanos o medios angloparlantes, por eso me limitaré a los numerosos medios argentinos que cometen esta burrada. No considero necesario nombrarlos específicamente porque son la mayoría de ellos y también incluye a los medios que no tienen necesariamente una agenda antiisraelí particular, pero aún así cometen el error una y otra vez.

Hablar de “conflicto en Medio Oriente” para referirse a lo que sucede en Gaza no solo constituye una ridiculez semántica, sino un insulto a la inteligencia y las víctimas de conflictos mucho más sangrientos y duraderos en esa región. Conflictos (con “s” final) en Oriente Próximo hay muchos y el conflicto palestino-israelí es uno de los menores a juzgar por su implicancia y número de víctimas. Hablar de “conflicto en Medio Oriente” para referirse a lo que sucede en la Franja de Gaza es desconocer que actualmente en Siria hay una guerra que en tres años y medio se cobró más de 200.000 muertos, donde varios países de la región y fuera de ella están implicados, se utilizaron armas químicas directamente contra una población civil y las consecuencias geopolíticas exceden al propio país en cuestión, ya que desató conflictos sectarios, y se cobró muchas víctimas en Líbano y otros lugares. Hablar de “conflicto en Medio Oriente” para referirse a Gaza es negar que hay una guerra civil en Irak donde los fundamentalistas del ISIS – más que una organización poderosa son un Estado en formación – están ganando peligrosamente cada vez más terreno. Y por cierto los muertos que se cobró el último conflicto interno en Irak superan por lejos al de los palestinos e israelíes. Hablar de “conflicto en Medio Oriente” para referirse a Gaza es ignorar lo que sucede en Libia donde los extremistas islámicos, el residuo de viejos partidarios de Gadaffi y el gobierno central aprenden a “dialogar” con bombas, tiroteos, atentados suicidas y secuestros. También es ser cómplice por omisión de la verdadera limpieza étnica que enfrentan los cristianos en toda esa región, donde son brutalmente perseguidos en todos y cada uno de los países árabes. También es mirar para otro lado cuando se trata de la insurgencia islamista en Egipto con su cuota de miles de muertos, el terrorismo permanente en Pakistán, la guerra todavía presente en Afganistán o el viejo conflicto de Turquía con los kurdos, por nombrar algunos. Hablar de “conflicto en Medio Oriente” cuando se trata de Gaza es olvidar que hay otro conflicto que probablemente desembocará en una guerra futura y se trata de las ambiciones nucleares del régimen iraní, algo independiente de los palestinos. Pero no se trata únicamente de los otros conflictos en Medio Oriente que existen actualmente, también resulta impreciso y erróneo hablar de “conflicto en Medio Oriente” para Gaza porque excluye otros conflictos del pasado que no se relacionan con Israel, como fueron las terribles guerras civiles en Yemen (cientos de miles de muertos), la guerra de ocho años entre Irán e Irak, la Guerra del Golfo y la guerra de Irak del 2003, entre otros.

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Parece ridículo referirse al conflicto en Ucrania como “conflicto en Europa del Este”, aunque todos sabrían de qué país se está hablando. Después de todo, actualmente no hay otro conflicto bélico en Europa más que Ucrania. Por ende sería más ridículo hablar de un único “conflicto” en una zona plagada de ellos como Oriente Medio, más aún cuando ni siquiera es utilizado para referirse al conflicto más grave de la zona.

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Pienso que hay dos factores que pueden explicar esta terminología errónea. El primero es la ignorancia, que aparece luego de repetir como un loro lo que escriben los propios colegas y terminar incorporando al vocabulario una mentira desopilante. Aunque la función de los medios debería ser informar, los mismos están compuestos por periodistas que pueden ser igual de ignorantes que cualquier otra persona, más aún cuando reportan sucesos a miles de kilómetros de distancia, sin preocuparse por investigar, influenciados por falsos paradigmas y terminología incorrecta.

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El segundo factor es la desactualizada “teoría del dominó” donde, para referirse al conflicto palestino-israelí, se utiliza el desproporcionado término “conflicto en Medio Oriente” con una clara intencionalidad política. Hace pocos años atrás existía una falsa impresión entre muchos analistas de que la raíz o el corazón de todos los conflictos en Medio Oriente era el conflicto palestino-israelí. Por lo tanto, decían, si se resolvía este conflicto y se creaba un Estado palestino (aunque esto último no garantiza el fin de este conflicto agrego yo), entonces todos los otros conflictos de la región se resolverían y caerían como una ficha de dominó, debido a que esto es el combustible que alimenta el radicalismo islámico y todas las otras luchas. Desde que estallaron las revueltas árabes en 2011, lo único que cayó como ficha de dominó fue esta farsa y ya nadie sostiene públicamente que la resolución del conflicto palestino-israelí y/o la creación de un Estado palestino terminará con la violencia entre sunitas y chiítas en Irak o Bahrein, el conflicto entre el ejército y los Hermanos Musulmanes en Egipto, o la guerra entre los partidarios y opositores de Assad en Siria, por nombrar unos pocos. Por el simple hecho de que el conflicto palestino-israelí nunca fue el único ni el principal conflicto en esa región. De hecho, ningún otro conflicto está relacionado significativamente con Israel o los palestinos, a excepción del conflicto árabe-israelí. No obstante, parece ser tan pobre la información sobre la región que tienen los periodistas argentinos que ni siquiera se molestan en ver los sucesos internacionales que ocurren delante de sus ojos.

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La atención desproporcionada que algunos le prestan a los sucesos que involucran a Israel ni siquiera tiene que ver con un apoyo sincero a los palestinos. Nadie se manifestó, nadie protestó, nadie organizó flotillas, nadie movió un dedo por los palestinos que literalmente se morían de hambre en el campo de refugiados de Yarmouk en Siria, por el simple hecho de que eran asediados por Assad y acribillados por el FPLP. Israel no estaba involucrado. En otras palabras… no Jews, no news.

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Aunque me puede parecer terriblemente inmoral, entiendo a los musulmanes que se manifiestan contra Israel en sus países, aunque rara vez hacen algo más que cacarear. Por un extraño sentido del “honor” que ellos tienen, resulta común y aceptable ver a musulmanes matando a cientos de miles de musulmanes en un país cercano o ver musulmanes secuestrando niñas no musulmanes en Nigeria, algo que no despierta su indignación. Pero si un occidental se atreve a dibujar caricaturas de Mahoma o una docena de palestinos son abatidos en enfrentamientos con los judíos… la ira estalla. Su aparente dignidad ha sido ofendida y humillada en esta derrota. Aunque no comparto su lógica, la entiendo. Es una cuestión de identidad y orgullo, no amor a los palestinos. Un no musulmán matando a un musulmán es mucho más grave que un musulmán matando a un musulmán. Ahora bien, aquellos que no son musulmanes y viven a miles de kilómetros de distancia del área de conflicto… ¿Qué pretexto tienen? ¿Cómo puede ser que hagan la vista gorda cuando niños son gaseados en Siria, cristianos son mutilados en Irak o kurdos asesinados en Turquía, pero le prestan una desproporcionada atención cada vez que le pueden echar la culpa a Israel de algo? Creo que la respuesta es que Israel es un Estado judío y hay un antisemitismo intrínseco en muchas personas. Como dice Pat Condell, si Israel fuera cristiano o budista (por no mencionar musulmán), nadie le dedicaría una décima parte de la atención que le prestan los diarios. ¡Señor réferi, cobre la desproporción!

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Para hablar de “desproporción” como les gusta a los enemigos de Israel, primero habría que explicar lo ridículamente desproporcionado que es dedicarle tantas páginas de diario (en papel o digitales) para denostar a Israel cada vez que muere una docena de palestinos (no esperan a que mueran cientos para llenar tapas de diarios) cuando unos pocos kilómetros más al norte existe un país llamado Siria (¿se acuerdan?) donde en tres años de conflicto murió más gente que todos los judíos y árabes juntos que murieron en el lapso de un siglo entero como consecuencia, ya no solo del conflicto palestino-israelí, sino directamente de todo el conflicto árabe-israelí, con grandes guerras incluidas. El Consejo de Seguridad de la ONU recién intentó intervenir en Siria cuando la cifra de muertos llegó a los 100.000, con nulos resultados por supuesto. Por cierto, las bajas de los soldados israelíes y de los países árabes en las distintas guerras que los enfrentaron superan por lejos las muertes del conflicto exclusivo entre palestinos e israelíes con todos sus atentados, operaciones militares, Intifadas y mini-guerras como la actual. Aunque por supuesto el conflicto palestino-israelí está incluido en el árabe-israelí (los palestinos son árabes), en rigor sería incorrecto y anacrónico hablar del conflicto árabe-israelí para referirse a Gaza. Por el contrario, se puede hablar del conflicto palestino-israelí o, si se busca mayor precisión, del conflicto israelo-gazatí, dado que el territorio de la Ribera Occidental o Judea y Samaria no está directamente involucrado en los combates de ahora, aunque sí bastante relacionado. Recordemos que en Gaza gobierna el Hamás, que sigue con una agenda que es inversa a la del Fatah, partido laico nacionalista que controla la Autoridad Palestina en la Ribera Occidental: mientras que este partido apoya supuestamente la fórmula de “dos estados para dos pueblos”, también aceptada por Israel, y la confrontación no violenta y diplomática, Hamás se empecina en un solo estado, que sea de corte islámico radical en toda la llamada «Palestina» (comprendiendo el territorio del viejo Mandato Británico), destrucción de Israel mediante. También apoya el mantenimiento de la “lucha armada” y se opone a todo diálogo con Israel.

Muy indignante y escandaloso resulta escuchar insultos contra Israel de parte de los autodenominados “intelectuales” y propagandistas que se callaron y miraron para otro lado o incluso apoyaron a un dictador brutal, un sádico carnicero, un tirano que tortura y masacra a su propio pueblo para mantenerse en el poder unos pocos años más, gaseando niños hasta la muerte, arrojando bombas termobáricas en el medio de áreas residenciales, arrasando con barrios enteros por la sospecha de pertenecer al grupo étnico equivocado (que son la mayoría de la población siria, por cierto), tirando al azar barriles explosivos contra las casas (se parecen a los terroristas del Hamás que bombardean al azar las ciudades israelíes con sus misiles, que por supuesto no tienen un objetivo militar específico), violando mujeres, torturando salvajemente prisioneros y asesinando miles de civiles inocentes. De hecho, si este video fuera el de un niño palestino, las condenas mundiales no se harían esperar (me refiero si existiera un video auténtico, no otro montaje de Pallywood). Los comentarios antisemitas llamando al genocidio serían moneda corriente. Pero como se trata de otra víctima de Assad, a nadie le importa un bledo, nadie organiza pogromos contra musulmanes o partidarios de Assad, e incluso la izquierda canalla lo justifica o minimiza (vamos hermano Assad! Siga matando valientemente a los bebés). Nadie habla de “masacre”, “genocidio” o “barbarie” en ese caso, a excepción de los sirios que lo padecen directamente. Mejor dicho, los “pacifistas” de salón salen a protestar recién cuando una potencia extranjera amenaza con intervenir para detener esa verdadera masacre.

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Otra sobre desproporción, aún antes de que comenzaran los primeros enfrentamientos entre Hamás e Israel. El año pasado la Asamblea General de la ONU emitió tres veces más resoluciones contra Israel que sobre Siria, Irán, Sudán y Corea del Norte COMBINADOS. ¿Alguien puede creer seriamente que Israel, con todas sus virtudes y defectos, es más digno de atención y condena que el régimen de Assad, Irán con su ahorcamiento de homosexuales, disidentes y minorías (por no hablar de su terrorismo global en cinco continentes), Corea del Norte con sus campos de concentración, o los sudaneses con su genocidio en Darfur? ¡Todo eso junto! Ni ellos se lo creen. Menos mal que la Asamblea General solo puede emitir resoluciones no-vinculantes de carácter recomendativo. Ahora el autodenominado Consejo de “Derechos Humanos” de la ONU quiere juzgar por crímenes de guerra a los israelíes (da lo mismo que sea Olmert, Netanyahu, Rabin, Lapid, Livni o el Meretz, para ellos cualquier gobierno israelí que se ve obligado a defender a sus ciudadanos merece un trato similar a los genocidas de Ruanda). Déjenme ser claro: si una ambulancia, una escuela de la UNRWA, una casa o un hospital son utilizados para almacenar armas o transportar terroristas, automáticamente se convierten en objetivos militares legítimos, porque son utilizados para fines militares. Como tal pueden ser destruidos. No hay escudos humanos que valgan.

