Pacifismo y derechos humanos

MATAR SIN CULPA

Una canadiense pacifista de izquierda relativista y multicultural escribió a las autoridades de su país quejándose del trato que reciben los terroristas detenidos en Afganistán.

Por increíble que parezca, el Ministro de Defensa se tomó el trabajo de responderle… 


Estimada Ciudadana Comprometida:

Gracias por su carta en la que expresa la preocupación por el trato que damos a los terroristas taliban y de Al Qaeda en manos de las Fuerzas Armadas Canadienses.

En atención a las quejas que recibimos de ciudadanos comprometidos como usted, hemos creado un nuevo Programa de Pacifismo e Integración para los terroristas.

De acuerdo con ese Programa, hemos decidido seleccionar un terrorista y colocarlo bajo la dependencia de la familia de usted.

El próximo lunes tendrá usted en su casa a Alí Mohamed Amé Ben Mahmud (puede llamarlo simplemente Amé).

Espero que puedan tratarlo amablemente tal como exige usted en su carta de protesta. Lo más probable es que necesite usted contratar a algunos ayudantes para esa misión.

Cada semana nuestro Departamento le va a hacer una Visita de Inspección para comprobar que se tienen en cuenta los principios de buen trato que exige usted en su carta.

Debo advertirle que Amé es un psicópata extremadamente violento, pero confiamos en que, con la sensibilidad que usted manifiesta en su carta, logrará superar ese inconveniente.

Insistimos en que su huésped resulta extremadamente eficiente en el combate cuerpo a cuerpo y que puede matar con un lápiz o un cortauñas. Además, Amé es experto en fabricar artefactos explosivos con productos caseros; así que tenga bien guardados esos productos a menos que en su opinión esa decisión pueda ofender la sensibilidad de Amé.

El terrorista no querrá relacionarse con usted o con sus hijas (excepto sexualmente) puesto que él considera a las mujeres como meros objetos. Ese es un aspecto muy sensible, puesto que se le han observado tendencias violentas respecto a las mujeres que no cumplen con el atuendo islamista, así pues, confío en que a usted no le moleste llevar el burka permanentemente.

De ese modo contribuirá Usted a respetar la cultura y las creencias que manifiesta en su carta.

Gracias otra vez por su preocupación, estamos reconociendo a las personas como usted e informaremos a nuestros conciudadanos de su cooperación.

Buena suerte y que Dios la bendiga.

Atentamente,

Gordon O’Connor.
Ministro de Defensa.

 

FUENTE: ANSWERS.YAHOO

Arabia Saudita y Wikileaks

2 cosas para pensar:

1- Segun DEBKA Arabia Saudita se hizo con 2 armas nucleares paquistaníes. ¿Pretende meterle miedo a Iran? . Ademas no nos olvidemos que los Saud no son lo que se llamaria «bebes de pecho» y tampoco son amantes del pueblo judio y la civilizacion occidental.

2-Al respecto de esto y otras cuestiones es que se refiere Ezequiel Eiben en su ultimo articulo (recomiendo leerlo completo): «Daño y Esclarecimiento de Wikileaks»

…Julian Assange, fundador de WikiLeaks, es un criminal; no cabe duda al respecto. Esta organización internacional que preside (cuyo nombre significa “filtración”), dedicada a la publicación de documentación política y diplomática, ya sea de países o empresas, ha demostrado lo que es capaz de hacer sin reflexionar en las consecuencias desastrosas para la humanidad que sus acciones pueden traer aparejadas.
Los defensores de Assange escudan su proceder bajo el lema de la libertad de expresión, que si bien es un derecho básico para el mundo libre y debe ser reconocido en todo ordenamiento jurídico, no cesa en ocasiones como ésta de ser politizado y consiguientemente, manipulado. El uso de un derecho es lo correcto; el abuso implica ejercerlo contrariando los fines que la ley tuvo en miras a la hora de reconocerlo, o para menoscabar injustamente los derechos de los otros.
La libertad de expresión de WikiLeaks se ha empleado para destruir el derecho a la privacidad, el secreto de Estado por razones de seguridad y la clasificación de información por motivos de prevención. Las habilidades y precauciones que debe tener un Estado para manejar sutilmente datos sensibles que tratan asuntos de fragilidad, adoptando los medios necesarios en consecuencia para evitar la divulgación susceptible de originar conflictos (crisis diplomáticas, boicots, guerras) parece no importarle a WikiLeaks, que con tal de alcanzar fama y renombre, cierra los ojos y prosigue su campaña. Posicionarse en contra de WikiLeaks no es equivalente a defender el secretismo de políticas corruptas de los Estados, a ocultar fechorías de los dominadores del mundo. No es sinónimo de ser un encubridor de falsedades y traiciones. Estar en contra de lo hecho por WikiLeaks no es favorecer negociados y trampas de los dirigentes políticos y funcionarios diplomáticos; es reconocer el riesgo inherente de ciertos informes que ameritan la cautela, y querer que sean manejados con la responsabilidad que corresponde. Una persona de bien no puede estar a favor de encubrir deliberada explotación económica de un Estado dominante que genera extrema pobreza en otro sometido sin posibilidades de defender sus derechos; o de ocultar terrorismo promovido por gobiernos fascistas que crean y proveen de armamento a organizaciones terroristas en distintos países para atacar a democracias a través del asesinato de sus civiles. Pero una persona de bien sí puede reclamar el derecho de un país a resguardar estrategias militares, negociaciones diplomáticas que solo pueden ser encaminadas si se evita la injerencia de extraños, y comunicaciones que en protección de la soberanía e intereses nacionales solo deben llegar a su receptor auténtico.
La responsabilidad de Assange en esta afrenta a Estados democráticos como Estados Unidos revela, a la vez, la otra cara de WikiLeaks. No precisamente la de la valentía que aclaman sus defensores por meterse con los secretos estatales, sino la contraria: la cobardía…

…Glick escribe: “WikiLeaks mostró que no hay un lobby israelí complotando para llevar a EEUU a una guerra para servir a los intereses judíos. Hay algo aproximado a un consenso internacional que Irán es la cabeza de la serpiente que debe ser cortada, como lo describió el potentado saudita”. Con respecto del plan nuclear de Irán, países árabes (dentro de ellos, Arabia Saudita primordialmente) piden a Estados Unidos el ataque a las instalaciones nucleares del Estado presidido por Mahmoud Ahmadinejad. Acorde a lo revelado, los mismos árabes sienten la amenaza que implica un Irán nuclear como centro de poder y hegemonía en la región, y esperan que tanto Estados Unidos como Israel se ensucien las manos y lleven a cabo la parte difícil del asunto: operación militar (el eufemismo utilizado es “cortarle la cabeza a la serpiente). En diversas partes del mundo se percibe lo que puede llegar a convertirse en una maquinaria de destrucción y poder indisputable, y por lo bajo se pide que esas intenciones sean frenadas a tiempo. Conspiradores, judeófobos, difamadores y compradores de los Protocolos de los Sabios de Sión: sus teorías han sido aniquiladas.
Pues bien, adentrándonos en el asunto nuclear, ¿Por qué querría Arabia Saudita un ataque contra Irán? Los motivos pueden ser varios. Recordar se debe que los saudíes son una potencia, y que Irán también lo es y pretende transformarse en una aún mayor. Pero en el plano ideológico e idiosincrático hay ciertas diferencias: si bien ambos son islamistas, Arabia Saudita es árabe mientras que Irán es persa, y Arabia Saudita es sunita wahhabista e Irán es chiíta. Hay una lucha en curso para ver quien está en poder del verdadero Islam, cual es la nación que triunfará en sus pretensiones de erigirse en auténticos voceros de Alá, y ostentará la hegemonía en el mundo islámico. Por supuesto, como potencias se celan y se miran de reojo, y cada una busca ser la dominadora en los campos armamentísticos y económico, y gozar del status de la más poderosa en Medio Oriente sin que pueda desafiársela.
Pero a pesar de todas las conjeturas que puedan hacerse acerca de los secretos revelados por WikiLeaks y de las disputas ostensibles en el tema del plan nuclear de Irán, no podemos dejar de prestarle atención a la opinión autorizada de Daniel Pipes en su texto “Jarro de agua fría a WikiLeaks”. El autor hace una primera observación: “Los árabes podrían estar diciendo a los americanos lo que creen que éstos quieren escuchar (…) Sus llamamientos pueden formar parte de un juego, que implica manifestar como propios los temores y los deseos de los aliados de uno”. Para fundamentar, cita a Lee Smith: “Las palabras que dijeron los saudíes ante los americanos no están concebidas para abrirnos una ventana transparente a la forma de ver el mundo, sino para inducirnos mediante la manipulación a satisfacer los intereses de la Casa de Saud”, y luego pregunta “¿Sabemos, o no, que están diciendo la verdad?”…

¿Stuxnet al Reves?

Estaba seguro de que Iran no podia meter un «stuxnet» en occidente de la misma forma en que se lo metieron a sus sistemas. Eso generaria una ola de mala publicidad para los muchachos, ademas de que seria el equivalente informatico al 9/11. Pero que tal si la ultraizquierda hiciera el trabajo por ellos (o tal vez no) y promoveria propaganda en contra de EEUU y occidente para seguir destruyendo (como habitualmente intentan hacerlo) la imagen de la civilizacion de la industria, los derechos individuales y la libertad??? Asi es: Wikileaks podria tranquilamente cumplir este rol, y Julian Assange seria el martir que se sacrifica por nuestra «libertad de expresion» mientras entrega en bandeja informacion vital al terrorismo islamico y denigra al maximo la imagen de EEUU.