El Consejo de “Derechos Humanos” está totalmente desprestigiado. El escándalo era tal que tuvo que ser suspendido y rearmado por Kofi Annan en 2006, sin mejores resultados. Este consejo no tiene autoridad legal o moral alguna para juzgar a nadie (sería una aberración jurídica y una afrenta a la soberanía de las democracias). Este Consejo resulta insólito y tragicómico si tenemos en cuenta que está compuesto por los peores violadores de los derechos humanos en el mundo. Nadie puede creer honestamente que Irak, Libia, Siria, Irán, Venezuela, Cuba, Corea del Norte, Bangladesh o los personajes que presiden el organismo (entre los que se encuentra la esposa del conspiranoico antisemita pro-terrorista Richard Falk) tiene alguna autoridad para juzgar a la democracia israelí. Estoy hablando de países que tienen mucho menos que un historial medianamente limpio acerca del tratamiento a sus propias poblaciones. Son dictaduras, regímenes autoritarios y violadores sistemáticos de los derechos civiles más básicos. Israel no solo debería boicotear a este jurado de bandidos (se retiró del organismo pero lamentablemente había vuelto a ingresar), sino también denegar la entrada a su territorio de aquellos representantes de este organismo anti-israelí. Los derechos humanos no deben ser una broma ni un instrumento político al servicio de las tiranías. No creo en dejar a los terroristas usar nuestro sistema de derechos humanos occidental contra nosotros demandando que sean tratados respetuosamente mientras ellos degüellan a bebés durmiendo en sus cunas y lanzan misiles con la intención de destruir un país entero sin el menor reparo ético. Y esto no empezó hace poco. Recuerden que fue en la misma ONU que se catalogó al sionismo como “racismo”, se condenó la operación de Entebbe y se denunció el tratado de paz entre Israel y Egipto.

Déjenme darles un ejemplo ilustrativo. Era una semana normal del 2013, no había guerra ni escalada del conflicto en Israel… en un fin de semana, este Consejo de “Derechos Humanos” condenó a Israel cinco veces, al tiempo que la matanza en Siria continuaba, gente inocente era asesinada a lo largo y ancho de Oriente Próximo y los derechos humanos de numerosas poblaciones eran violados sistemáticamente. En muchos de esos países la libertad de expresión era suprimida y dicho Consejo decidió enfocar su atención en Israel por haber clausurado un balcón en un barrio árabe de Jerusalén Oriental que no contaba con el permiso municipal necesario. Como pueden ver, este absurdo no empieza solamente cuando Israel se ve envuelto en una guerra que ni siquiera eligió empezar. Es algo de todos los días, con o sin guerra. Cualquier excusa les viene bien.

Assad no le pide permiso a la ONU para asesinar cientos de miles de hombres, mujeres y niños. Irán enriquece uranio a pesar de que el Consejo de Seguridad (que teóricamente emite resoluciones obligatorias) se lo prohíbe. No resulta sorprendente que nadie tome enserio a la ONU ni sus resoluciones. Recuerden que en el pasado este organismo designó a Pakistán, la Libia de Gadaffi, el Irak de Saddam Hussein, el Irán de los ayatolás o la Siria de Assad en comités para la protección de la mujer, la democracia, los derechos humanos, el desarmamiento, etc. Yo me pregunto, ya que estamos, por qué no designan a un jefe narcotraficante al frente de una compañía farmacéutica o un organismo de lucha antidroga. O por qué no llaman a un pedófilo para enseñar en un jardín de infantes o le piden a un líder de la mafia que presida un programa policial para la protección de testigos.

Imaginen si la señora Roosevelt hubiera sabido que los judíos serían vistos nuevamente como los más grandes villanos del mundo en el organismo internacional que ayudó a crear luego de los horrores de Auschwitz. Ella estaría avergonzada de encontrar que la ONU se ha convertido en una fuerza de liderazgo global detrás de una nueva cultura de “derechos humanos” que tiende a ver racismo en cualquier parte, pero antisemitismo en ningún lado (tal vez con la excepción de los cabezas rapadas, que ni siquiera son significativos dentro del antisemitismo contemporáneo).

Hablando de comparaciones desproporcionadas, me pregunto si Eleanor Roosevelt podía llegar a imaginar que una democracia hebrea sería vapuleada por defenderse de islamofascistas que matan a cualquiera que no piense como ellos, se felicitan con el saludo nazi y pretenden exterminar a todo un pueblo. Me pregunto qué diría ella al escuchar que un conflicto militar que se cobró unas mil vidas es comparado con el exterminio planificado, masivo y sistemático de una población entera (por el solo hecho de pertenecer a una minoría étnica) mediante el trabajo esclavo, el hambre, los experimentos médicos, los crematorios, las fosas masivas, las marchas de la muerte, los campos de concentración, las cámaras de gas, los millones de cuerpos apilados, las cenizas de los muertos cubriendo un continente entero, bebés estrellados contra la pared, los escuadrones de la muerte merodeando el área para disparar a miles de personas a la vez o quemarlos hasta la muerte. En otras palabras, el peor genocidio conocido por el hombre, donde dos tercios de la judería europea fue aniquilada. Otra de desproporción… incluso la Unión Soviética, el país que sufrió el mayor número de bajas en la Segunda Guerra Mundial, perdió menos de un quinto de su población total, cuando los judíos perdieron el 66%… de los nueve millones de judíos en Europa antes de la guerra, seis millones fueron exterminados. De hecho, señor pajarito loco, yo no estaba al tanto de que en la Alemania Nazi a los manifestantes les permitían acostarse y actuar como bebés llorones. Tampoco sabía que a los oponentes del Tercer Reich (incluyendo asesinos de niños) los liberaran de las cárceles con la esperanza de lograr acuerdos de paz con sus enemigos… o que las tropas de las SS utilizaban armas no letales para dispersar a los violentos en los disturbios que lanzaban piedras, bombas incendiarias y molotov contra los hogares (dudo que esto haya podido pasar de todas formas).

La ignorancia no es una excusa. Hay demasiados libros, testimonios de sobrevivientes, evidencias tangibles, historiadores y millones de inocentes que “se desvanecieron” como para desconocer lo que sucedió. Cualquiera que es capaz de comparar a las víctimas con sus asesinos está falto de decencia, corazón y alma. No resiste ningún análisis y escapa cualquier discusión política racional. La banalización del Holocausto es una de las peores formas de antisemitismo y debe ser tratada como tal, porque es más peligrosa que el negacionismo. La memoria de las víctimas de la Shoá es demasiado sagrada para ser utilizada por los enemigos de Israel para sus aberrantes propósitos espurios.

Creo que algunos confunden el deseo de los palestinos y su lujuria por la destrucción de Israel con los nazis (desde Amin al-Husseini hasta Khaled Mashal)… pero acusan a la gente equivocada. Contrariamente a lo que esgrimen, Israel no tiene ningún episodio donde asesina niños deliberadamente (y los que cometen crímenes contra árabes inocentes son encarcelados, no festejados y llamados “héroes” como en la Autoridad Palestina). Los palestinos, por el contrario, tienen una larga historia de bombardeos intencionados a escuelas y hospitales, acuchillamiento de bebés y la masacre de Maalot entre MUCHOS otros ejemplos, mientras incitan al martirio infantil, usando a sus propios hijos como tropas de primera línea. Están tan desesperados por mostrar a sus escudos humanos mutilados que cuando es necesario fabrican imágenes falsas de niños muertos, parte del montaje de Pallywood. Y la excusa de que “no son un Estado” no tiene validez jurídica o moral. Todos los bandos beligerantes, tanto estatales como no-estatales (incluyendo organizaciones terroristas) están obligados a cumplir ciertas leyes de guerra. Pero históricamente los árabes utilizaron la Convención de Ginebra como papel higiénico, por eso tiran piedras contra automóviles civiles (causando muertos y heridos), apuñalan y disparan contra civiles, incluyendo mujeres, ancianos, niños y bebés, comen los órganos de prisioneros indefensos, perpetran atentados suicidas en discotecas, disparan misiles contra jardines de infantes y – cuando los israelíes se defienden y responden – se dirigen a la ONU con la nariz sangrando para pedir a Israel que muestre contención. Pero claro, ellos no pueden ser criticados nunca, ni siquiera después de rechazar cinco treguas distintas. Lanzaron más de 2.500 misiles en menos de un mes. Si no matan suficientes civiles, es porque no pueden, no porque no quieren. Es porque tienen delante un ejército que se sacrifica por su población, en vez de sacrificar a su población por ellos como hace el Hamás.

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Por 23 días, Hamás disparó más de 2.500 misiles contra las ciudades israelíes, incluyendo Tel Aviv y su área metropolitana. Además de enviar drones y terroristas a los túneles para infiltrarse en territorio israelí. Casi todos sus intentos han sido frustrados, entre otras cosas porque afortunadamente Israel posee un desarrollo tecnológico impresionante y único que salió a la luz hace poco tiempo. A los refugios, se suma la Cúpula de Hierro, el sistema antimisiles que salva incontables vidas y le permite a la población israelí vivir con cierta normalidad. Pero me gustaría ver cómo reacciona algún otro líder mundial cuando una organización terrorista tiene la costumbre de disparar misiles cotidianamente contra la principal metrópoli de su país. ¿Qué haría el presidente Putin si los chechenos lanzaran 2.500 misiles contra Moscú? ¿Qué haría Erdogan si los kurdos hicieran lo propio con Estambul? Me parece que incluso el presidente Obama lanzaría una operación militar gigantesca si al-Qaeda disparara miles de misiles contra la ciudad de Nueva York.

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Claramente el mundo no pierde la paciencia por la ocupación turca del norte de Chipre, los crímenes chinos en el Tíbet, la ocupación rusa de Abjazia y Chechenia, la ocupación colonial española en Marruecos, Ceuta, Melilla o la falta de independencia de Cataluña, la ocupación francesa de Nueva Caledonia, Martinica, Guadalupe y Miquelón, la ocupación iraní de las islas de Abu Musa, Tumb Mayor y Menor, la opresión en Corea del Norte, la falta de independencia del Kurdistán (35 millones de personas) o el hecho de que desde hace más de cincuenta años los cubanos no pueden elegir a su propio gobierno en elecciones libres (aunque los comunistas realicen malabares conceptuales para explicar que existe “democracia” en un sistema de partido único, o aunque pongan como excusa la amenaza externa del “bloqueo” norteamericano, aunque nunca utilizan la misma comprensión de la amenaza externa cuando se trata de Israel, ahí sí que no perdonan ni una). Y antes de que me olvide, Israel lucha para defender a su propia población de los misiles que lanzan desde un territorio evacuado hace nueve años – no valen las excusas de “tiran misiles porque hay asentamientos” – no lucha para mantener una ocupación colonial a miles de kilómetros de distancia de su territorio como hacen los “civilizados” de la pérfida Albión en Malvinas, Gibraltar y el norte de Irlanda. La así llamada “comunidad internacional” tampoco pierde la paciencia por todos los numerosos y sangrientos conflictos (con “s” final) en Oriente Próximo que mencioné anteriormente. Mientras los países árabes arden por conflictos sectarios, la ONU está más preocupada por SodaStream.

¿Con qué derecho ellos juzgan a un país diminuto – bastante más civilizado y compasivo que sus vecinos – cuya existencia y población se ven amenazadas constantemente, al borde del secuestro, la muerte y la extinción? Más aún cuando fueron esas mismas naciones quienes persiguieron a ese pueblo cuando era minoría en sus países, sometiéndolo durante incontables siglos a expulsiones, pogromos, inquisiciones, masacres, discriminación, leyes de segregación y genocidios, a pesar de no representar amenaza demográfica o militar alguna. Lo hicieron simplemente por odio, y ahora se escudan en una supuesta (falsa) rectitud para condenarlo por defenderse. ¿Se puede ser más cínico? El pueblo de Israel es un cordero rodeado por setenta lobos. Su misma supervivencia es un milagro, más aún sus victorias, independencia y prosperidad. ¿Quieren proporción? Denle a Israel 22 países árabes y 2.000 años de tranquilidad, como mínimo.

Les puedo asegurar que la inmensa mayoría de los críticos extranjeros de esta operación no han tenido que marcharse de ningún sitio, ni son hijos de sobrevivientes del peor genocidio de la historia, ni tienen un vecino que amenaza con echarlos al mar, ni vieron un autobús escolar volar por los aires, ni oyen sirenas que avisan de la llegada de misiles, ni tienen un ayatolá demente al lado fabricando armas nucleares mientras dice que los judíos no saben lo que es un verdadero Holocausto… ¿Qué derecho tiene esa gente a pedir explicaciones? ¿Qué derecho tiene esa gente – sentados en sus cómodos sillones con aire acondicionado a miles de kilómetros de distancia con sus palabras baratas de corrección política y pacifismo engañoso – como para juzgar a los israelíes? Ni siquiera están debidamente informados. Los de afuera son de palo.

Sí, estoy hablando de los europeos. Lo que digan los bananeros hostiles fuera de ese continente me tiene sin cuidado. Su hipocresía es demasiado obvia. Son más irrelevantes que un ladrido a la luna. No tienen ninguna influencia real. Hay que tomarlos con humor (como dijo Ygal Palmor: “si te ganan 7 a 1 en un partido de fútbol en tu propia casa se puede hablar de desproporción, pero la realidad de una guerra no funciona así”). Pero que Europa siga chillando contra Israel causa mucha indignación. Me refiero a la sociedad civil de ese continente, que en un 50% alberga sentimientos profundamente antisemitas (hablando de “desproporción”), mientras los musulmanes matan judíos en Toulouse, Burgas y Bruselas. Siguiendo con la “desproporción”, en Francia menos del 1% de la población (los judíos, qué casualidad) sufren el 40% de los ataques racistas que se llevan a cabo en un año en todo el país (todo el resto de los grupos étnicos, raciales, religiosos y nacionales en el país galo, es decir, el 99%, sufre el 60% restante). ¡Vaya si es desproporcionado! También me refiero a los gobiernos europeos que no tienen problema en importar bienes producidos en prisiones chinas o talleres de trabajo esclavo en Bangladesh, apoyar económicamente las actividades en territorio ocupado del Sahara Occidental o comprar petróleo de regímenes islamistas represivos… Pero judíos construyendo un techo en Jerusalén realmente ofende su sentimiento de “moralidad”, suponiendo que lo tengan.

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Parafraseando a una líder israelí, al antisemitismo no se le discute, se lo combate. Pero para eso primero hay que desenmascararlo y denunciarlo. Espero que mi artículo ayude a este propósito, aunque sea un poco.

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Israel es un país del tamaño de Tucumán con una pequeña población, sin petróleo o recursos naturales, sin embargo es una nación próspera, creada por campesinos, sobrevivientes del Holocausto y refugiados judíos de los países árabes. Israel es haber vencido las posibilidades por el poder de las posibilidades. No tuvo un día de paz, sus enemigos fracasaron una y otra vez en los últimos 66 años. Disturbios violentos, masacres, guerras, terrorismo, emboscadas, guerrillas, ejércitos convencionales mucho más numerosos, Intifadas, atentados suicidas, misiles, propaganda, ofensiva diplomática, boicot económico, ataques cibernéticos y ahora posibles armas nucleares… nada de ello les ha rendido frutos a los enemigos de Yaakov, ni lo hará. Confío en que Israel podrá vencer esto también. Pues aquellos que intentaron exterminar a este pueblo en el pasado – llámese Filisteos, Asirios, Babilonios, Amalekitas, Seléucidas, Romanos, Reinos Cruzados, Imperio Español, Imperio Zarista, Tercer Reich, Unión Soviética o Saddam Hussein – hoy no existen más. El mismo destino le espera al Hamás y la Jihad Islámica. Ellos desaparecieron de la historia, el pueblo de Israel la está haciendo. El pueblo de Israel vive y existe.

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Por mi parte, espero que Israel siga actuando “desproporcionadamente” hasta destruir todos los túneles de Gaza que reptan debajo de territorio israelí, cuyo propósito no es otro más que asesinar y secuestrar israelíes. Que la “desproporción” israelí sea directamente proporcional a la desproporción de los medios de comunicación en la atención y la insensibilidad que tienen injustamente con Israel Que el país se mantenga unido y las fuerzas armadas no se detengan hasta obtener la victoria, esperemos que eso traiga aparejado la caída definitiva del régimen de Hamás de una vez por todas y para siempre, como preludio para la derrota final de todos los enemigos de Israel. Beezrat Hashem

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(este video fue publicado durante la Operación Pilar Defensivo hace dos años, pero hoy tiene tanta relevancia como en ese entonces, el ciclo se repite)

¿Por qué apoyo a Israel?

Hay que disolver la ONU

«UNA NACIÓN QUE MORARÁ EN SOLEDAD Y NO SERÁ CONTADA ENTRE LAS NACIONES» BAMIDBAR (NÚMEROS) 23:9     LA ASIMILACIÓN NO ES EL ANTÍDOTO PARA EL ANTISEMITISMO, EL ANTISEMITISMO ES EL ANTÍDOTO DIVINO PARA LA ASIMILACIÓN.


La salud en la ONU

ONU
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) está enferma. Es inmuno-deficiente al virus de la perversión política, el chantaje moral y la hipocresía. Ni siquiera su órgano responsable de velar por la salud global ha escapado del contagio.
Entre el 19 y 24 de mayo pasado la Organización Mundial de la Salud (OMS) celebró su 67 Asamblea Anual en Ginebra. El único país analizado -y condenado- sobre un total de 194 Estados-miembro, fue Israel. Ni una sola resolución fue adoptada para criticar, cuestionar o señalar la situación de la salud en ningún otro país específico del orbe.
La resolución fue patrocinada por países árabes: Egipto y Jordania (que tienen acuerdos de paz con Israel) más Marruecos, Kuwait, Libia, Omán, Argelia, Túnez, Yemen, Irak y Emiratos Árabes Unidos. 105 naciones votaron a favor, entre ellas Estados no exactamente modélicos por sus sistemas de salud, como Botsuana, Mozambique, Irán, Pakistán y Uganda.
Exceptuando a Colombia, que se abstuvo, y a varias naciones latinoamericanas y caribeñas que estuvieron ausentes, demasiadas dieron sus votos para castigar a Israel: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Costa Rica, Cuba, Ecuador, Guatemala, Honduras, Jamaica, México, Nicaragua, Perú, Uruguay y Venezuela. Cuba fue electa para presidir la sesión.
En su alegato, Siria acusó al Estado judío de realizar “prácticas inhumanas” contra los pobladores de los Altos del Golán y aseguró que “las condiciones de salud de la población siria en el Golán ocupado continúan deteriorándose”.
Intuitivamente sabemos que algo no está bien aquí, pero es contrastando los hechos que podemos ver realmente la magnitud del doble estándar exhibido en la ONU. La ONG suiza United Nations Watch ha presentado una tabla comparativa en materia de salud entre Israel y los Estados patrocinadores de la resolución que muestra inequívocamente la supremacía israelí en este campo.
Por citar sólo el índice de mortandad materna del año pasado, en Israel fue de 0,4 mientras que el promedio de los once países árabes fue de 4,5 (once veces peor). En Cuba, la nación electa para presidir la Asamblea Anual de la OMS, el ciudadano medio debe rebuscárselas para conseguir aspirinas, muchos hospitales carecen de agua corriente, hay muertes por cólera y en 2011 26 pacientes de un manicomio murieron debido a las “condiciones deplorables” del lugar según informó la BBC.
Y en Siria, que cuestionó a Israel en el recinto, ya hubo más de 150 mil muertos en una cruenta guerra fratricida (un tercio de ellos civiles). El régimen empleó armas químicas contra su propia población y aplicó políticas de hambruna deliberada para doblegar ciudades rebeldes.
Vale la pena detenerse por un instante en la cuestión siria puesto que en tanto el régimen Asad mata a los suyos, Israel hace esfuerzos por salvarlos. Dada la cantidad de hombres y mujeres sirios que, malheridos y desesperados, huyeron hacia Israel en busca de asistencia médica urgente, el Ejército israelí abrió un hospital de campaña en la frontera con aquel país árabe para atenderlos.
Desde 2013, cuando los primeros siete heridos se arrimaron a la frontera con Israel solicitando ayuda, sus médicos comenzaron a asistirlos, inaugurando así una misión humanitaria riesgosa y sin precedentes. Como la cantidad y frecuencia de los heridos sirios que pedían ayuda fue creciendo, el Gobierno dio la orden de construir un hospital que cubriese los casos de urgencia y evitase que ciudadanos de un país enemigo quedasen desamparados.
Al no haber acuerdos de cooperación médica entre Siria e Israel, los profesionales israelíes tienen desafíos importantes en conocer la historia clínica de los pacientes. Algunos doctores sirios envían a los heridos al país vecino con algunas indicaciones escritas en árabe o en inglés para facilitar las tareas de los médicos israelíes.
Éstos debieron ganarse la confianza de árabes atemorizados, demasiado habituados a la vil propaganda antiisraelí de Damasco. Una vez curados deben regresar a Siria, y al hacerlo deben esconder que sus vidas fueron salvadas por los “sionistas”.
Nadie podrá saber nada de esto al leer el texto de la última resolución antiisraelí de la OMS, la que se suma a las toneladas de papel que acumulan las injustas resoluciones contra Israel en la ONU. Nada nuevo bajo el sol. El castigo colectivo contra Jerusalén ha sido el sello distintivo de este desacreditado foro por largo tiempo.
Julián Schvindlerman es analista político internacional, escritor
y conferencista.

Me parece vergonzoso – Por Oriana Fallaci

Conflicto árabe-israelí explicado en cinco minutos

Grandes pensadores judíos

Para los que estén interesados, les presento la narración de una de las obras más brillantes de Gustavo Perednik, donde repasa la historia de los grandes pensadores del pueblo judío. A continuación se encuentra el primero de una serie de siete capítulos:

Yom Yerushalaim

A LA BÚSQUEDA DE JERUSALÉN

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Por Eli Wiesel, extraído del libro “Un judío hoy”

En el principio era Jerusalén

El sonido que provenía de las montañas, un llamado misterioso y lánguido. Una visión constantemente cambiante de un paisaje deslumbrante. Silencios dolorosos, silencios alegres.

Ciudad milagrosa que llega al cielo: la recuerdo con la misma claridad e intensidad con que recuerdo al niño que la añoraba. Parecía que hubiese pronunciado su nombre antes que el mío. Un nombre melodioso, evocativo de una distancia, familiar y sin embargo de un pasado desconocido, un nombre que consolaba incluso mientras inspiraba temor, especialmente al caer la noche, a esa hora de penumbra cuando los niños temen quedarse solos. Alguien tarareaba una canción de cuna o me enseñaba una plegaria. Cerraba entonces mis ojos y descubría una ciudad encantada y encantadora que se formaba en un sueño donde todos los hombres eran príncipes, excepto unos pocos vagabundos y sabios misteriosos de ojos ardientes. Y yo marchaba a su encuentro, conteniendo mi respiración.

Adivinaba el nombre del lugar. Sabía que se trataba de Jerusalén. De todos modos no podía situarla: ¿existía solamente en la imaginación de los niños y en la memoria de los ancianos?

Destruida una y otra vez, y sin embargo viva, conquistada una y otra vez, y sin embargo soberana, esta capital de la supervivencia tenía, si nos guiamos por las leyendas antiguas, dos caras, dos destinos.

Jerusalén terrestre y Jerusalén celeste: una, visible, evocando el luto y la lamentación; la otra, intangible, trayendo paz y eternidad. Y las dos se juntan en aquellas que saben cómo buscar dentro de las palabras y la memoria.

¿Pero qué sucede si uno no sabe buscar?