El razonamiento que expresa este articulo es claro y conciso al respecto (las negritas son mias):

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La Guerra Ha Empezado

La Izquierda Abre un Segundo Frente para Al Qaeda

WikiLeaks acaba de ampliar sus operaciones. No satisfechos con actuar como el servicio de inteligencia de al-Qaeda – divulgando miles de documentos clasificados que ponen en peligro la vida de colaboradores de Estados Unidos en Irak y Afganistán, y cerrando las líneas de comunicación de diplomáticos americanos – WikiLeaks y sus seguidores se están ofreciendo como voluntarios para conducir el departamento de «guerra cibernética» de nuestros enemigos.

Ante la amenaza de que cerraran WikiLeaks y le detuvieran – y en medio de rumores cada vez mayores, incluso de un senador demócrata, de que podría ser enjuiciado bajo la Ley de Espionaje – su fundador Julian Assange anunció que ha preparado una «píldora venenosa» con la que pretende hacerle chantaje a los gobiernos occidentales.

  • El fundador de WikiLeaks advirtió que sus seguidores están listos para publicar una «avalancha» de documentos gubernamentales filtrados si sus actividades se ven limitadas por algún país. Julian Assange ya ha distribuido entre sus colegas («hackers» informáticos) una «píldora venenosa» con los secretos dañinos, los cuales parecen incluir detalles sobre BP y la Bahía de Guantánamo. Él cree que ese archivo es su «seguro» en caso de ser asesinado, detenido, o si la página web que filtró la información confidencial es retirada permanentemente de Internet.

Assange llegó a amenazar a Wall Street, supuestamente para asegurarse el apoyo de la Izquierda occidental, apelando a su anti-capitalismo.

Assange ha sido llamado el «James Bond del periodismo», pero esta última amenaza hace que se parezca más al malo de la película. Que Assange es un sociópata – un perfil del New York Times lo describe como un tirano megalómano – no es noticia. Pero los períodos verdaderamente desastrosos en la historia humana son aquellos en los que los sociópatas consiguen un gran soporte popular, en los que ideologías malvadas les proporcionan miles o millones de seguidores entusiastas. Y eso es lo que da mala espina sobre el grupo de «hackers» anarquistas de izquierdas que se han ofrecido voluntarios para ayudar con el esquema de chantaje de Assange.

La amenaza de chantaje, en mi opinión, no es muy potente. Teniendo en cuenta lo que WikiLeaks ya ha publicado, ¿alguien realmente cree que Assange se guardaría aún más información perjudicial a cambio de la promesa del gobierno de dejarle en paz? Si no lanza su «píldora venenosa» ahora, lo hará más adelante.

Pero esta amenaza de chantaje es sólo el comienzo. Los simpatizantes de WikiLeaks ya han lanzadouna «guerra» de ataques on-line sobre el número cada vez mayor de empresas que han dejado de darle soporte on-line a WikiLeaks.

  • Los ataques cibernéticos en defensa de Mr. Assange parecen haber sido coordinados por «Anonymous», un grupo informal de activistas piratas informáticos que ya se han ensañado con otros grupos antes. El último fin de semana, miembros de Anonymous, en dos diferentes manifiestos on-line, prometieron vengarse contra cualquier organización que se posicionara contra WikiLeaks.
  • Anonymous se atribuyó la responsabilidad del ataque a MasterCard, por medio de mensajes en Internet; y, según un activista asociado al grupo, llevó a cabo varias olas de ataques contra otras empresas durante el día.El grupo dijo que esas acciones eran parte de una campaña llamada Operación Restitución (Operation Payback), que comenzó como una forma de castigar a las empresas que intentaron detener el intercambio de archivos y las descargas de películas en Internet….
  • Una idea de la actitud beligerante de los activistas quedó clara cuando un colaborador de un foro que el grupo utiliza, WhyWeProtest.net, escribió acerca de los ataques: «La guerra ha empezado. Y todo el mundo debería pasar algún tiempo pensando en eso, hablándolo con otros, preparándose para saber cómo actuar si algo te obliga a tomar una decisión. Pero lleva mucho cuidado de no errar por el lado de inacción».

Aquí vemos de nuevo la visión del mundo esencialmente nihilista de la Izquierda. ¿Alguien todavía cree que tienen un sistema «científico» de economía, o un esquema bien pensado para una futura utopía política? No, tales ilusiones fueron demolidas en el siglo XX. Lo que les queda, lo que continúa animando a la izquierda, no es un ideal positivo, sino odio, odio hacia el capitalismo, odio hacia el individuo independiente, odio contra el «excepcional» sistema americano.

Puedes verlo en la furiosa oposición de los demócratas al reciente acuerdo fiscal. Ellos prefirirían subirles los impuestos a todos y acelerar una doble recesión con tal de no privarse de la oportunidad de arrancarles otro kilo de carne a «los ricos». Lleva ese razonamiento un poco más lejos y te encuentras con los anarquistas de WikiLeaks, que se han dedicado a divulgar información secreta cuya única finalidad es perjudicar los intereses de Occidente, aunque eso signifique que se han convertido en aliados de hecho de las fuerzas más represivas, sanguinarias y tiránicas de la tierra.

Al establecer una campaña organizada para quebrar la seguridad de Occidente – y, como el filtro de los mensajes diplomáticos deja claro, esto no va dirigido solamente contra los Estados Unidos – los anarquistas de WikiLeaks se han erigido ahora en una conspiración de traidores contra sus propios gobiernos.

A pesar de eso, no ha habido prácticamente ninguna respuesta por parte del gobierno.

John Bolton razona que el verdadero peligro para nuestra seguridad no es WikiLeaks, sino el fracaso del presidente Obama de actuar para proteger nuestros intereses. «No es WikiLeaks el que en última instancia pone en peligro nuestra seguridad nacional, sino la fracasada administración Obama al ignorar la naturaleza y el alcance de las amenazas que enfrentamos, y al no estar nunca dispuesta a actuar para impedirlas». Esto es evidente en muchos de los mensajes filtrados, que reconocen de puertas para adentro las amenazas y los verdaderos ataques que la administración se ha negado a admitir en público; pero también es evidente en la débil respuesta del gobierno al propio WikiLeaks.

La misma administración que se niega incluso a reconocer que estamos en guerra contra el terrorismo se niega ahora a reconocer que la izquierda nihilista ha abierto un segundo frente, en nombre de Irán y al-Qaeda, proporcionándoles a nuestros enemigos una sofisticada capacidad de ciber-guerra que nunca habrían podido adquirir por ellos mismos.

Por lo visto ya estamos en guerra cibernética contra Irán: no han podido librarse del desagradable «worm» Stuxnet que está infectando el software de su sistema de enriquecimiento de uranio. Y tampoco ha sido una buena noticia para ellos el que uno de los científicos iraníes recientemente asesinado en una clásica operación secreta fuese el encargado de lidiar con el ataque de Stuxnet.

Pero ahora nos enfrentamos a un contra-ataque cada vez más malévolo de los voluntarios de Occidente que se han puesto a favor de nuestros enemigos, una conspiración traicionera que necesita ser tratada como tal, persiguiendo, deteniendo, y quitando de en medio a sus participantes. Tenemos que tomarnos en serio lo que los traidores de WikiLeaks nos están diciendo: «La guerra ha empezado» – y tenemos que asegurarnos que nuestros enemigos no son los únicos que la están luchando.

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Robert Tracinski escribe un comentario diario en TIADaily.com. Es editor de The Intellectual Activist y de TIADaily.com

Feliz navidad y próspero año nuevo

¿Por qué un ateo celebra navidad?

Llamemos a los «antisionistas» como corresponde

Como hemos dicho en más de una ocasión, el “antisionismo” es una versión moderna de la judeofobia. El repudio a la democracia hebrea tiene muchas aristas – panarabismo, antiamericanismo, atrasismo, etc. -,  pero la madre de todas las causas es el odio más “antiguo, generalizado, permanente, profundo, obsesivo, peligroso, quimérico y fácil que existió sobre la faz de la tierra “, como lo describe Gustavo Perednik en su ensayo “La judeofobia”.

Si algún lector no está muy familiarizado con el tema, puede hacer el siguiente test: cuando se encuentre con un “antisionista”, pregúntele por Darfur, Kosovo y Corea Del Norte; pregúntele por la libertad de expresión y religiosa en alguna de las 20 dictaduras árabes; pregúntele cómo vive una mujer en Siria o Yemen y cómo muere un homosexual en Irán; pregúntele por los asesinatos por “honor familiar”, por los azotes a los que beben alcohol, por la mutilación genital y por el adoctrinamiento de niños que, en vez de ver películas de Harry Potter, aprenden que los judíos son como “monos y cerdos”, que el “monstruo sionista” es el responsable de todos los males y que cuando crezcan van a poder explotarse en una pizzería para encontrarse con las 72 vírgenes.

Su respuesta será un tartamudeo relativista que incluya alguna frase conciliatoria al estilo “es otra cultura tan válida como la nuestra”,  o alguna pregunta inquisidora como  “¿Quién sos vos para juzgarlos?”, o alguna lágrima de cocodrilo mezclada con un “yo repudio todo eso”, donde el “todo eso” queda flotando en el aire para que cada uno lo interprete como se le dé la gana.

Ahora bien, pregúntele por Israel y la exaltación es inmediata. Cuando se trata del Estado judío, nada es relativo ni da lugar a múltiples interpretaciones. La reacción es como la de un tigre agazapado que sale en busca de su presa; la mirada apaciguada se convierte en un destello de odio; los palestinos se transforman en un pueblo milenario, despojado de su tierra y oprimido por la maquinaria de guerra israelí.