“Jerusalén”, solía decir mi abuelo, llorando, llorando con todo su ser. “Jerusalén”, solía decir mi maestro, riendo, riendo con todo su ser.

En un libro cuyas páginas estaban rotas y amarillentas había visto el dibujo de un muro intensamente alto, delante del cual estaban rezando de pie unos pocos creyentes melancólicos. Esta es Jerusalén, me informaron. De ahí en más estaba convencido de que ese lugar sólo podía hallarse en los libros – y era en ellos donde debía buscarse.

Libros de oraciones, libros de leyendas. Promesas y memorias. Hace mucho tiempo y el año próximo. David y el Mesías. Gran nostalgia, genuina expectativa. Exilio y retorno. Punto de partida y clímax. La historia judía no sería judía – no sería del todo – sin esa ciudad, la más judía de todas, la más universal también.

El niño que yo era la amaba más de lo que amaba a su pueblo natal. Pertenecía a ella, vagaba por sus callejones, me extraviaba en sus sombras. Y mis propios humores reflejaban sus sucesivas glorias y desolaciones.

Una costumbre: al finalizar una comida debe quitarse de la mesa hasta el último cuchillo antes de recitar la acostumbrada bendición evocando la añoranza del judío por Jerusalén. ¿Por qué? Porque la mesa simboliza el altar del cual todos los instrumentos mortíferos deben ser retirados. Y también, bajo la influencia de la nostalgia y la tristeza, el judío puede dejarse llevar por el impulso y clavarse el cuchillo en el corazón, mejor no exponerse a semejante tentación.

Un recuerdo: durante Pesaj, Shavuot y Sucot, nos cuenta una leyenda talmúdica, a los peregrinos nunca les faltaba espacio en el Templo. La gente convergía allí de todos los rincones del país, y “nadie se quejaba de estar apretujado”, milagro que jamás ocurría en la corte de nuestro rabino, que siempre estaba repleta. ¿Pero sucedía este milagro realmente en Jerusalén? No, decían las mentes emancipadas que no creían en maravillas. ¿Pero entonces cómo se explica? ¿Acaso se animaban a contradecir al Talmud? En absoluto. También Jerusalén estaba sobresaturada y sofocante, decían ellos, pero ocurría que… nadie protestaba, nadie se quejaba. Su razonamiento era pobre; no llegaban a comprender que precisamente en eso radicaba el milagro: el milagro de judíos que no se quejan.

En el noveno día de Av llorábamos por la destrucción del Templo. Era un día de ayuno y luto. Aturdidos, nos vestíamos con harapos y caminábamos de un lado para otro. Descalzos, nos sentábamos en bancos bajos o en el piso, leyendo las descripciones realistas de nuestra catástrofe nacional y religiosa que estaban escritas en el Talmud. Escenas de horror que helaban la sangre. Kamtza y Bar Kamtza: una historia de odio, de odio gratuito. Nevuzradan, Aspianos, Titus: heraldos de desolación y muerte. Yojanan Ben Zakkai y sus discípulos; supervivencia por medio del estudio, rezo y la palabra. La masacre de los inocentes, el orgullo del invasor. Desterrados de su ciudad en llamas, los judíos habrían de vivir veinte siglos con el recuerdo de sus ruinas y su gloria.

“Jerusalén”, decía mi maestro, “es la ofrenda de Dios a los hombres, y es un santuario erigido por el hombre en honor de Dios. Se espera que ambos vivían allí con temor, en éxtasis y esperanza; la más dolorosa de las esperanzas”.

Una máxima: ¿por qué Jerusalén fue reducida a cenizas y saqueada? Porque los sabios y estudiosos ya no imponían más respeto. O porque los judíos se odiaban mutuamente sin razón. O si no, porque la gente había perdido todo sentido de la vergüenza.

Una imagen: cuando las legiones enemigas se disponían a incendiar la capital ocupada, cuatro ángeles bajaron del cielo y le prendieron fuego, como para demostrar la impotencia de los mortales cuando atacan la ciudad de Dios. Jerusalén sólo puede ser destruida por Dios, e incluso Él mismo no tuvo éxito.

Otra imagen: tres jóvenes sacerdotes emergen del Templo en llamas, interrumpen el servicio sagrado y trepan al techo. Ahí se dirigen a Dios: “No supimos salvaguardar Tu morada, y por lo tanto Te devolvemos sus llaves”. Dicho lo cual arrojan las llaves al cielo. Y aparece una mano de fuego, agarra las llaves y se las lleva.

Hubo un tiempo en que yo condenaba a esos sacerdotes jóvenes; consideraba que su gesto había sido pueril y fácil. ¿Por qué devolver las llaves? En lo que a mí respecta, hubiera preferido un lenguaje más osado, más provocativo: “Señor del Universo, eres libre para renunciar a Tu santuario, eres libre para sacrificar a Tus sacerdotes y a Tu pueblo. Pero las llaves son nuestras, y nos las quedaremos”.

Luego veía a las llamas rodeando a todos los sacerdotes, jóvenes y ancianos, y veía que las llamas los llevaban: se transformaban en las llaves del Templo. Entonces yo dejaba de condenarlos.

Una historia: hacia el fin del sitio efectuado por los babilonios a Jerusalén, cuando la derrota de los judíos era una certeza, Dios ordenó al profeta Jeremías que convocara a Abraham, Isaac y Jacob. “Anda”, le dijo Dios, “diles que vengan rápido, Yo los necesito, pues ellos saben llorar”. Jeremías hizo tal como se le había ordenado. Fue a ver a los patriarcas, pero les ocultó el verdadero propósito de la convocatoria. Cuando ellos insistieron en saber por qué Dios deseaba verlos, el profeta adujo ignorarlo. Temía, dice el Midrash, que los patriarcas lo consideraran responsable por su inhabilidad para prevenir la catástrofe; temía que ellos lo criticaran por haber sobrevivido.

Los sobrevivientes de nuestra época tienen eso en común con nuestro trágico profeta. Viven con un temor constante a no saber cómo llorar, de ser incapaces de llorar verdaderamente. Sienten que su supervivencia es tan sólo una injusticia.

Hemos retenido las palabras de Jeremías pero no, ¡ay! Sus silencios. Pertenecen tanto a Jerusalén como el resto, y quizás más. Para mí, Jerusalén trae recuerdos; para mí, Jerusalén trae plegarias: plegarias sin palabras, palabras sin simulaciones.

Jerusalén: el punto central, estable de nuestra vida. Ilumina, fascina, atrae. Y sin embargo…

Una conversación:

“Tenemos derechos sobre Jerusalén”, dice el cristiano. “Hemos peleado por Jerusalén. Nos hemos dejado matar por Jerusalén. Estuvimos orgullosos de matar por Jerusalén”.

“Nosotros también”, dice el musulmán. “Hemos peleado por Jerusalén. Estuvimos orgullosos de matar por Jerusalén”.

“Es verdad” dice el judío. “Nosotros hemos construido Jerusalén, y la hemos reconstruido. Sin embargo, aunque nos hemos dejado matar por Jerusalén, nunca estuvimos orgullosos de matar por ella”.

Recuerdo mi primera visita a Jerusalén. Era de noche, y acabábamos de desembarcar en un reino extraño e inhumano. Alambre de púas, por todas partes alambres de púas, y encima nuestro cielo en llamas. Me rodeaban compañeros de viaje quienes, como yo, estaban mirando, esperando una señal, una clave. ¿Existía una clave a esta pesadilla? Los prisioneros que gemían, los oficiales que gritaban sus órdenes, los perros ladrando, los gritos dementes que llegaban de lejos: sonidos y vistas que no producían ningún recuerdo, ningún eco.

Mientras tanto, otros pasajeros bajan tambaleándose de los vagones sobrecargados. La muchedumbre se hacía cada vez más espesa. Hombres y mujeres y niños arrancados de todas las tierras, portadores de todos los nombres de la historia judía, representando cada faceta del destino, y los vi convergir en este lugar, este lugar exaltado de la humanidad a la sombra de las hogueras de otra época. Y repentinamente un pensamiento terrible se cruzó por mi cabeza: esto es Jerusalén, esta es la hora de la redención. Finalmente el Mesías había arribado, y los hijos de Israel llegaban de todas partes, poniendo término al exilio. Iban agitados a darle la bienvenida, a agradecerle y bendecirlo. Atrás, la época del tormento; atrás, la época de la oscuridad. La reunión de los exiliados estaba ocurriendo delante de mis ojos. Y aquí estaba Jerusalén, tanto terrestre como celeste, abriendo sus puertas a sus habitantes, muertos y vivos, llegados para glorificarla a medianoche. Ahora puedo yo morir, podemos todos morir, contentos y en paz. En Jerusalén.

Y recuerdo mi segunda visita a Jerusalén. La describí anteriormente y continuaré describiéndola una y otra vez.

Tuvo lugar en Moscú, una tarde de otoño bajo un cielo plomizo. Pensé que estaba delirando, tan anonadada estaba mi imaginación debido a lo imprevisto, debido al impacto dinámico de lo que estaba presenciando.

El sueño comenzó al atardecer. De repente el centro de la capital se corrió de la Plaza Roja al pequeño callejón polvoriento al lado de la sinagoga. Esa tarde, para los jóvenes judíos todos los caminos llevaban al mismo sitio. Estudiantes y trabajadores, soldados y miembros del Kromsomol, llegaban solos o en pequeños grupos, indecisos pero alborozados, el pelo revuelto por el viento, las balalaikas colgando de sus hombres. Cautos pero orgullosos mientras se confundían con la muchedumbre, eran saludados con exclamaciones: “¡Viva este día! ¡Viva! ¡Que viva el pueblo judío! ¡Viva!

¿Cuántos había? Miles y miles. La calle era demasiado angosta para contenerlos. Atrapados en el frenesí de la danza, parecían flotar en el aire, transfigurados, arrancados de sus sombras, elevándose por encima de los edificios, por encima de la ciudad, como si estuviesen trepando una escalera invisible, la escalera de Jacob, la que llega hasta el firmamento y quizás más alto aún.

No me había sentido tan fuerte desde hacía tiempo, ni tan orgulloso. En un rapto como de ensueño, me plegué a sus filas, con mis sentidos enardecidos por su exuberancia, por su fervor colectivo. Y me dejé transportar muy lejos en el pasado, en el futuro, en las nubes; olas luminosas me llevaban hacia otras costas, otros cuentos, a un lugar donde todas las cosas culminan en milagros y canciones.

Me olvidé que era la víspera de Simjat Torá – que se celebraba en Moscú como jamás fue celebrada en ninguna otra parte. Me vi a mí mismo en Jerusalén, peregrino entre peregrinos en los días de los reyes, empujado y devorado por el torbellino humano de un pueblo que volvió a reclamar su tierra y su ciudad, un pueblo soberano en sus alegrías tanto como en sus premoniciones.

Luego vino mi tercera visita, a principios de junio de 1967. Todavía se estaba combatiendo en varios frentes. Había francotiradores por todas partes. Pero esto no impedía que un pueblo jubiloso corriera hacia la Ciudad Vieja, todavía sitiada. Soldados y talmudistas, jasidim y almaceneros, niños de colegio y ancianos, sobrevivientes de todos los infiernos, rostros de todos los destinos – yo los vi corriendo casi sin aire, casi volando, hacia las callecitas enroscadas, las casas que servían de barricadas, corriendo para encontrarse con el Muro. Y allí, incrédulos y respetuosos, como niños con miedo de despertarse, todos se detuvieron abruptamente. Recuerdo la calidad, la densidad del silencio que cayó sobre nosotros: nadie se animaba a romperlo, ni siquiera con la melodía de una oración. Entonces algunos comenzaron a llorar, otros a bailar. Por mi parte, me dije que este espectáculo no era nuevo; ya lo había experimentado antes, en otro lado, en otra vida, hacía ya eternidades.

Y en un destello observé todas las caras que habían formado a la mía: compañeros de colegio, vecinos, héroes de libros, amigos de los campos de concentración, compañeros dejados atrás a lo largo del extenso camino a través de innumerables pequeños pueblos. Nunca antes los había tenido tan próximos, tan presentes. De repente comprendí: Jerusalén nos estaba acercando a todas las provisorias Jerusalén del exilio que el enemigo había cubierto con cenizas. Así como nunca recordé a Jerusalén mejor que en mi pequeño pueblo natal de Sighet, nunca recordé a Sighet mejor que en Jerusalén.

Todos sollozaban. Mirábamos hacia atrás, buscando a nuestros invisibles antepasados, caídos en el camino, víctimas del azar y el infortunio. ¿En qué medida merecíamos nosotros lo que a ellos les fue vedado? Lloramos, porque no había nada más que pudiéramos hacer, seguramente por ellos no podíamos hacer otra cosa.

Recuerdo que, como cualquier otro peregrino, agarré un trozo de papel y tras anotar un deseo lo metí en los intersticios del Muro.

Aunque se supone que uno no debe revelar la naturaleza de semejante mensaje, de todos modos yo lo haré. Había escrito: “Esta es mi tercera visita a Jerusalén. Que nunca me olvide de las dos que le precedieron”.

Y una voz dentro de mí contestó Amén. Reconocí la voz: no era la mía; era la de un hombre mayor que había muerto, una ofrenda en sacrificio a la noche en otra Jerusalén.

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LOS PARACAIDISTAS LLORAN

Este muro escuchó muchos rezos. Este muro vio ya muchas murallas derribadas. Este muro percibió ya muchas manos de madres dolientes y trozos de letras escondidas entre sus piedras. Este muro vio a Rabi Yehuda Halevi arrastrarse ante él. Este muro vio cesáreos elevarse y ser exterminados.

Pero el muro este, no vio aún, paracaidistas llorar. Este muro los vio cansados y agotados. Este muro los vio heridos y sangrantes, correr hacia él, mientras sus corazones latían fuertemente, bramando y en silencio, brincando por las callejuelas de la antigua ciudad.

Y ellos cubiertos de polvo y con labios ardientes murmuraban:

Si te olvidare Jerusalén, si te olvidare…

Y ellos son ágiles como el cóndor y poderosos como el león.

Y sus tanques, el carruaje fogoso de Elyahu Hanaví.

Y ellos pasan como trineos. Y ellos desfilan irritados. Y ellos recuerdan los miles de años horribles durante los cuales ni siquiera teníamos un muro sobre el cual verter nuestras lágrimas.

Y he aquí que ellos se hallan frente a él, de pie y respiran hondo. Y he aquí que lo miran con dulce dolor. Y las lágrimas fluyen y ellos se miran uno al otro perplejos. ¿Cómo es posible que paracaidistas lloren?

¿Como es posible que palpen emocionados la pared?

¿Cómo es posible que de ese llanto brote un canto?

Tal vez sucede esto, debido a que estos muchachos de 19 años nacieron junto con la Declaración del Estado y portan sobre sus espaldas – el peso de miles de años…

Jaim Jefer

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Feliz Yom Yerushalaim, nuestra capital eterna e indivisible! Am Israel Jai!

Dantesca destrucción en el norte de Irán: El Gran Bonete ataca de nuevo

Explosión en el norte de Irán

Dantesca explosión en el norte de IránUna explosión de enormes proporciones sacudió la ciudad de Qazvin en el norte de Irán, según señala un reporte de la agencia semioficial iraní Fars.

El informe dice que las autoridades estiman que hay numerosas víctimas.

El reporte menciona que la explosión se produjo en un depósito; pero no se aclarado a que tipo

de elementos se almacenaba en ese sitio.La ciudad de Qazvin posee más de un millón de personas y en la antigüedad fue capital de Persia, está ubicada a alrededor de 160 kilómetros al noroeste de Teherán.Exiliados iraníes afiliados a la Organización Mujahedin Khalq o MKO denunciaron, en 2010, la existencia de una planta nuclear secreta de enriquecimiento de uranio en Abyek, en la provincia de Qazvin, una afirmación que fue rechazada por funcionarios iraníes.

Fuente: AURORA

Feliz Yom Haatzmaut

Yom Haatzmaut: Dos textos de la época

Ezequiel 28:25:
Así dice Dios el Eterno: Cuando haya recogido a la casa de Israel de entre los pueblos donde están dispersos y los haya santificado a la vista de las naciones, morarán en su propia tierra que le di a Mi siervo Yaacob. Allí vivirán seguros, construirán casas y plantarán viñedos; sí, vivirán allí en seguridad cuando Yo ejecute Mis designios sobre todos los que los desprecian en derredor y sabrán que Yo soy el eterno su Dios.

Como es tradición en este blog, publico para Yom Haatzmaut dos artículos de mi querido abuelo contemporáneos a la independencia de Israel:

Resurrección

Por Pedro Lew

Posadas (Misiones, Argentina) Diciembre 19 de 1947

Los pueblos del mundo han reconocido al viejo y antiguo pueblo de Israel, sus derechos históricos y jurídicos sobre parte del patrimonio de sus antepasados. Se cumple así el anhelo de 60 generaciones. Cerca de 2.000 años han pasado desde que el pueblo judío fue expulsado de su tierra natal. 1812 años han transcurrido desde el último grito de rebelión, lanzado por Bar-Kojba, contra la tiranía de Roma.

 

La pequeña Judea se lanzó, con fervor patriótico y afán de libertad, contra las huestes romanas. El Imperio más grande de antaño, tuvo que luchar fieramente para quebrar el espíritu de emancipación y de los hombres libres que abarcaba desde los montes del Hermón hasta el desierto del Sinaí, desde el Mar Mediterráneo hasta el Mar Muerto.

 

Dura era la lucha, sangrientas las batallas; un pueblo pequeño quiso romper las cadenas de esclavitud, pero esta lucha era la última; quemados sus pueblos, muertos sus guerreros, arrasados sus templos, llevados al cautiverio sus mejores hijos e hijas, vendidos en los mercados de esclavos.

 

Lloraba el chacal en las desiertas praderas, el buitre ha hecho su nido en los jardines, el lagarto y la víbora se acomodaron en las ruinas, y el beduino del desierto ha hecho suya las casas y palacios destruidos.

 

Israel había caído, Judea quedó destrozada, el gran Templo en ruinas: “Jehová” se ocultaba llorando y Raquel se levantó de su tumba de Beit-Lejem, alzó sus manos de madre al cielo y preguntó: “Por qué! ¿Por qué esta mala suerte contra mis hijos valerosos?” y se oyó una voz que contestó: “Llegará el día, cuando los pueblos del mundo harán retornar a tus hijos a Eretz Israel: a la patria de Israel”.

 

Y este día ha llegado; ha llegado por fin el día de “Tjiat-Ametim”, ha llegado el día de la legendaria resurrección de los muertos.

 

1812 años el pueblo judío vagaba por el mundo, le era negado el derecho de ser hombres, el derecho de vivir fue encerrado en “Guettos”, fue tratado como paria, era el hazmerreír de los poderosos, era la presa de los turbios, fue expulsado de los países, masacrados en masa, toda la maldad y tiranía del mundo la sentía en su propia carne; era el barómetro de la política de cada potentado o gobierno. Pero esta nación nunca jamás ha olvidado a su tierra natal; generación tras generación mantenía latente la esperanza y el anhelo de retornar al antiguo patrimonio, a la ciudad que el Rey David había construido.

 

Y tampoco perdieron la esperanza de que no siempre reinara la noche oscura sobre la tierra, que no sea eterna su vida de parias y extraños en el mundo, que recuperarán su dignidad y orgullo, que llegará la aurora para el mundo y para ellos. Toda esa esperanza invencible les ha mantenido unidos y fuertes para soportar las tempestades de tan largo destierro.

 

Israel se prepara para ocupar su puesto como nación libre e independiente dentro del concierto de los pueblos libres y democráticos del mundo.

 

En la cuna de la civilización del mundo, en la cuna del monoteísmo, en la patria de las tres religiones, se alzará la flamante bandera blanca y azul, con la estrella de David en el centro, para anunciar al mundo íntegro que el pueblo de la Biblia, que el pueblo de los diez mandamientos, que el pueblo del espíritu moral y del libro, ha resucitado; ha llegado el día del Mesías prometido.

 

Y se cumple la profecía de aquél profeta formidable, de aquél visionario revolucionario, del gran Ezequiel quien dice en el capítulo 37: “He visto huesos humanos, resecados sin carne y sin sangre, llenando el valle; y una voz me manda: Háblales, dales esperanza. Y con palabras humanas les infundí confianza y anhelos y, Oh milagro, se mueve el valle, se juntan los huesos, se cubren los músculos, se llenan sus esqueletos con carne y sus venas con sangre; y una masa formidable se levanta llena de espíritu”. Esta profecía de aquél profeta está cumpliéndose en nuestros días: de la ceniza de Maidanek, de los campos de concentración de Buchenwald, Osmienchim, y millares de otros campamentos, los esqueletos humanos, sobrevivientes de la masacre hitleriana (donde fueron asesinados 6 millones de seres judíos) se levantan con un nuevo vigor y empuje, para ayudar a reconstruir la tierra prometida.

 

El deber aquí, el deber de los judíos en los países de la diáspora es convertirse en la retaguardia de las avanzadas hebreas en Palestina, para fortalecer sus brazos y sus espíritus, en la magna obra que se avecina, ofrecerles la ayuda material y moral, para que no se queden solos en la gran reconstrucción de un pueblo que ha resucitado.

No es obra de un partido solo, es deber y obra de todos los judíos sin distinción de colores o partidos, todos son judíos y como tales tendrán que contestar, como un solo hombre, al llamado de los hermanos en esta hora histórica y trascendental de su pueblo. Benditos sean aquellos que sabrán ponerse a la altura de los acontecimientos, benditos aquellos que pondrán el interés y bienestar colectivo por encima de las mezquinas vanidades personales y benditos sean los dirigentes judíos que sabrán interpretar el mandamiento de la hora, de fortalecer el espíritu de unidad judía, mancomunados para un solo fin: la reconstrucción de Eretz Israel para el pueblo de Israel.

¿Sangre o nafta?

Por Pedro Lew

Posadas (Misiones, Argentina) Noviembre 30 de 1948

El 29 de noviembre de 1948, se cumplió el primer aniversario de la histórica resolución de la O.N.U. de repartir Palestina en dos Estados libres e independientes, Judío y Árabe.

El 14 de mayo de este año, fue proclamado el establecimiento del Estado de Israel, sobre la parte de la Palestina correspondiente. Desde el principio, Gran Bretaña se opuso a la creación del Estado de Israel; sus intereses imperialistas no coincidían con el cambio político en el Medio Oriente. Gran Bretaña no ha podido permitir que se levante un Estado moderno y progresista en medio de sus vastos intereses económicos y militares, principalmente en contra de sus intereses petrolíferos del Medio Oriente. Le era más conveniente, tener como “amigos” a los “Effendis”, “Pachas” y jeques árabes, que mantienen a sus pueblos en estado de esclavitud, hambre y miseria, plagas y enfermedades.

 

El “socialista” Bevin prefería tratar con estos “amos” del desierto, comprándolos con un puñado de oro, que verse obligado a entrar en relaciones con un pueblo culto, capacitado, moderno y democrático, y por tal motivo, desató la sangrienta lucha en Palestina, para aplastar al Estado recién creado, movilizando para tal fin, a todos los ejércitos Arábigos del Oriente. 7 países árabes, armados hasta los dientes, han atacado al joven Estado de Israel.

 

Y el “compañero” Bevin, estaba más que seguro, que terminaría la gran obra que empezó Hitler, de aniquilar a los judíos.

 

Pero el Estado de Israel no dejó aplastarse. Sin recursos, sin ejércitos, sin armas, ha repelido la agresión de los árabes. Sus hombres y mujeres, obreros, artesanos, estudiantes y profesores, campesinos y comerciantes se han alistado, todos como uno solo, para defender a sus hogares, su patria recién creada, y su honor como hombres libres, de una patria libre.

 

Estos soldados, improvisados, luchaban como tigres, ellos sabían el por qué de esta lucha, y lo que les espera en caso de ser derrotados, se daban cuenta, que atrás de los ejércitos de mercenarios árabes, está el “socialista” Bevin defensor de los grandes intereses petrolíferos mundiales, para quien la sangre roja de los pueblos no significa nada, no tiene ningún valor, sino el líquido negrusco de los tubos petrolíferos.