Así, el único Estado judío del mundo es el único por el que se convocan marchas y se queman banderas. Es el único que puede recibir el epíteto de “Estado nazi” o de “apartheid” y ser acusado de construir un “gueto”, aludiendo con este término a la franja de Gaza. Es el único que soporta una guerra de deslegitimación permanente por parte de los organismos que «defienden los derechos humanos» (Amnistía Internacional, HRW, etc.). Es el único que tiene que justificar su derecho a existir y a defenderse. Y es el único al que se le niega su identidad nacional.

A pesar de que los judeofobos se empeñen en negarlo, Israel es la tierra del pueblo judío. Durante más de 3000 años, Israel representó todo para el pueblo judío y nada para el resto de los pueblos («Jerusalem» y «Zion» aparecen 669 y 154 veces en la biblia hebrea; ninguna de estas palabras figura en el Corán).  Hoy en día, en Israel se habla la lengua judía (el hebreo), se utiliza el calendario judío, se celebran las festividades judías y se estudia la historia judía; el 82% de los ciudadanos israelíes son judíos, quienes abarcan a más de la mitad de la población judía mundial; Israel se auto declara como un Estado judío, el mundo occidental lo reconoce como un Estado judío y los judíos se sienten identificados con él (a excepción de una secta de fanáticos ultra-religiosos – Neturei Karta – y de fanáticos de izquierda que utilizan su apellido como un escudo para escupir odio con impunidad — Noam Chomsky, Norman Filkenstein, Ilan Pape y Pedro Brieguer, entre otros).

Todo lo dicho hasta aquí alcanza y sobra para llamar a los “antisionistas” como corresponde, es decir, para llamarlos anti-judíos o judeófobos. Hablamos de su silencio ominoso cuando tienen que juzgar las atrocidades que se cometen en el mundo y hablamos de su rebrote de adrenalina cuando se les presenta alguna oportunidad — real o ficticia — para juzgar al país judío,  intrínsecamente malvado como tal.  No obstante, podríamos hacernos una última pregunta para terminar: ¿Existe algún judeófobo que sienta simpatías por el Estado de Israel?

Porque si uno puede odiar a Israel sin tener nada en contra de los judíos (como permanentemente nos recuerdan los “antisionistas”) y si la tierra de Israel y el pueblo que habita en ella son dos entidades separadas – sin lazos históricos, ideológicos y nacionales que los unan (como también nos recuerdan los «antisionistas»); entonces tiene que existir alguna persona, ¡una sola aunque sea!, que se proclame a favor de Israel y en contra de los judíos. 

Encontrar un dinosaurio vivo sería más fácil, ¿no?

(Liberal) Libertario y Pro-Israeli

No podia dejar de publicar este excelente articulo (por mas que no me encuentre 100% de acuerdo) de Leandro Fleischer sobre la aparente contradiccion entre ser (liberal) libertario y pro-israeli.

La «contradicción» de ser libertario y pro-israelí

Ser libertario y defender a un Estado socialdemócrata como lo es Israel, pareciera ser una contradicción imposible de defender. Sin embargo, muchos de los individuos que comparten mi ideología lo hacen. ¿Por qué? Veamos.

Habitualmente, en mis artículos no sólo me encargo de responder a las continuas e infundadas acusaciones que se le realizan a Israel en la Comunidad Internacional, sino que además expreso durísimas críticas con respecto a ciertas políticas económicas y sociales existentes en el Estado judío.

Critico la enorme intervención estatal en los bolsillos de las personas, critico la gran cantidad de prohibiciones que existen (drogas, juego, fumar en lugares cerrados, beber en la calle, etc), critico que se deba financiar a la fuerza a los ortodoxos, los cuales forman el 54% de la población y de ellos el 70% no trabaja, critico la impunidad con la que puede actuar la policía, critico la existencia de medios de comunicación del Estado y de tantos ministerios inútiles repletos de parásitos, critico que se limiten las importaciones y exportaciones, critico que el gobierno decida cuál empresa puede ingresar en el mercado y cuál no, critico cuando algún soldado se excede, etc.

Como pueden observar, no me guardo nada. No escondo los errores que Israel comete e intento con mis escritos intentar cambiar algo o, al menos, descargarme. ¿Pero acaso todas estas críticas no se pueden aplicar también a cualquier otro país de los que pertenecen a lo que se conoce como «el mundo libre»? Por supuesto que sí.

Sin embargo, en Israel uno puede expresarse libremente. Sin ir más lejos, yo pertenezco al movimiento libertario que aquí existe y nadie controla nuestros escritos o reuniones y, si así lo decidimos, en el futuro podremos presentarnos a elecciones u organizar manifestaciones contra una u otra política del gobierno.

Aunque no me gusta la Democracia, pues como dijera Thomas Jefferson «no es más que el gobierno de las masas, donde un 51% de la gente puede mandar al diablo los derechos del otro 49%», siempre superará moralmente a las dictaduras comunistas e islámicas que intentan dominar el mundo. A pesar de las limitaciones estatales, uno siempre puede aspirar a elevar su nivel de vida o mejorarse profesionalmente, los homosexuales pueden vivir tranquilamente sin temer a ser ahorcados en una plaza como en Irán o encerrados en campos de concentración como solía suceder en Cuba bajo el régimen de los hermanos Castro y el «heroico» Che Guevara, las minorías gozan de los mismos derechos que los judíos y, si bien hay puntos por mejorar en este aspecto, existen todo tipo de ONG que pueden actuar libremente y lograr resultados positivos.

Israel es el país en el cual los árabes, sean cristianos o musulmanes, gozan de bastante más libertad que en cualquier Estado islámico. Las mujeres pueden vestirse como gusten, conducir un vehículo, estudiar, trabajar, etc. Aunque todos estos derechos parezcan obvios, en las dictaduras islamistas, las mujeres no siempre pueden gozar de ellos.

La dirigencia israelí no es libertaria y, aunque haya alguno que quizás sí sea libertario, sus ideas casi ni pueden influir en la política debido a los intereses de los demás partidos, los cuales no se pueden obviar, pues estos podrían abandonar la coalición y, por lo tanto, el gobierno perdería el poder de forma inmediata. Sin embargo, si comparamos la situación israelí con la de sus vecinos, sin lugar a dudas, el Estado hebreo es un faro de libertad en Medio Oriente.

El libertarismo se basa también en la defensa propia y si bien los anarcocapitalistas pueden aportar teorías brillantes acerca de la privatización de las Fuerzas Armadas u otros libertarios pueden criticar la financiación del ejército realizada por medios coactivos o el hecho de la obligatoriedad del reclutamiento, nadie puede negar que la población de Israel (ya no me refiero al Estado) corre peligro de extinción si no utiliza su derecho a la legítima defensa contra terroristas islámicos fanáticos y psicópatas que repiten a diario su intención de exterminar a los judíos.

El islamista no odia a los judíos debido a la existencia de Israel, sino debido a la existencia del judío en sí. Pero su odio no termina allí, pues también rechaza el estilo de vida occidental, el cual intenta cambiar a la fuerza para imponer sus leyes totalitarias.

Ahora bien, lo interesante de esta situación es que la progresía occidental, con una mezcla de cobardía y masoquismo, le da la bienvenida al islamismo y acepta sus locuras para no ofenderlo. Porque después todo, ellos dicen, es su cultura y debemos aceptarla. Pero yo me pregunto, ¿debemos ser tolerantes con quien pone en peligro la vida de las personas por cometer los siguientes «crímenes»: ser homosexual, disentir, criticar, dejar el Islam, tomar alcohol ,etc? ¿También debemos aceptar lapidaciones de mujeres acusadas de «desobediencia» cuando intentan escaparse de un marido golpeador o la ablación femenina? Pues yo creo que no.

Este extraño comportamiento de la izquierda me llama la atención, ya que ellos se auto consideran abanderados de la libertad, pero unen fuerzas con estos violentos psicópatas que no ocultan sus deseos de conquistar Occidente. No sé si se trata de imbecilidad o idiotez, pero las primeras cabezas que se cortarán si el Islam radical logra su objetivo, serán las de los progres, pues su modo de vida es totalmente opuesto al del Islam y está penado con la muerte. Pero, por el momento, los islamistas los utilizan como tontos útiles y mal no les va.

Israel debe luchar contra este islamo-fascismo para poder seguir existiendo, pues el Estado judío es la excusa que utiliza el islamismo para justificar sus locuras expansionistas, del mismo modo que los nazis utilizaron la excusa de los judíos con un fin idéntico al del Islam. No olvidemos que el islamismo radical y el nazismo eran grandes aliados durante el Holocausto.

La izquierda parasitaria mundial odia al Estado judío porque es su manera de oponerse al «Imperialismo americano» y al «capitalismo» que supuestamente existe en Estados Unidos e Israel. Sin embargo, el condimento antisemita que posee el comunismo desde sus raíces también influye.

Deseo seguir intentando mejorar las cosas en Israel y en el resto de los países del mundo y que no me cuelguen por expresarme libremente ni que violen a mi novia unas bestias fanáticas por ir a la playa en bikini.

Si el islamismo radical logra exterminar a Israel, será cuestión de tiempo hasta que conquiste el resto del mundo. Por esa razón, soy libertario y defiendo a Israel.

Le agradezco a mi amigo anarcocapitalista Gerardo Caprav, de quien aprendo mucho sobre ideas libertarias, tema en el cual se destaca como pocos, por su aporte para el artículo.

 

Frase destacada: «Si el islamismo radical logra exterminar a Israel, será cuestión de tiempo hasta que conquiste el resto del mundo. Por esa razón, soy libertario y defiendo a Israel.«

Wikileaks, ¿Bien o mal?

Estos dias no consegui llegar a una conclusion final sobre el affaire Wikileaks. Esto es por dos razones:

1-Como cite del articulo de Caroline Glick en el JPost, Wikileaks nacio para atacar principal y fundamentalmente a las sociedades totalitarias, no a las sociedades libres: «…THE FINAL irony of the WikiLeaks scandal is the cowardice of WikiLeaks that stands at the foundation of the story. Founded in 2006, Wikileaks was supposed to serve the cause of freedom. It claimed that it would defend dissidents in China, the former Soviet Union and other places where human rights remains an empty term. But then China made life difficult for WikiLeaks and so four years later, Assange and his colleagues declared war on the US, rightly assuming that unlike China, the US would take their attacks lying down. Why take risks to defend dissidents in a police state when it’s so much easier and so much more rewarding to attempt to destroy free societies? …» Basicamente Glick argumenta que Assange y sus amigos son unos cobardes por no atacar a las dictaduras que ellos mismos afirmaron que atacarian, y en lugar de ello se dedicaron a perjudicar a EEUU, que no reaccionaria jamas de la misma forma contra ellos como lo haria por ej el gobierno Saudi. En este contexto, objetivamente analizado, Assange y sus secuaces no serian defensores de la libertad y los DDHH, sino una banda de oportunistas cobardes.

2-Por otro lado desde un punto de vista liberal es efectivamente un ataque a las muchas idioteces que el gobierno estadounidense ha cometido en los ultimos años y principalmente a su violacion de los derechos individuales de ciudadanos estadounidenses y extranjeros. Es obvio que la actual administracion de USA esta economicamente descontrolada y en cuestiones de relaciones internacionales completamente desorientada.

Pero una vez expuestos ambos argumentos, es necesario bajar a la realidad, esta es:  EEUU, asi de «raro» como esta, es la unica barrera (ademas de Israel) frente al terrorismo islamico.  Está en guerra. La situacion en Iraq es producto de los atentados y el desequilibrio generado por el islamismo, y no por el ejercito de USA, como comunmente se afirma. Y la realidad es que todos los paises del globo perpetran violaciones a los derechos individuales (esto incluye espionaje y demas cuestiones que Wikileaks nos muestra). Podrian afirmar algunos que «mal de muchos, consuelo de tontos», pero en la realidad de la tierra es necesario establecer prioridades. Y si uno es miembro de una organizacion pro-libertad, pro-DDHH, no puede atacar primero a la mayor democracia del planeta tierra. Es, para ser ingenuo, cuanto menos extraño. Debo afirmar que de ambos argumentos tiendo a quedarme con el primero, es decir Assange y los suyos son unos cobardes que decidieron atacar a USA no por su lucha por los DDHH y la libertad, sino por un simple oportunismo. Cuando uno lucha por la libertad y debe elegir entre denunciar a China y Arabia Saudita (entre otros regimenes poco freedom-friendly) o Estados Unidos, yo creo que nadie lo duda. Pero ante la perspectiva de terminar como el Tank Man, esta gente habria preferido acabar como Bernstein y Woodward. Sea o no un montaje, este affaire demuestra a las claras que la hipocresia progre no tiene limites. Aplaudir cuando cae EEUU, pero protestar cuando se toca a bellezas democraticas como Cuba, Arabia Saudita, Iran o Corea del Norte demuestra a las claras la validez del discurso. Tal es asi que incluso Alberto Benegas Lynch, quien se muestra contrario a cualquier castigo a Assange, afirma que: «…El canciller cubano, Bruno Rodríguez, representante de un inmisericorde estado policial, ha tenido la desfachatez de denunciar a la diplomacia estadounidense en la reunión de mandatarios en Mar del Plata inaugurada el 3 de diciembre, quien también, con su presencia, ha convertido a la referida conferencia en una farsa monumental y en una escandalosa hipocresía debido a la declamada “defensa de la democracia” que suscribieron los países miembros…». Basicamente un liberal puro estaria en contra de ambas violaciones (tanto las innegables aberraciones cubanas, como las estadounidenses demostradas por wikileaks), pero no me queda claro si aun no es tambien defender la libertad establecer prioridades y reconocer que en medio de una guerra que EEUU debe ganar y en un contexto de un mundo lleno de enemigos de la libertad, en primer lugar habria que prestar atencion y denunciar las atrocidades de quienes consistente y continuamente atacan y destruyen la libertad de los suyos, y amenazan con destruir la nuestra. ¿Que opinan?

Dejo este articulo genial sobre Stuxnet (el mejor que lei del tema extraido de aqui):

«…In the 20th century, this would have been a job for James Bond.

The mission: Infiltrate the highly advanced, securely guarded enemy headquarters where scientists in the clutches of an evil master are secretly building a weapon that can destroy the world. Then render that weapon harmless and escape undetected.
But in the 21st century, Bond doesn’t get the call. Instead, the job is handled by a suave and very sophisticated secret computer worm, a jumble of code called Stuxnet, which in the last year has not only crippled Iran’s nuclear program but has caused a major rethinking of computer security around the globe.
Intelligence agencies, computer security companies and the nuclear industry have been trying to analyze the worm since it was discovered in June by a Belarus-based company that was doing business in Iran. And what they’ve all found, says Sean McGurk, the Homeland Security Department’s acting director of national cyber security and communications integration, is a “game changer.”
The construction of the worm was so advanced, it was “like the arrival of an F-35 into a World War I battlefield,” says Ralph Langner, the computer expert who was the first to sound the alarm about Stuxnet. Others have called it the first “weaponized” computer virus…»

Recordando las palabras de un presidente de los Estados Unidos

Reconocimiento de Palestina: mucho ruido y pocas nueces

 

En el día de hoy amanecí con la noticia de que Brasil, Argentina y Uruguay reconocían formalmente la existencia de “Palestina” como Estado libre e independiente. De más está decir que no resulta nada sorprendente este reconocimiento en vista de la ofensiva diplomática que llevó a cabo la Autoridad Palestina en todo el mundo (especialmente los países más alejados del continente americano) para obtener este logro de parte de la comunidad internacional. La razón de este accionar consiste en un evidente intento por parte del gobierno palestino de evitar el proceso de negociación y presionar a Israel, mediante medidas unilaterales avaladas por el resto de las naciones, para obtener concesiones de la otra parte antes de empezar a negociar, sin pagar el precio a cambio. Las causas de este rechazo a las negociaciones directas, a diferencia de lo que muchos puedan pensar, no pasa por el congelamiento o no congelamiento de asentamientos, sino por una cuestión del complejo conflicto intrapalestino del que – gobiernos como el brasilero, argentino o uruguayo – no tienen ni puta idea.

 

En lo personal, sí me sorprende enormemente la falta de visión a largo plazo del liderazgo palestino, ya que es obvio para cualquier persona medianamente informada que la realidad sobre el terreno no cambiará en lo más mínimo sin un acuerdo definitivo con Israel, en otras palabras, sin que palestinos e israelíes se sienten a negociar directamente en la misma mesa y se pongan de acuerdo en todos los puntos finales, para poner término de una vez a todos los reclamos del litigio y, en consecuencia, se logre la creación del Estado palestino. En palabras sencillas, no habrá “Palestina” sin acuerdo de paz con Israel. Esto ha sido siempre así, el gobierno de Estados Unidos e incluso algunos de la Unión Europea, ya adelantaron que no permitirán una decisión externa impuesta a las partes en el seno de Naciones Unidas, por lo que será vetada cualquier iniciativa de este tipo en el Consejo de Seguridad. Pero incluso, suponiendo que todos los países del mundo se pusieran de acuerdo en reconocer al Estado palestino antes de siquiera empezar a negociar, el resultado no sería muy diferente a la declaración de Argel en 1988… ¿alguien se acuerda que en 1988 se declaró la “independencia del Estado de Palestina” en el norte de África? (Arafat quizo hacer algo similar en el 2000). La respuesta es no, nadie se acuerda, por el simple hecho de que la creación de un país no pasa por un texto leído en voz alta en un salón con cámaras ni un reconocimiento masivo de la comunidad internacional (aunque son detalles importantes, pero detalles al fin), sino la creación en el terreno (de facto) de dicho Estado, empezando por instituciones, gobiernos, infraestructura, moneda, etc. Es decir, algo imposible en las condiciones actuales en las que se encuentran los territorios que supuestamente incorporaría ese Estado palestino. En conclusión, no se explicaría el objetivo que pretende cumplir el liderazgo palestino con esta iniciativa más que como una medida diplomática para presionar a Israel y llegar mejor posicionado a la mesa de negociación (si es que algún día piensan sentarse allí).