 

Y esos hombres de Israel, convertidos en soldados, han inflingido derrota tras derrota a los ejércitos invasores, ocupando pueblos y aldeas de los árabes, sembrando el pánico entre los “bravos” soldados de los “Effendis”, “Pachas” y jeques; poblaciones enteras árabes han pedido protección de Israel. Pero al “compañero” Bevin no le conviene que así nomás se terminen sus intrigas, no entran en sus cálculos imperialistas que reine la paz y la armonía entre los pueblos; más tiene interés en mantener latente la tensión bélica, para debilitar a las economías nacionales de los pueblos en litigio, manteniendo a sus hombres bajo las armas, sin ningún provecho o utilidad para los países en lucha. Y así llegará a realizar su ambición, de ser dueño y amo del Medio Oriente, con sus ricos yacimientos petrolíferos. ¿Pero permitirán los pueblos libres del mundo que la nafta valga más que la sangre humana? ¿Permitirán estos mismos pueblos que su propia resolución de la O.N.U. sea un mito, para favorecer a los intereses de unos potentados? ¿Permitirán que la nafta sea la chispa de la gran hoguera que ha encendido al mundo? ¿Recordarán todo eso los pueblos libres del mundo?

El tiempo nos lo dirá!

Declaración de independencia

Breve reseña sobre Venezuela

Actualmente Venezuela vive una situación muy difícil. La juventud en Venezuela no tiene futuro. Todos los productos los tienen que importar, por lo que no hay trabajo. Tal vez una familia afortunada puede vivir de los subsidios del Estado, pero la población en general no tiene ni papel higiénico. No tienen leche ni pan. Los hospitales no tienen insumos. La inflación más alta del mundo. Más de 24.000 muertos en 2013 por el crimen. No hay prensa libre, hay grupos paramilitares que revientan a balazos a cualquiera que salga a protestar contra el gobierno. En las cárceles TORTURAN a los estudiantes. Bloquean internet, no permiten que las cadenas internacionales muestren la situación. No hay Estado de derecho ni derechos humanos. Disculpen que lo diga así, pero para mí NO HAY DEMOCRACIA en Venezuela, no hay República. Un joven promedio creció prácticamente toda su vida bajo la bota chavista. El chavismo convirtió una nación rica en un país bananero. Muchos gobiernos de la región son CÓMPLICES.

Me parte el alma ver las fotos de esos jóvenes estudiantes asesinados, golpeados, torturados, difamados y heridos por los matones chavistas.

Que Maduro haya ganado las presidenciales con el 50,66% (su candidato opositor obteniendo el 49 y pico restante), no les da derecho a disparar a matar contra manifestantes y encarcelar opositores. A NINGÚN GOBIERNO. Una democracia no son solo elecciones, señores cavernícolas!

Si el régimen chavista sigue comportándose de manera tan bestial y sanguinaria con sus propios ciudadanos, me temo que el pueblo venezolano no tendrá más remedio que levantarse en armas. Son las consecuencias producto de las perversiones de una izquierda mal llamada progresista que consuetudinariamente se ha aliado a lo peor de la humanidad. Que ha revestido de idealismos las más nefastas tiranías y ha convertido en paladines a sociópatas y transgresores. De esa izquierda salió o fue captado por ella, un grupo de gente sin escrúpulos, obsesionado con el poder, que no tolera disidencia alguna y es capaz de hacer cualquier cosa porque en sus mentes no hubo jamás freno moral. Si esto sigue así, la mitad antichavista de Venezuela tendrá que formar su propia república independiente.

Lamentablemente la oposición venezolana no está tan preparada como el oficialismo, son simples estudiantes, trabajadores, profesionales, ciudadanos comunes que no manejan armas, no están pagos por el gobierno ni se dedican tiempo completo a la «militancia». Pero ningún régimen puede ahogar los reclamos legítimos de la mitad de un país entero sin destruir una nación y sumirla en el caos.

Por otro lado, los medios controlados por el chavismo utilizan un lenguaje insultante, maniqueo y exacerbado para desacreditar todo tipo de crítica hacia los abusos, crímenes y pésima administración del actual gobierno venezolano. Su objetivo es matar o silenciar al mensajero, sin escrúpulo moral o democrático alguno. La referencia a un supuesto e inexistente «fascismo» en el bando democrático es uno de los más apreciados entre las filas nazibolcheviques que están dispuestas a defender a cualquier tirano, causa injusta, valores retrógrados o dictadura con tal de que se oponga al tan odiado «imperio» norteamericano, incluyendo apoyar a Castro, Assad, Ahmadinejad y demás horda asesina. Ellos quieren ocultar la información al mundo. Con sus descaradas mentiras, adjetivaciones y omisiones, la cadena militante Telesur hace parecer a la parcial y conservadora Fox como un paraíso de civilidad, honestidad y responsabilidad periodística. Lo se porque tuve el disgusto de ver esa cadena en Argentina, promoviendo el fundamentalismo chavista más allá de sus fronteras. Simplemente vergonzoso, ni los medios argentinos cayeron tan bajo.

Todo esto me lleva a la conclusión de que actualmente las luchas en varias partes del mundo ya no se tratan de una disputa ideológica por el poder, la tierra, el liberalismo o el socialismo. Se trata de una pugna entre los partidarios de la democracia y las fuerzas del autoritarismo. Procuremos no ir a contramano de la historia por intereses mezquinos. Mi total solidaridad con los presos políticos en Venezuela y D’s quiera que caiga la dictadura más pronto que tarde.

Yom HaShoá

Zacarías 8:23:

Así dice el Eterno de los Ejércitos: En aquellos días, ocurrirá que diez hombres de todas las lenguas, de todas las naciones, se asirán de la falda del judío diciendo: Iremos contigo porque hemos sabido que Dios está contigo.

Como es tradición en este blog, publico para Yom HaShoá dos artículos de mi querido abuelo sobre el tema (acompañado al principio por una reflexión mía sobre el levantamiento del gueto de Varsovia)

Tuve el privilegio de ver la defensa judía en toda su grandeza y gloria

Como muchos de ustedes sabrán, hace pocos días se conmemoró la festividad judía de Pesaj, que recuerda la lucha y el anhelo de libertad del pueblo judío, cuando miles de años atrás fue liberado de las garras del yugo esclavizante del Faraón de Egipto para ser conducido a la Tierra Prometida. Muchos habrán festejado, hablado, publicado en un sitio o simplemente recordado esta famosa festividad que nuestra nación recuerda cada año con alegría, orgullo y dignidad. Pero muchos tal vez no se percataron de que, coincidiendo en pocos días con el final de la festividad de Pesaj, también se conmemora el 71 aniversario del Levantamiento del Guetto de Varsovia en la época del Holocausto. La condena de muerte decretada por el nazismo contra todos los hebreos en Europa, fue enfrentada a principios de 1943 por los sobrevivientes de los guetos. Constreñidos a la gasificación en masa, 220 hombres del Guetto de Varsovia, mal armados y alimentados; con la ayuda de los pocos miles de niños, ancianos y mujeres que todavía quedaban en el sitio con un último aliento de vida; resolvieron afrontar la maquinaria de exterminio del opresor nazi (aun más cruel que la del Faraón egipcio) levantándose en armas. Los combatientes de los guetos sabían que su rebelión tendría un único fatal resultado. Al empuñar las armas, empero, rompían la marcha resignada de los millones de judíos que, engañados por los nazis, marchaban en silencio hacia la cámara letal, como ovejas al matadero. Crearon la alternativa de luchar, de golpear al verdugo, de hacer pagar caras sus vidas, de morir con honor. Tal vez en toda la historia de la humanidad no hubo situación tan condenada. Ni Leónidas, en el desfiladero de las Termópilas, desesperó de resistir sin una oportunidad de sobrevivir; los suicidas de Massada hicieron culminar con su muerte una lucha por la libertad, cuyas semillas, sabían, iban a ser recogidas por quienes sobrevivieran; solo en las noches incendiadas de la rebelión en los guetos europeos, sus combatientes tuvieron conciencia de que salían a pelear por la sola alternativa de morir luchando, único privilegio que les quedaba luego de tanta muerte y crueldad. Su lucha no solo fue una expresión de heroísmo humano; era un grito desesperado frente a un mundo que sabía del exterminio y no hacía lo necesario por detenerlo. En los documentos dejados por los luchadores (casi todos ellos identificados con el movimiento sionista) se trasluce su fe y esperanza en la reconstrucción nacional del pueblo judío en la tierra de sus antepasados, y la inspiración que abrevaron partía de esa esperanza. Israel con su enorme progreso y victorias militares, no tiene ningún sentido sin el recuerdo de sus seis millones de víctimas que quedaron enterradas en suelo europeo.

 

Es por esta razón, para rendirle un minúsculo homenaje a aquellos ejemplares rebeldes que afrontaron la muerte durante la Shoá con honor en el Guetto de Varsovia y otros lugares, que quiero publicar un articulo sobre el tema escrito por mi querido abuelo hace más de sesenta años, el señor Pedro Lew (que en paz descanse). Quiero compartir con todos ustedes sus sabias palabras:

 

Artículo Publicado en el Diario “El Territorio” en la ciudad de Posadas, Provincia de Misiones, República Argentina, el 22 de abril de 1952.

Su autor Pedro Lew

“Nuestro vecino Don Pedro Lew ha escrito esta nota para recordar la epopeya sangrienta del guetto de Varsovia”

EL SACRIFICIO CRUENTO DEL PUEBLO JUDIO.

19 DE ABRIL DE 1943

Fecha memorable para el pueblo judío. En aquel día se propagó por el mundo la noticia trágica y al mismo tiempo gloriosa de que el ghetto se levantó en armas, que el ghetto está luchando heroicamente, ocasionando ingentes pérdidas al enemigo nazi, que el ghetto está rodeado por los cuatro costados por un ejército de asesinos. Los últimos sobrevivientes de la catástrofe del judaísmo europeo se han puesto de pie, enfrentando con sus precarios medios a un ejército armado hasta los dientes.

Los alemanes acostumbrados a las victorias fáciles, a los “paseos militares por toda Europa”, no tomaron en serio al puñado de hombres, mujeres y niños, que se encapricharon de no entregarse vivos para ser quemados, en los crematorios de Oswienchin, Buchenwald, Maidanek y otros. Y bien caro les ha costado a los nazis enfrentar esta sorpresa. Tanques, artillería, aeroplanos, bombas demoledoras e incendiarias tenían que ser usadas contra este grupo de héroes, que lucharon por el derecho de morir como hombres libres, y no como ratas en la ratonera.

Criaturas de corta edad, ancianos de manos temblorosas, mujeres débiles codo a codo con los pocos hombres jóvenes que se quedaron todavía en el ghetto, han luchado con botellas inflamables, bombas de fabricación casera, armas anticuadas y primitivas, manteniendo a raya a todo un “glorioso” ejército alemán.

El ghetto fue incendiado por sus cuatro costados; le fue cortada el agua; hambre y enfermedades han hecho estragos con las filas de los defensores, y la lucha seguía. Casa tras casa, manzana tras manzana, fue tomada por asalto por los asesinos. Cuarentaitres días ha durado esta lucha desigual. Francia ha caído en veintidós días, Polonia con su ejército ha luchado veintiocho días, Holanda, Bélgica, Luxemburgo fueron un paseo militar para los nazis, y el ghetto se mantuvo firme cuarentaitrés días.

Millares de alemanes han sucumbido a manos de los defensores del ghetto. Del Estado Mayor de Berlín tuvieron que ser enviados “especialistas” para terminar con esta “vergüenza” para el ejército omnipotente. Todo el ghetto fue demolido por la artillería para liquidar los últimos focos de resistencia.

Cuarenta mil seres humanos han caído en esta epopeya. Y al morir han lanzado su Testamento: Recordar y no Olvidar.

Recordar que han luchado para mantener en alto la dignidad humana.

Recordar que los asesinos han aniquilado a seis millones de judíos por el solo hecho de ser judíos.

Y no Olvidar que el nazismo es un peligro de muerte para todos los pueblos del mundo

Y no olvidar que hasta tanto exista el nazismo no podrá haber paz y tranquilidad entre los pueblos.