 

Ahora bien, mi idea al hacer este post no era desarrollar un análisis de los intereses de las partes involucradas en el conflicto, sino las razones que motivaron a ciertos países a caer en la trampa sin reflexión previa. Yo estoy absolutamente convencido en que, aquello que motivó al gobierno argentino a reconocer a “Palestina”, no responde a los mismos intereses que tiene el liderazgo palestino con esta iniciativa diplomática, sino a un juego de simple y pura ingenuidad. Me explico… Abbas le manda una carta a la presidente Cristina Fernández en donde le pide que reconozca el Estado palestino. Las autoridades argentinas se preguntan por qué no, si total la Autoridad Nacional Palestina tiene embajadas y reconocimiento internacional en cualquier lugar del planeta, mientras la Argentina apoya el derecho a la autodeterminación de los pueblos y la solución de dos Estados. En consecuencia, una vez que Brasil se decanta por el reconocimiento, la cancillería argentina lanza un comunicado similar en donde reconoce y apoya la creación de un Estado palestino, basado en las fronteras de 1967, cuyos límites definitivos serán acordados por las dos partes en el marco de las negociaciones de paz, conviviendo en fronteras seguras y pacíficas con Israel, etc, etc, etc. Es decir, el gobierno argentino cree ingenuamente que acaba de perpetrar un acto de justicia, promoviendo el proceso de paz, quedando bien con las dos partes, apoyando la solución de dos Estados y todos contentos. Uruguay, por su parte, es un apéndice de la política exterior argentina y las razones probablemente sean exactamente las mismas, mezclado también con una alta dosis de apatía y desinterés.

 

Brasil, por otra parte, es bastante más complicado. Lula sí decidió tomar partido por una de las partes, con un giro de 180 grados en su política exterior a último momento, justo cuando estaba por terminar su mandato. Se decantó por el discurso de la causa antiisraelí (que no “causa palestina”), se juntó con el eje iraní y apoyó abiertamente su programa nuclear, se opuso a la decisión del Consejo de Seguridad con respecto a las sanciones y quiso demostrar sus delirios de grandeza en el campo de la geopolítica mundial, inmiscuyéndose en un asunto sumamente delicado al que ni le interesa conocer más que para sacar un rédito político particular. Creo que las causas de este comportamiento tienen que ver con un desafío a Estados Unidos y un deseo de presentar a Brasil como potencia mundial, más que un genuino interés en perjudicar directamente a Israel (como podría ser el caso de Chávez) o meterse en una temática que le resulta totalmente ajena.

 

En definitiva, en este tema los países sudamericanos no pinchan ni cortan. Sencillamente no son relevantes. La creación de un Estado palestino, las características y fronteras de dicho Estado, con las consiguientes implicaciones del fin del conflicto árabe-israelí y el reconocimiento internacional de dicho país, se definirán fuera de esa región (y fuera de la ONU). Claro que, ante esta noticia de relativa importancia, los mismos de siempre salieron con las banderitas tricolores a festejar y proclamar encendidos discursos propagandísticos, mientras que algunos pro-israelíes se rasgaron las vestiduras creyendo que se acercaba el fin de las negociaciones y comenzaba una escalada judeófoba a nivel mundial. Todas son exageraciones y magnificaciones, cuyos análisis en Argentina, como siempre, se destacaron por su pobreza intelectual, falta de información real del tema y desconocimiento absoluto de los intereses genuinos de los implicados. Prueba de estos patéticos análisis es la estúpida valorización del reconocimiento argentino como portador de una “legitimidad mayor” por haber sido expresado por un canciller judío, lo que también demuestra un desconocimiento acerca del mismo país donde esos “analistas” viven, dado que la política exterior del gobierno argentino está dictada por la señora presidente de la nación, mientras que el canciller es un funcionario más que responde a la política de la Casa Rosada, sin importar que se llame Timerman, Taiana o Mongo Aurelio. Además, en lo personal considero que tener como canciller a Biondini es lo mismo que tener a un judío como Verbitzky o Brieguer en ese cargo, de manera que el apellido o la pertenencia étnico-religiosa del ministro de turno pierde toda relevancia cuando se trata del campo de las ideas de cada individuo particular. No le otorga mayor ni menor legitimidad. Pero parece que algunas personas siguen creyendo que la mayoría de los judíos argentinos piensan como la docena de intelectualoides zurdos, con apellido medio moishe, que escriben (perdón, vomitan) todos los días en Página/12, gente totalmente alejada de su comunidad que, en números, no representan a la décima parte de los judíos; entonces creen erróneamente que – como nunca escucharon un Schvlindermann, un Steiner o un Perednik que hablaran a favor de Israel en los medios de comunicación – los judíos minoritarios son justamente estos últimos (totalmente al revés)… pero esa es otra historia, para otro post tal vez.

 

Y hablando de pobreza intelectual, no paro de reírme cuando escuchaba a la mañana a un grupo de periodistas en Radio Nacional deleitarse de placer por el reconocimiento de “Palestina” por parte de la Argentina, mezclando cosas sin relación alguna (Estados Unidos, tercer mundo, Rachel Corrie, asentamientos, bombardeo de Gaza, equipo de fútbol palestino, Barenboim, Intifada, paz, muro, orquesta judeo-árabe, Rusia, Afganistán Bananistán, etc… mezclando las palabritas que se aprendieron de memoria en el diario del Partido Obrero), hasta armar una ensalada panfletaria antisionista pésimamente condimentada para el público en general (que a esas alturas el conflicto palestino-israelí le debió parecer más difícil de entender que el sistema digestivo binario de un marciano extraterrestre de la quinta galaxia de Andrómeda). Honestamente, lo que esos chavistas argentinos puedan pensar de Israel me resbala completamente, lo tomo como de quien viene (con humor). Lo que realmente me molestó y me hizo hervir la sangre es cuando esos sinvergüenzas utilizaron algunas citas descontextualizadas, modificadas y retrucadas de Jacobo Timerman para mostrar que, hasta semejante personalidad, estaba en contra de Israel. No hay nada más cobarde que manipular la memoria de un hombre – torturado durante la dictadura por ser judío y sionista – precisamente para atacar a Israel, nación que defendía como propia. No hay una bajeza mayor que citar descaradamente a un muerto que, lógicamente, no se puede defender. Ahí fue cuando, lamentablemente, tomé conciencia de que también hay cierta mierda sumamente despreciable dentro del kirchnerismo, cuya existencia no puedo negar. Lo que sí me atrevo a afirmar es que esa gentuza no necesariamente responde a la posición del actual gobierno argentino, menos aún en lo que se refiere a asuntos de política exterior. Porque lo que hizo el gobierno argentino se trata de un acto de pura ignorancia, no de mala fe. De eso no tengo dudas. A la Argentina no le interesa dañar sus relaciones con Israel ni decantarse por un lado del conflicto en detrimento del otro, sino que pretende quedar bien con todos. Por eso creo que la decisión argentina, aunque desacertada por supuesto, no refleja una actitud negativa u hostil contra nación alguna, sino un genuino deseo de hacer lo correcto y cumplir las expectativas de sus socios favoreciendo las resoluciones pacíficas de los conflictos.

 

Eso es todo lo que yo pienso, sin pena ni gloria, del reconocimiento de “Palestina”. Una noticia más que quedará en el olvido.

 

La mejor manera de ocultar el fracaso propio es negar el éxito ajeno

Ya no se dice Vietnam ni Oslo

Gustavo D. Perednik

El error radical, obviado también en sus ejemplos emblemáticos

(Aclaración de Jabotito: las cursivas verdes son exclusivamente mías)

Acuerdos de Oslo, 13 septiembre 1993: Rabin y Arafat bajo el auspicio de Clinton

La capital de Noruega y el Este de Indochina comparten una curiosa característica: su mera mención puede revelar el fiasco de la posición «progresista» en sus diversas variantes. Por ello ésta elude el recuerdo y soslaya fracaso bajo el velo de una supuesta extinción de todas las ideologías.

El gobierno de los partidos comunistas fue rechazado por más de treinta países que lo padecieron durante décadas. Entre ellos brilla con luz propia la República Socialista de Vietnam, proclamada el 2 de julio de 1976.

Dicha proclamación fue precedida por una devastadora guerra de tres lustros que cobró más de tres millones de vidas, y que concluyó sólo cuando los vencedores cumplieron cabalmente con su objetivo de desmantelar Vietnam del Sur y no dejar ni un palmo de suelo vietnamita con propiedad privada.

En Occidente, la intelectualidad y los medios fueron casi unánimes en conferir a la voz «Vietnam» un mensaje idealizado, indeclinable y movilizador: viva la revolución.

Apenas una década después, el mensaje comenzó a colapsar, a partir de que el Partido Comunista de Vietnam implementó, en 1986, la estrategia del «Doi Moi» («renovación»): una gradual introducción del mercado libre y de la propiedad privada de granjas y compañías; desregulación, e inversión extranjera. Gracias a esta política, emergió una de las economías de más rápido crecimiento en el mundo, con aumento en la producción industrial y agrícola, en la construcción, la vivienda y las exportaciones.

Por eso ya no se dice Vietnam, porque la consecuencia lingüística de las medidas adoptadas fue que los millones de personas que con sólo pronunciar el bisílabo solían sumirse en un hechizo escatológico, actualmente evaden la palabra. La infrecuencia de ésta en los medios de hoy en día es, en efecto, tan enorme como lo fuera su omnipresencia en el discurso cotidiano de los años ochenta.

Ya no se dice Vietnam, tampoco para revisar críticamente los motivos del mutis. La guerra en ese país parece haber sido no sólo cruenta sino también estéril, incluso de moralejas. Y tan inútiles como ella fueron las múltiples campañas en ella inspiradas, la Guerra Fría, y las interminables purgas y revoluciones, y muerte por doquier.

Vietnam es el emblema de cómo, casi finalizando el siglo XX, el espejismo marxista se disipó, ya sea porque existió simplemente en la infecunda teoría, o bien porque cuando intentó llevarse a la práctica se limitó a generar liberticidio y estancamiento.

(Se les cayó el muro real y erigieron un muro mental, junto a sus aliados islamistas. ¿Quiénes van a contramano de la historia?)

Para sus otrora portavoces es arduo reconocerlo, ya que no puede minimizarse la muerte de millones de personas por hambre y persecuciones bajo el nimio epíteto de «error».

Pero el examen es imperioso, precisamente para quienes fundamentaron una buena parte de su ideología en los principios que naufragaron.

Salteamos aquí la distinción entre una teoría sostenida como diagnóstico, y la misma presentada como terapia social, porque es falaz toda apología para la que «el marxismo hace una descripción correcta de la realidad, pero en cuanto se lo aplica a la misma no produce los resultados esperados».

La ineficacia de una vacuna, un descubrimiento o una idea, es una prueba de que sus presupuestos teóricos están intrínsecamente equivocados (Comentario de Jabotito: a diferencia de lo que hacen algunos autores marxistas como Hobsbawm cuando llama al socialismo soviético con el eufemismo de «comunismo real existente«). Por ello deben ser revisados con valentía, hasta que revelen su esencial quimera, sobre todo porque su fracaso no se extendió por apenas algunos meses, sino durante ochenta años. En suma: no corresponde el panegírico sino una autopsia general, guiada por dos preguntas:

· ¿Cuál fue el error fundamental del marxismo, que desveló su inherente insuficiencia para explicar cómo funciona la sociedad?

· ¿Por qué el error pudo durante un siglo engañar a tantos, incluso a mentes brillantes?

El abismo entre los vaticinios y la realidad

Una minoría de intelectuales denunció el fiasco, pero habitualmente se concentraron más en los indicadores sociales que llevaron a la caída final, y menos en el esquema teórico del que se desprendía la falacia. Se ocuparon, acaso con razón, de cómo la Unión Soviética tambaleaba, pero no de cómo el Manifiesto Comunista engañaba.

(¿Por qué se sigue estudiando teoría marxista en la UBA como si la plusvalía fuera un hecho comprobado? Sería como que en física se siguiera enseñando la ley del flogisto)

En 1950, Nikita Krushchev anunciaba que en veinte años el nivel de vida comunista iba a superar al de EEUU, y que antes del año 2000 «el capitalismo sería enterrado». León Trotski había vaticinado que en 1948 «la Cuarta Internacional se habrá convertido en la fuerza revolucionaria decisiva de nuestro planeta». Su discípulo y biógrafo, Isaac Deutscher, había publicado en 1933 El peligro del barbarismo sobre Europa, donde urgía a la izquierda a unirse contra Hitler y, por toda respuesta, los comunistas lo expulsaron del partido por «exagerar el peligro del nazismo y difundir el pánico».

Y así todos, imperturbables ante una realidad que desmentía a los estalinistas que se aliaron al nazismo, a los maoístas que cosecharon hambrunas y desolación, a los trotskistas que se limitaron a teorizar sobre entelequias.

He aquí la primera de las tres grandes contradicciones del marxismo que hemos de señalar: una teoría que se ufana de ser profundamente materialista, se encerró en análisis meramente hipotéticos.

Consecuentemente, cuando se equivocó no volvió a sopesar la teoría, y continuó parapetándose en visiones apocalípticas dignas de la más fanatizada religión.

El marxismo previó que el gobierno revolucionario, por decreto, cambiaría la naturaleza humana. Atribuía a la transferencia de los medios de producción consecuencias escatológicas, cuando se trataba de una mera medida burocrática.

Una medida que exaltaban como al heraldo del fin de la explotación, de la plusvalía, de la alienación, y de la desigualdad. La partera de un hombre nuevo, que haría que el Estado se esfumara, y se desvanecieran los conflictos.

Lo concreto es que, en vísperas de la perestroika, en los años ’80, con toda la propiedad en manos del Estado, no sólo no habían nacido «hombres nuevos» ni se había alcanzado nirvana social de ninguna índole, sino que los indicadores mostraban a las claras que las sociedades socialistas no funcionaban. Los mismos elocuentes indicadores que exhibe el único país aferrado al dogma: Corea del Norte, con desabastecimiento energético, constantes averías y apagones, crecimiento económico per cápita nulo o negativo, esperanza de vida en disminución, y una ineficiencia que causa hambre.

Este último dato es notable: incluso las ocasiones en las que la producción socialista daba resultados, los retrasos en la distribución provocaban una escasez que a su vez generaba colas, acaparamiento de productos y racionamientos. Las cosechas siempre resultaban más pequeñas de lo planeadas pero, peor aún, cuando el cereal, las papas, el azúcar, la remolacha y las frutas finalmente se obtenían, se echaban a perder antes de llegar a las tiendas.

(El mayor éxito del socialismo real fue transportar las riquezas de unas pocas manos capitalistas a unas pocas manos comunistas, como el marxista Breznev, quien recordemos poseía una colección personal de limusinas. Un héroe de la revolución, y quien diga lo contrario es simplemente un «facho pro-gringo»)

Concretamente, el «hombre nuevo» significó, en China, la muerte por hambre de unos 30 millones de personas entre 1958 y 1961; y en la Unión Soviética, que hacia 1990 más de cien mil aldeas carecieran de línea telefónica. La economía civil carecía de fotocopiadoras, de computadoras, de lo indispensable para la logística moderna.

La ruina de las telecomunicaciones era en parte resultado de la censura del partido, que impedía el intercambio rápido de información, y en parte la consecuencia de que la asignación de recursos era pésima, y previsiblemente la economía colapsaría.

Para dar dos ejemplos: a) los bonos e incentivos concedidos a las empresas se determinaban por el número de trabajadores empleados, lo que condujo a la contratación de grandes cantidades de obreros innecesarios. El sobreempleo era, en efecto, un aspecto del despilfarro.

b) Las cuotas de producción se fijaban únicamente en términos cuantitativos, lo que daba lugar a la producción de artículos de muy baja calidad, y al engaño constante acerca de lo producido.

Las empresas más subsidiadas eran siempre las peores, las que más dilapidaban recursos. Ello generaba una creciente corrupción, en la que todo empleado escondía algo debajo del mostrador, para sus amigos o parientes, o para soborno.

En mayo de 1988, cuando aparecieron en Rusia los primeros pimpollos de autocrítica, el diario Pravda publicó un artículo que resumía así la condición de la economía socialista: «Ni uno solo de los 170 sectores esenciales de la economía ha cumplido ni una sola vez con los objetivos de los planes trazados durante los últimos 20 años… esto trajo una reacción en cadena de desequilibrio que ha llevado a una anarquía planificada…»

Las explicaciones existen

(En Venezuela hay desabastecimiento de energía y combustible, escacez de productos, pobreza, 150.000 muertos por inseguridad, falta de libertades civiles y caos en la economía… ¿veremos al chavismo correr la misma suerte que su pariente marxista soviético y su «hermana» revolución islámica? Esperemos que se les acaben los barriles de petróleo muy pronto)

La gran pregunta es por qué la asignación de los recursos era tan ineficiente que llevó al derrumbe. Desde la literatura se habían dado algunas respuestas. La única novela de Henry Hazlitt (1894-1993), La gran idea (1951), responde por qué no funciona una economía planificada. Narra la experiencia de Pedro Uldanov, heredero al imperio comunista de Nuevomundo en el año 2100, y cómo su padre Stalenin le informa de las purgas y de los complots para asesinarlo. Pedro descubre la gran idea para rescatar a la sociedad del estancamiento en el que estaba sumida: la libertad. En la novela, el socialismo no funciona por tres motivos:

· Porque deslegitima el afán de lucro, que es el motor de la producción;

· porque no hay criterios para determinar el valor de los productos; y

· porque el planificador de la sociedad no ve las infinitas causas operando en ella.

La madre de todos los errores era sostener que el valor de las cosas depende del trabajo invertido en ellas por los obreros, y que por lo tanto hay una clase que vive apropiándose de lo que éstos producen.

La lucha de clases, que era el centro de la ideología, ya casi no ocupa lugar en las nuevas plataformas de los partidos de izquierda representativos. Se aspira a sociedades policlasistas, y a partir de ello el corazón del marxismo deja de latir.

Además, la perestroika rusa destapó el tacho de los crímenes cometidos durante un siglo, mientras ni un sindicato, ni una huelga, ni una manifestación, ni un diario opositor, ni nada, habría podido objetar la realidad para mejorarla.

En 1920, cuando la experiencia soviética tenía sólo tres años de edad, Ludwig von Mises demostraba que el socialismo estaba encaminado a la ruina. Pasemos por alto la corrupción, el autoritarismo, el desabastecimiento, la represión, la falta de libertades, las purgas. Ignoremos todos los vicios de las dictaduras.

(Matanzas comunistas en Camboya. Qué bella es la revolución!)

El tema básico irrefutable continúa siendo el mismo: el mejor intencionado planificador social general, no sabe qué hacer.

Una economía moderna con un sistema de división de trabajo avanzado, tecnologías sofisticadas y una amplia variedad de equipamiento de capital, es demasiado compleja para que los planificadores puedan organizarlos y preverlos exitosamente. Hay demasiado conocimiento (y muchos tipos diferentes de conocimiento) dispersos entre demasiada gente. A veces ni el poseedor de los conocimientos sabe que los posee; a veces, no quiere compartirlos.

El planificador es incapaz de centralizar toda la información relevante y cambiante de una sociedad compleja. Es incapaz de organizar todo en la economía justo de la manera correcta para que «esté bien».

Recordemos que el gobierno soviético fijaba 22 millones de precios, 460.000 tipos de salarios, 90 millones de cargos gubernamentales. Todo, en base de caprichos de burócratas. El resultado fue el caos y la escasez y, en el proceso, se perdieron la ética del trabajo, las oportunidades empresariales, y la iniciativa privada. En condiciones de monopolio total, la economía es sencillamente destruida.