No Olvidar que el judaísmo por su condición y por su larga historia de pueblo sufrido es democrático, enemigo de las violencias y asesinatos.

Y el pueblo judío recuerda con veneración y gloria el testamento de los héroes inmolados por el nazismo y promete: Recordar y no olvidar.

 

Himno de los partisanos:

 

Nunca digas que vas a tu último camino

aunque los días azules se oculten tras cielos plomizos;

todavía ha de llegar el momento soñado

y resonará nuestro paso: ¡aquí estamos!

 

Desde el país de las nieves al de las palmeras

aquí estamos con nuestro dolor, con nuestra pena;

y donde cayera una gota de nuestra sangre

brotará nuestro heroísmo, nuestro coraje.

 

El sol de mañana dorará nuecero hoy

y el enemigo se esfumará con el ayer,

pero si demorara en aparecer el sol

por generaciones vaya como consigna esta canción.

 

Esta canción ha sido escrita con plomo y sangre;

no es el canto libre de un pájaro salvaje;

entre un desplomarse de muros resquebrajados

le cantó un pueblo con armas en mano.

 

Nunca digas entonces que vas tu último camino

aunque los días azules se oculten tras cielos plomizos;

todavía ha de llegar el momento soñado

y resonará nuestro paso: ¡aquí estamos!

 

Nunca digas que esta senda es la final,

porque el cielo gris cubrió la luz del sol.

 

El momento tan ansiado llegará

y el sonar de nuestra marcha escucharán.

 

El clamor por tanta angustia y el dolor

desde el trópico hasta el polo sonará,

y al regar con sangre nuestra heredad,

la esperanza fuerte y pura crecerá.

 

No es un canto alegre, es canto de fusil,

no es tampoco pájaro de libertad,

es canción de un pueblo obligado a sufrir,

que con sangre y plomo el verso escribirá.

Pregunta al «líder supremo» de Irán

Flores en el aire

Dedicado a mis padres y familiares asesinados en Kobrin (Polonia) en octubre de 1943

Los pueblos civilizados acostumbran a colocar ofrendas florales sobre las tumbas de sus desaparecidos, venerando los recuerdos de aquellos que les eran queridos en vida.

También se dejan flotar coronas de flores sobre el agua, cuando algún buque con pasajeros desaparece en las profundidades del mar o del río.

En tiempos bélicos, aviadores han dejado caer coronas de flores sobre el lugar donde algún compatriota, envuelto en llamas, cayó al ser alcanzado por los cañones enemigos. También quiero proceder en forma análoga.

Al cumplirse el décimo aniversario del aniquilamiento de todos mis familiares, quise ofrendarles el testimonio de mi veneración. Pero una incógnita me deja en la incertidumbre: ¿Dónde? ¿Dónde colocar esa ofrenda? ¿Dónde están las tumbas? ¿Dónde fueron enterrados mi padre, madre, hermana, cuñado, sobrinito, tíos, primos y todos aquellos que me han sido tan queridos y tan cercanos a mi corazón?

¿En el llano? ¿En el monte? ¿Fueron echados al río o fueron pastos de las llamas?

Decid vosotros buena gente, ¿no sabéis donde está la última morada de mis padres y de mis familiares? ¿No sabéis cómo se ha producido su fallecimiento? ¿O es que acaso no han tenido siquiera la dicha de ser sepultados como gente? ¿O fueron convertidos en ceniza como la mayoría del pueblo judío, arrastrados a los hornos crematorios?

La ceniza vuela por el mundo como almas en pena, llorando por sus vidas truncadas, por sus años no vividos, maldiciendo a los archi-asesinos nazis que con tanta fiereza los aniquilaron a todos. ¿Puede el cerebro humano concebir una matanza tan cruel, tan despiadada y tan cobarde? ¿Puede el ser racional convertirse en una fiera hambrienta y sedienta de sangre humana como han sido los nazis? ¿Puede el amigo lector imaginarse lo que significa perder en esta forma a toda una vasta familia? A todos, sin excepción, ancianos de edad otoñal, junto con hombres maduros, en pleno verano de su vida, acompañados con criaturas, que comienzan a dar los primeros pasos en la primavera de su existencia.

Todos fueron llevados al último camino sin retorno. Ninguno se ha salvado de ese trágico destino. No hay más a quien enviar saludos ni recibir de ellos noticias, como si uno hubiera nacido de una piedra. ¿Acaso soy realmente nacido de una piedra? ¿Acaso no tuve yo también padre, madre y otros familiares como todos? ¿Acaso soy como el hongo que brota de la nada?

Cuando sopla el viento y escucho un susurro, me parece oír voces humanas y llantos de criaturas inocentes.

¿No serán ELLOS que me hablan? ¿No serán SUS voces que claman justicia y venganza por la sangre vertida?

Hoy es el triste aniversario cuando esos seres humanos, llenos de vida y vigor, fueron convertidos en un santiamén en cenizas. A estas cenizas, que simbolizan a quienes han sido mis seres más queridos, desparramaré por el viento pétalos de flores, para que les acompañen y que les trasmita mi mensaje exteriorizado al impulso de mi corazón dolorido y decirles: “Que hasta tanto lata un solo corazón judío en el mundo, éste no perderá la esperanza de ver la llegada del día de la justicia y venganza: que los super-asesinos antisemitas pagarán con su sangre los crímenes cometidos; que los mares de sangre absorbidos por la tierra, retornarán para caer sobre sus propias cabezas; que, como torrentes de lava, las cenizas de millones y millones de víctimas arremeterán sobre los asesinos violadores y saqueadores”. Entonces no habrá más en el mundo entero esta incertidumbre: ¿DONDE?

Vayan mis palabras, conviértanse en pétalos y desparrámense por el mundo para cumplir la misión que les estoy encomendando.

1943 – Octubre – 1953

PEDRO LEW

Señor Ali Khamenei: Si nada de eso ocurrió… ¿Usted podría decirme dónde visito los restos de mi bisabuelo y toda la familia Lew para rendirles homenaje?

Véase también aqui, aqui, aqui y aqui

Eli Wiesel, extraído de “Un judío hoy”:

Supongamos que nuestro pueblo no hubiera transmitido la Ley a otras naciones. Olvidemos a Abraham y su ejemplo, a Moisés y su justicia, a los profetas y su mensaje. Supongamos que nuestras contribuciones a la filosofía, a la ciencia, a la literatura, son despreciables o incluso inexistentes. Maimónides, Najmánides, Rashi: nada. Spinoza, Bergson, Einstein, Freud: nada. Supongamos que de ninguna manera hemos añadido nada al progreso, al bienestar de la humanidad. Una cosa no puede ser impugnada: los grandes verdugos, los grandes asesinos de la historia – el Faraón, Nerón, Jmelnitzky, Hitler – ni uno solo se formó en nuestro seno.

Hecho que nos hace volver al punto de partida: las relaciones entre judíos y cristianos, las que, por supuesto, nos hemos visto forzados a revistar. Porque hemos sido sacudidos por una cruda verdad: en Auschwitz todos los judíos eran víctimas, todos los asesinos eran cristianos.

Menciono esto aquí no para anotarme puntos ni para poner incómodo a nadie. Creo que ninguna religión, pueblo o nación es inferior o superior a otra; me desagrada el triunfalismo fácil, para nosotros y para los otros. Me desagrada la rectitud auto-otorgada. Y me siento más cercano a ciertos cristianos – mientras no traten de convertirme a su fe – que a ciertos judíos. Me sentí más cerca de Juan XXIII y de François Mauriac que de judíos que se odian a sí mismos. Tengo más cosas en común con un cristiano auténtico y tolerante que con un judío que no es ni auténtico ni tolerante. Enfatizo esto porque lo que estoy por decir seguramente va a herir a mis amigos cristianos. Sin embargo, no tengo derecho a contenerme.

¿Cómo se explica que ni Hitler ni Himmler hayan sido excomulgados de la Iglesia? ¿Que Pío XII nunca pensó que fuera necesario, por no decir indispensable, condenar Auschwitz y Treblinka? ¿Que entre las SS una gran proporción fueran creyentes que permanecieron fieles a sus vínculos cristianos hasta el fin? ¿Que había asesinos que iban a confesarse entre masacres? ¿Y que todos provenían de familias cristianas y habían recibido una educación cristiana?

En Polonia, que es una plaza fuerte del cristianismo, sucedía a menudo que judíos que habían escapado de los ghettos retornaban a los mismos, tanta era la hostilidad que encontraban en el mundo exterior; temían a los polacos tanto como a los alemanes. Esto también era verdad en Lituanina, en Ucrania, en la Rusia Blanca [Bielorrusia] y en Hungría. ¿Cómo se puede explicar la pasividad de la población mientras observaba la persecución de los judíos? ¿Cómo explicar la crueldad de los asesinos? ¿Cómo se explica que el cristiano en ellos no hizo que sus brazos temblaran mientras disparaban a los niños, o sus conciencias se desgarraran mientras empujaban a sus víctimas desnudas y golpeadas hacia las fábricas de la muerte? Por supuesto, aquí y allá de vez en cuando valientes cristianos salían a defender a los judíos, pero eran muy pocos: algunas docenas de obispos y sacerdotes, algunos pocos cientos de hombres y mujeres en toda Europa.

Es una afirmación dolorosa, pero no podemos ignorarla: del mismo modo que las víctimas representan un problema para los judíos, los asesinos son un problema para los cristianos.

[…]

Para el sobreviviente la pregunta se presentaba de otra manera: permanecer o no permanecer judío. Recuerdo nuestros debates tumultuosos y angustiados en Francia después de la liberación. ¿Debería uno partir rumbo a Palestina y luchar en nombre del nacionalismo judío, o debería uno, al contrario, afiliarse al movimiento comunista y promulgar el ideal del internacionalismo? ¿Debería uno ahondar en la tradición, o darle la espalda? Las opciones eran radicales: compromiso total o alienación total, lealtad incondicional o repudio. No había forma de volver a los anteriores caminos y principios. El judío podía decir: he sufrido, he sido hecho para sufrir, lo único que puedo hacer es acercarme más a mi propio pueblo. Y eso era comprensible. O si no: he sufrido demasiado, no me quedan ya fuerzas, me retiro, no deseo que mis hijos hereden este sufrimiento. Y eso también era comprensible.

Y sin embargo, como en el pasado, la prueba no produjo una declinación sino un renacimiento de la conciencia judía y un florecimiento de la historia judía. En vez de romper sus vínculos, el judío los fortaleció. Auschwitz lo hizo más fuerte. Incluso aquel que entre nosotros abraza las así llamadas causas universales fuera de su comunidad, está motivado por el judío que hay dentro suyo y que trata de reformar al hombre mientras desespera de la humanidad. Aún cuando se encuentre en una posición para transformarse en algo distinto, el judío permanece judío.

A través de un mundo en cambio, los jóvenes judíos, hablando todas las lenguas, producto de todas las clases sociales, confluyen en la aventura que el judaísmo representa para ellos, fenómeno que llegó a su apogeo en Israel y en la Rusia soviética. Siguiendo diferentes caminos, estos peregrinos participan del mismo proyecto y expresan el mismo desafío: “Quieren que fracasemos, pero dejaremos que estalle nuestra alegría; quieren hacernos duros, cerrados a la solidaridad y al amor; bueno, seremos obstinados pero llenos de compasión”. Este es el desafío que justifica las esperanzas que pone el judío en el judaísmo y explica las marcas peculiares que deja en su destino.

Por lo tanto, parecería haber más de una manera en que el judío pueda asumir su condición. Hay un tiempo para cuestionarse y un tiempo para actuar; hay un tiempo para contar historias y un tiempo para rezar; hay un tiempo para construir y un tiempo para reconstruir. Elija lo que elija, el judío se vuelve portavoz de todos los judíos, de los muertos y de los aún no nacidos, de todos los seres que viven a través de él y dentro de él.

Su misión nunca fue hacer más judío al mundo, sino hacerlo más humano.