Los precios, la herramienta esencial para que una economía funcione racionalmente, no se formaban: se dictaminaban como veredicto inapelable por un juez todopoderoso, y por ello no eran indicadores de nada más que de los caprichos del soberano.

En suma, el error básico del socialismo fue desalojar la racionalidad de la economía.

La pregunta consiguiente es cómo pudo defenderse la irracionalidad. También Mises lo ha explicado: los marxistas supieron construir tres corazas para protegerse de la crítica, a saber:

1) enseñaron que su sistema es fatalmente inevitable, y por lo tanto quien no coincidiera con él iba a contramano de la historia;

2) impidieron que se debatiera cómo ha de organizarse la sociedad socialista, circunscribiéndose exclusivamente a la crítica demoledora de la que no lo es;

3) negaron a la lógica su carácter obligatorio, válido, y general para todos los hombres y todas las épocas. Toda crítica era ipso facto descalificada por «burguesa».

He aquí la segunda de las tres contradicciones: aunque sostenían que su postura era «ciencia pura», rechazaban el método científico que consiste en revisar cada paso y criticar los resultados.

La tercera paradoja marxista es que sostiene que todos actuamos movidos por nuestros intereses, salvo los intelectuales marxistas, quienes superan sus impulsos e intereses por medio de la iluminación que les producen las santas fuentes de su religión.

En suma: uno puede seguir sosteniendo el marxismo, aferrado a una teoría que jamás se tradujo en éxitos reales, tanto como puede insistir en el espiritismo y en que los OVNIS nos visitan. Lo que no puede es argumentar que sus creencias son doctrinas científicas.

Sin la teoría del valor, que derivó en el mito de la plusvalía, cae la doctrina marxista, y cae Vietnam.

La voz Oslo tuvo un destino similar. Durante una década repitieron en el mundo académico, también el israelí, que los Acuerdos de Oslo firmados con Arafat en 1993 constituían la única salida posible hacia la paz. Pero se cumplieron las advertencias de los opositores al acuerdo y, lejos de llevarnos a la paz, las concesiones a las agrupaciones terroristas generaron el peor baño de sangre de la historia de Israel. Entonces los pacifistas obran como los marxistas: sencillamente dejan de recordar el «error».

(Resultado del proceso de Oslo y los dictadores «ahoristas» de la «paz»: 1.600 cadáveres israelíes. No dudo de las buenas intenciones de Rabin en su momento, aunque sí dudo de la cordura de los «profetas de la paz» que siguen insistiendo que ese es el camino en la actualidad)

El verdadero boicot para derribar a Israel

Excelentes Articulos Recomendados

No podia dejar de recomendar estos articulos:

-Ezequiel Eiben, colaborador del blog, escribio un articulo en respuesta a un articulo de Daniel Alaluf («¿Quien Mato a Rabin?»). De mas esta decir que es excelente:

A no intentar ser demasiado tzadik sin realmente serlo

«…Lo que escribe el señor Daniel Alaluf, en algunos pasajes roza lo grotesco. La primera gran falacia es decir que el verdadero enemigo de Israel esta adentro y no afuera. Esto lleva a una magnificación exclusivista del problema interno y a una relativización de la amenaza externa. Irán es un verdadero enemigo, Hamas es un verdadero enemigo, Hizballah y Jihad Islámica son verdaderos enemigos. Al escritor le pueden parecer más o menos amenazantes, pero no puede decir que no son verdaderos enemigos. Es una burla a las familias israelíes que lloran a sus hijos jaialim muertos en combate o sus hijos civiles asesinados en atentados terroristas. Es una postura ideologicamente perversa que sostiene parte de la izquierda israelí carente de memoria y muchas veces de moral.
No considerar verdaderas amenazas como es debido, es fomentado por organizaciones que se van radicalizando y encima creen ser las únicas y auténticas herederas del legado de Rabin, pero lo deforman y lo manipulan para su propio provecho político. Estoy hablando de Shalom Agshav, entre otras…»

«…También hay un párrafo dedicado a Biniamin Netanyahu que es sumamente destructivo. Condenable fue que Netanyahu aplaudió pancartas que mostraban a Rabin con uniforme de las SS nazis. Pero en lo que resta, ¿qué quiere Alaluf? Por un lado se queja de que la derecha de 1970 es retrógrada y que no deberían mantenerse aquellas posiciones, y por otro lado cuando Netanyahu modera su postura y la derecha admite la futura creación de un estado palestino también protesta como si fuera una hipocresía. Pareciera que nada le viene bien en cuanto a las posiciones de la derecha; mejor dicho, no le viene bien la derecha directamente.
Atribuirle responsabilidad a Netanyahu por el asesinato de Rabin son injurias y calumnias graves. Es inventar o retocar, basado en ninguna prueba, una causa lejana y mostrarla como una causa principal y eficiente…»

-Caroline Glick nos muestra una cuestion fundamental sobre el asunto de WikiLeaks: la cobardia de EEUU.

«American leaders are afraid to fight their enemies. They don’t want a confrontation with Iran or North Korea, or Venezuela or Turkey for that matter, because they don’t want to deal with difficult situations with no easy answers or silver bullets to make problems disappear…»

«WikiLeaks showed that there is no Israel lobby plotting to bring the US into a war to serve Jewish interests. There is something approaching an international consensus that Iran is the head of the snake that must be cut off, as the Saudi potentate described it…»

Y LA PARTE FUNDAMENTAL (SEGUN MI CRITERIO):

«THE FINAL irony of the WikiLeaks scandal is the cowardice of WikiLeaks that stands at the foundation of the story. Founded in 2006, Wikileaks was supposed to serve the cause of freedom. It claimed that it would defend dissidents in China, the former Soviet Union and other places where human rights remains an empty term. But then China made life difficult for WikiLeaks and so four years later, Assange and his colleagues declared war on the US, rightly assuming that unlike China, the US would take their attacks lying down. Why take risks to defend dissidents in a police state when it’s so much easier and so much more rewarding to attempt to destroy free societies?
Assange and company are hardly the first to take this course. Human Rights Watch, created to fight for those crushed under the Soviet jackboot, now spends its millions of George Soros dollars to help terrorists in their war against the US and Israel. Amnesty International forgot long ago that it was founded to help prisoners of police states and instead devotes itself to attacking the imaginary evils of the Jewish state and Western democracies…»

No podia dejar de mencionar el terrible incendio (probablemente provocado de forma deliberada) que azota el Norte de Israel y ya se cobro mas de 40 victimas fatales y 15000 evacuados. B»H se solucionara pero para ello se necesita ayuda, por lo que quienes puedan aqui pueden hacer una mitzvá. Ya se esta recibiendo ayuda de diversos paises y pronto podremos ver nuevamente los bosques y la belleza del Carmel, un milagro en el desierto.

Januca Sameaj le Kulam! Articulo recomendado: «Este Januca celebremos el Liberalismo y el Sionismo».

Maguen David en Teheran

Si señores, una estrella de david en Teheran, y no precisamente para bombardear nada. La cuestion es que cuando Iran era un pais pro-occidental de la mano del Sha, Israel era un aliado. Y entre otras cosas ingenieros israelies construyeron el Aeropuerto de Teheran.  Parece que a modo de regalito les dejaron esto:

Que conste que las autoridades ya han mandado a sacar tan ofensivo simbolo. Esto ocurre, segun el JPost, 3 meses despues de que se descubriera otra estrella de david en el techo de un edificio en la Plaza de la Revolucion de Teheran. Al respecto de eso recomiendo lean esta nota donde se menciona el hecho.

Para concluir, una frase del lider supremo, el Ayatollah Ali Khamenei: » Wherever in the world the Zionists want to build a building, they try to somehow make sure the sinister symbol of the Star of David is on it. Their political work is also similar.».
Traduccion: «Dondea sea en el mundo que los sionistas quieran construir un edificio, se encargan de asegurarse de que de alguna forma el siniestro simbolo de la Estrella de David este en el.  Su trabajo politico es similar.» Siempre con esa dulzura, Ali.

Israel es un Estado canalla

Generalmente no me gusta hacer copy-paste de otros blogs, pero esta ocasión amerita romper las reglas. El  discurso  fue pronunciado por Gabriel Latner, un estudiante de Cambridge, de 19 años de edad, en un reciente debate de la Sociedad de Debates de la universidad. Si digo que es brillante, me quedo muy corto.

A los amigos de Israel, les va a alegrar el día.

A sus enemigos, a los que se empeñan en deslegitimar, calumniar, agraviar y difamar al Estado hebreo, les va a dejar un mensaje muy claro: muchachos, sus días de gloria se están acabando.

Ésta es una guerra de ideales y los otros oradores presentes esta noche son, con todo derecho, idealistas. Yo no lo soy. Yo soy realista. Estoy aquí para ganar. Tengo un único objetivo esta tarde: lograr que la mayor parte del público salga por la puerta del “sí”.

Me enfrento a un reto singular: muchos de ustedes, si no todos, han tomado partido. Este tema polariza demasiado la opinión para que la gran mayoría no tenga una opinión formada. Estaría dispuesto a apostar que la mitad de ustedes apoya firmemente la propuesta a debate, y la mitad se opone firmemente a ella.

Quiero ganar, y estamos destinados a un empate. Estoy tentado de hacer lo que mis compañeros, los demás oradores, van a hacer: un simple refrito de todo lo que de malo ha hecho el gobierno israelí, con la intención de satisfacer a quienes están de acuerdo con ellos. Y tal vez culpabilizar a los escasos indecisos presentes para que voten a favor de la propuesta o, más exactamente, en contra de Israel.