Salmo 44:

nazi cut the beard

Para el director del coro. Salmo de los hijos de Coré. Maskil. Oh Dios, hemos oído con nuestros oídos. Nuestros padres nos lo han dicho. Maravillosa obra hiciste en sus días, en los días de la antiguedad. Tú con tu mano expulsaste a las naciones, y las plantaste. Rompiste los pueblos y los diseminaste fuera. Por cuanto no por su propia espada obtuvieron la tierra en posesión, ni los salvó su propio brazo, sino Tu diestra, Tu brazo y la luz de Tu rostro, porque Tú les mostraste favor. Tú eres mi Rey, oh Dios. Ordena la salvación de Yaakov: Por medio de Ti postraremos a nuestros adversarios. Por medio de Tu nombre pisotearemos a los que se levantan contra nosotros. Por cuanto no confío en mi arco, ni mi espada me puede salvar, pero Tú nos has salvado de nuestros adversarios, y has avergonzado a quienes nos odian. En Dios nos hemos gloriado todo el día, y alabaremos Tu nombre para siempre. Selá. Sin embargo, nos has desechado y confundido, y ya no sales con nuestros ejércitos, nos despojan a voluntad. Nos entregaste como ovejas al matadero, y nos has esparcido entre las naciones. Vendes a Tu pueblo por poca ganancia, no estableciendo precio alto. Nos conviertes en objeto de mofa para nuestros vecinos, en burla para los que están en derredor nuestro. Nos constituyes en oprobio entre las naciones, motivo de desdén entre los pueblos. Todo el día está mi confusión delante de mí, y me cubre la verguenza de mi rostro, por causa de los que blasfeman y de las burlas del enemigo. Todo esto nos ha sobrevenido, pero no Te hemos olvidado, ni hemos sido infieles a Tu Pacto. Nuestro corazón no se ha vuelto, ni nuestros pasos se apartaron de Tu camino, aunque nos aplastaste en un lugar de chacales y nos cubriste con la sombra de la muerte. Si hubiéramos olvidado el Nombre de nuestro Dios o hubiésemos extendido nuestras manos a un dios extraño, ¿no nos pediría cuentas Dios? Porque Él conoce los secretos del corazón. Pero por Ti nos matan todo el día, y somos como ovejas que van al matadero. ¡Despierta! ¿Por qué duermes, oh Eterno? Despierta, no nos deseches para siempre. ¿Por qué ocultas Tu rostro y Te olvidas de nuestra aflicción y de nuestra opresión? Porque nuestra alma se inclina al polvo, y nuestro cuerpo se clava a la tierra. Levántate en nuestra ayuda, y líbranos por Tu misericordia.

Profecías del Zohar

Bendito eres tu Adonai, D’s de Abraham, Isaac y Yaakov. Te agradecemos por todo lo que has hecho por tu pueblo, a quien elegiste entre las naciones para cumplir tus preceptos. Tu bondad y tu misericordia nos han mantenido vivos a lo largo de los milenios frente a toda clase de adversidades. Pues el Eterno, tu D’s, anda entre tus campamentos para salvarte y entregar a tus enemigos en tu mano. Solo por Tu gracia han retornado a su tierra los hijos de Yaakov por millones, desde todos los rincones del planeta. Solo por Tu voluntad han vencido y prosperado. Tú mantuviste la promesa que le hiciste a nuestros padres en un pacto eterno. No te olvidaste de nosotros. Por eso alabaremos tu nombre por toda la eternidad por siempre jamás. Tú eres único, Elohim. Gracias y bendito seas por todos Tus milagros.

Poca cosa hizo Tu siervo Abraham que estuvo dispuesto a sacrificar a su único hijo o Job que siguió glorificando Tu nombre después de haber perdido todas sus riquezas, esposa e hijos… poca cosa hicieron ellos en comparación con tantos judíos que después de perder a toda su familia en la Shoá te siguieron adorando. ¿Acaso judíos como Yisrael Meir Lau y Eli Wiesel no han superado pruebas más duras que Abraham, Job e Isaías? ¿No merecen ellos más honores que los mismos patriarcas? ¿Acaso hay un amor en la contradicción más profundo que seguir cumpliendo tus preceptos después de un Holocausto, después de dos milenios de exilio y persecusiones? No setenta, sino 2.000 años!!! Tu Torá está más viva que nunca. No hay odio gratuito entre judíos. Las yeshivot han crecido exponencialmente desde el renacimiento de Israel. Si un contador supera todas las pruebas más duras a las que se le puede someter, no toma un centavo para sí, ¿acaso no confiarás en él para darle un cheque en blanco? ¿No será digno de confianza después de pasar por todo eso? Israel ha superado todas tus pruebas. Nuestros perseguidores desaparecieron, hemos recuperado parte de nuestra tierra ancestral, transformándola en un vergel, hemos vencido en todas las guerras, ganado prosperidad y recuperado el prestigio ante las naciones. Las profecías lenta pero firmemente se van cumpliendo. ¿Dónde están los grandes enemigos del pueblo de Israel? ¿Cuánto duró el «Reich de los mil años»? ¿Y los Filisteos, Asirios, Babilonios, Amalekitas, Seléucidas, Romanos, Reinos Cruzados, Imperio Español, Imperio Zarista, URSS? ¿Dónde están? Ellos quedaron en la historia, nosotros la estamos haciendo. Baruj Hashem!

Cuán posible es que después de 2000 años de exilio nuestro pueblo haya regresado a nuestra tierra en 1948, habiendo estado tres años antes en los campos de concentración frente al ángel de la muerte, durante el peor crimen del ser humano contra el ser humano, para después afirmar “no moriré sino que viviré”. Y encima en lo que en ese momento eran chozas y tiendas de chapa para albergar a la enorme cantidad de refugiados judíos que se escapaban de Europa y el mundo árabe, sin ninguna otra posesión más que las ropas que llevaban consigo – arribando a un diminuto país desértico rodeado por enemigos mucho más numerosos, por el que la gente no apostaba ni una moneda partida al medio que sobreviviría por más de media década – hoy son rascacielos, satélites que se envían al espacio y centros de innovación exportando alta tecnología al mundo entero. Es simplemente impactante. A mi corta edad he perdido la capacidad de sorprenderme… o mejor dicho, ya no me sorprendo de sorprenderme. Israel es la mayor afirmación colectiva de vida en toda la historia del pueblo judío. El Judaísmo es haber vencido las posibilidades por el poder de las posibilidades. Y en ningún lugar verán el poder de lo posible más que en el Estado de Israel hoy. Israel ha tomado una tierra vacía y la ha hecho florecer, Israel ha tomado una lengua antigua, la lengua de la Biblia, para hacerla hablar nuevamente, Israel ha tomado la fe occidental más antigua y la ha hecho joven de nuevo, Israel ha tomado una nación en pedazos y la dignificó nuevamente. No descansemos hasta que la luz de Israel brille alrededor del mundo. Baruj Hashem!

No obstante, aún quedan muchos obstáculos y enemigos por vencer. Seres injustos que odian a Israel, que aborrecen lo puro y aman lo profano, que consideran justo lo injusto y visceversa. Que blasfeman contra el recto y alaban al tirano. Son los mismos que llaman bien al mal y mal al bien, que hacen de la luz tinieblas y de las tinieblas luz, que ponen lo amargo por dulce y lo dulce por amargo. Oh Eterno, te pido que otorgues la victoria al pueblo de Israel en la Tierra de Israel con la Torá de Israel. Entrega a los enemigos en su mano y desata la venganza contra todas aquellas naciones que alguna vez cometieron iniquidades e injusticias contra Tu pueblo y mancillaron Tu nombre. Borra la ignominia causada contra tu pueblo. Castiga a todos nuestros enemigos pasados y presentes. Que paguen la cuenta que deben. Que la misma injusticia que sufrió tu pueblo sea también aplicada a los pueblos que nos amargaron a lo largo de la historia. De esta manera seremos iguales en el dolor. Si nuestros inocentes sufrieron, que sufran los inocentes de ellos. Antes de construir el Tercer Templo y traer la redención de la humanidad, castiga a los enemigos de Israel por todas las iniquidades que cometieron contra tu pueblo. Si el gran Tito no pudo derrotar a un mosquito que Tú le enviaste, los hijos de Esav no podrán resistir Tu furia. Pues Tu eres todopoderoso en el mar y en la tierra. Destruye a los ministros de las naciones gentiles que se amotinaron contra Tí desde los cielos, así nosotros los podremos acabar en la tierra. Devuelve la gloria a Tu pueblo para que el mundo entero sepa que Tú estás con nosotros. Alégranos conforme a los días en que Tú nos has afligido, conforme a los años en los que hemos visto el mal.

Tú has sido favorable a tu tierra. Tú haz tornado la cautividad de Yaakov. Tú haz perdonado la iniquidad de tu pueblo y retirado tu ira. Bendito seas a perpetuidad. Oh, nuestro amado Elohim, recuerda que ellos nos trataban como extraños, nos consideraban inferiores, tiraban bebés al fuego y gaseaban niños, recuerda cómo nos mataban por gusto, sin que los provocáramos, sin haber amenaza demográfica o militar alguna, simplemente por su odio irracional y enfermo, por su sed de sangre hebrea. Te ruego que no lo olvides. Extiende Tu indignación a todas sus generaciones, porque siguen cometiendo los pecados de sus padres al creerse con derecho a juzgar y tratar con desdén al judío de los países. Hay demasiada basura gráfica como el New York Times y muchos otros periódicos “respetables”. Una y otra vez oímos, cuando se explican en muchos lados los actos de salvajismo árabe en los medios, que existen judíos y existen los otros; los judíos nunca son enteramente inocentes, y los otros nunca son enteramente culpables. Europa no aprendió nada. Tú le tendrás que enseñar con la vara del rigor, como hiciste con nosotros cuando nos creíamos franceses, alemanes, polacos o húngaros. Asesinaron dos tercios de la judería europea, y desde mucho antes nos perseguían y masacraban gratuitamente. Este es un pueblo cuyo sufrimiento es el más antiguo del mundo. Ningún pueblo en la historia sufrió tanto ni pagó un precio tan alto por su mera existencia. Haz pagar caras nuestras vidas, D’s de nuestros padres. Castígalos impiadosamente sin hacerles ver la luz al final del túnel, y yo me regocijaré en Ti. Haz pedazos a nuestros crueles adversarios Ishmaelitas y hiere a quienes nos odian. Pues así habrás desnudado el velo que te oculta y todos los habitantes de la tierra temblarán, nuestros enemigos temerán a los hijos de Tu pacto.

Nunca más exaltes la diestra de los enemigos de Yaakov, ni permitas que se rían de él como hienas salvajes. Te ruego que no te enojes con tu fiel ungido. No nos cubras de vergüenza en este mundo. Levántate D’s de las venganzas para aplicar a los arrogantes lo que merecen. Los insolentes, mentirosos e hipócritas calumnian y blasfeman contra la casa de Israel. ¿Hasta cuándo se regodeará el inicuo en su malvada podredumbre?

En cada generación se levantan para aniquilarnos, pero El Santo bendito Sea nos salva de sus manos. Derrama Tu cólera sobre las naciones que no te reconocen y sobre los reinos que no llaman Tu nombre, porque ellos han devorado a Yaakov y destruyeron su morada. Derrama Tu enojo contra ellos y permite que Tu furia colérica los alcance. Persíguelos con enojo y destrúyelos debajo de los cielos de Adonai. Maldito Esav, siervo de Samael! Maldito Ishmael, bastardo adorador de astros! Reina Yaakov sobre tus enemigos y que tus hijos nunca más sean esclavos ni habiten tierra extranjera.

Que se levanten nuestros amados líderes Jasmoneos, los hijos de Sansón, Yeoshua, Débora, Barak, Mordejai, Bar Kojba, el Palmaj, Yitzhak Rabin, Yair Stern, Moshe Dayan, Arik Sharon, Zvi Ofer, Yonatán Netanyahu, Rafael Eitan, Roi Klein (nuestros gloriosos hermanos los guerreros Macabeos de nuestro tiempo). Que se preparen para el retorno de nuestro rey hijo de David. Que se haga la voluntad del Rey del Universo, Señor de los Ejércitos, Redentor de Israel, por los siglos de los siglos y toda la eternidad, amén ve amén.