Sería muy fácil torcer el sentido y el significado de las “leyes” internacionales para hacer que Israel parezca un estado criminal. Pero eso ha sido hecho hasta los límites más extremos.

Sería más fácil aún apelar a vuestra simpatía con historias personalizadas del sufrimiento palestino. Y se pueden pronunciar discursos muy elocuentes sobre esas cuestiones.

Pero la verdad es que tratar mal a la gente, sea a sus ciudadanos, sea a los de una nación ocupada, no convierte a un estado en “canalla”. Si lo hiciera, Canadá, EE.UU. y Australia serían todos estados canallas, fundándose en cómo tratan a sus poblaciones indígenas. El tratamiento que Gran Bretaña da a los irlandeses, la calificaría fácilmente para motejarla del mismo modo. Estos argumentos, aunque emocionalmente satisfactorios, carecen de rigor intelectual.

Más importante aún: simplemente, no creo que podamos ganar con esos argumentos. No van a cambiar los números. La mitad de los presentes estará de acuerdo con ellos, la otra mitad no. Así que voy a probar algo diferente, algo un tanto alejado de la ortodoxia.

Voy a tratar de convencer a los sionistas acérrimos y partidarios de Israel, aquí, esta noche, para que voten afirmativamente por la propuesta. Al final de mi intervención, habré presentado cinco argumentos a favor de Israel que demostrarán que Israel es, si no un “estado canalla”, al menos “pícaro”.

Quiero ser claro. No voy a sostener que Israel es “malo”. No voy a sostener que no merece existir. No voy a sostener que se comporta peor que cualquier otro país. Sólo voy a argumentar que Israel es “canalla”.

La palabra “canalla” ha llegado a tener connotaciones excepcionalmente condenatorias. Pero la palabra en sí es valorativamente neutral. El Diccionario Oxford de Inglés define canalla como “aberrante, anormal, fuera de lugar, que ocurre (especialmente en forma aislada) en un lugar o tiempo inesperado”, a la vez que un diccionario de una institución mucho más grande da esta definición: “comportarse de maneras que no se esperan o no normales, frecuentemente de forma destructiva”.

Estas definiciones, y otras, se centran en la idea de anomalía: lo inesperado o poco común. Usando esta definición, un estado canalla es aquel que actúa de una manera inesperada, poco frecuente o aberrante. Un estado que se comporta exactamente como Israel.

El primer argumento es estadístico. El sólo hecho de que Israel sea un Estado judío lo hace lo bastante anómalo como para ser llamado Estado canalla: hay 195 países en el mundo. Algunos son cristianos, algunos son musulmanes, algunos son seculares. Israel es el único país judío del mundo. O, para hablar en términos matemáticos por un momento, la probabilidad que tiene cualquier estado, elegido al azar, de ser judío es de 0,0051. En comparación, la probabilidad de ganar al menos £10 con un billete de lotería del Reino Unido es de 0,017: más del doble. La condición judía de Israel es una aberración estadística.

El segundo argumento concierne al humanitarismo de Israel y, en particular, a la respuesta de Israel ante una crisis de refugiados. No ante la crisis de los refugiados palestinos —porque estoy seguro de que los demás oradores la cubrirán—, sino ante la cuestión de los refugiados de Darfur. Todo el mundo sabe lo que ocurrió y sigue ocurriendo: en Darfur hay un genocidio, quieran o no las Naciones Unidas y la Liga Árabe denominarlo de ese modo. (De hecho, espero que el Sr. Massih sea capaz de hablar acerca de eso: en realidad, es algo así como un experto en lo que respecta a la crisis en Darfur; de hecho, es su experiencia la que le ha hecho indicado para representar al ex dictador de Sudán, mientras está siendo investigado por la Corte Penal Internacional.)

Se ha producido un éxodo masivo de Darfur, los oprimidos buscan seguridad. No han tenido mucha suerte. Muchos se han ido hacia el norte, a Egipto, donde son tratados de manera despreciable. Los valientes hacen una carrera por el desierto, intentando llegar a Israel. No sólo se enfrentan a las amenazas naturales de la península del Sinaí, sino también a los soldados egipcios que patrullan la frontera y los utilizan para practicar tiro al blanco. ¿Por qué se arriesgan? Porque en Israel se los trata con compasión —se los trata como a los refugiados que son—, actitud de la que tal vez sea culpable la memoria cultural de genocidio de Israel. El gobierno israelí ha ido muy lejos, hasta el punto de conceder la nacionalidad a varios cientos de refugiados de Darfur. Esto, por sí sólo, sitúa a Israel aparte del resto del mundo.

Pero la verdadera clave de la diferencia es la siguiente: las FDI envían soldados y médicos a patrullar la frontera con Egipto. Los envían en busca de refugiados que intentan cruzar a Israel. No para enviarlos de vuelta a Egipto, sino para salvarlos de la deshidratación, del agotamiento por calor y de las balas egipcias.

Comparen esto con la reacción de EE.UU. ante la inmigración ilegal a través de su frontera con México. El gobierno estadounidense ha arrestado a particulares por haber dado agua a los que cruzaban la frontera y que se estaban muriendo de sed, y aquí el gobierno de Israel envía a sus soldados para salvar a los inmigrantes ilegales. Llamar anómalo a ese tipo de comportamiento es quedarse corto.

Mi tercer argumento es que el gobierno israelí se dedica a una actividad que el resto del mundo rechaza: negocia con terroristas. Olvídense del ex Presidente de la OLP, Yasser Arafat, un hombre que murió con sangre en las manos: Israel está en el proceso de negociación con terroristas en estos momentos. Yasser Abed Rabbo es uno de los negociadores líderes de la OLP que ha sido enviado a las conversaciones de paz con Israel. Abed Rabbo fue también líder del FPLP, una organización de “luchadores por la libertad” que, bajo la dirección de Abed Rabbo, se dedicaba a la promoción de actividades por la libertad tales como el asesinato de 22 estudiantes israelíes de secundaria.

Y el gobierno israelí envía delegados a sentarse en una mesa con este hombre, y a hablar de paz. Y el mundo aplaude. Nunca verán al gobierno español en conversaciones de paz con los líderes de la ETA, ni el gobierno británico negociaría nunca con Thomas Murphy. Y si el presidente Obama se sentara a hablar de paz con Osama Bin Laden, el mundo lo vería como una locura. Pero Israel no puede hacer exactamente lo mismo y ganarse el reconocimiento internacional en el proceso. Ésa es la definición que da el diccionario de “canalla”: comportarse de una manera inesperada o no normal.

Otra parte de la definición del diccionario es el comportamiento o actividad “que ocurre en un lugar o tiempo inesperado”. Cuando se compara a Israel con sus vecinos regionales, se pone de manifiesto hasta qué punto Israel es canalla. Y aquí está el cuarto argumento: Israel tiene un historial de derechos humanos mejor que cualquiera de sus vecinos. Jamás, en ningún momento de la historia, ha habido un estado democrático liberal en Medio Oriente, excepto Israel. De todos los países de Medio Oriente, Israel es el único donde la comunidad gay y lesbiana disfruta de cierta, pequeña, igualdad.

En Kuwait, Líbano, Omán, Qatar y Siria, la conducta homosexual se castiga con azotes, encarcelamiento, o ambas cosas. Pero los homosexuales están ahí un poco mejor, en comparación con sus homólogos de Irán, Arabia Saudita y Yemen, donde son condenados a muerte. Los homosexuales israelíes pueden adoptar, servir abiertamente en el ejército, efectuar uniones civiles, y están protegidos por una legislación anti discriminatoria en términos excepcionalmente enérgicos. Le gana a una sentencia a muerte. De hecho, le gana a Estados Unidos.

La protección de las libertades civiles de los ciudadanos de Israel se ha ganado el reconocimiento internacional. Freedom House es una ONG que emite un informe anual sobre democracia y libertades civiles en cada uno de los 195 países en el mundo. Califica a cada país como “libre”, “parcialmente libre” o “no libre”. En Medio Oriente, Israel es el único país que ha obtenido la calificación de país “libre”. No es de extrañar, dado el nivel de libertad que se les otorga a los ciudadanos de Líbano, digamos —un país calificado como “parcialmente libre”—, donde hay leyes contra periodistas que critican, no sólo al gobierno libanés, sino también al régimen sirio. Espero que la Sra. Booth hable acerca de esto, dada su experiencia laboral como “periodista” para Irán.

Irán es un país calificado como “no libre”, lo que lo sitúa junto a China, Zimbabwe, Corea del Norte y Myanmar. En Irán, como espero que la Sra. Booth diga en su discurso, existe un “Tribunal de Prensa”, que procesa a los periodistas por delitos atroces, tales como criticar al Ayatollah, informar sobre historias que dañen los “fundamentos de la república islámica”, usar “fuentes sospechosas” (es decir, occidentales) o insultar al Islam. Irán es el líder mundial en términos de periodistas encarcelados, con 39 periodistas (que sepamos) en la cárcel en 2009. También expulsaron a casi todos los periodistas occidentales durante las elecciones de 2009. (No sé si la Sra. Booth se vio afectada por ello.)

Supongo que, en realidad, no podemos esperar otra cosa de una teocracia. Que es lo que son la mayoría de los países de Medio Oriente. Teocracias y autocracias. Pero Israel es la exclusiva, la única, la canalla democracia. De todos los países del Medio Oriente, sólo en Israel las protestas contra el gobierno no son aplastadas y no se censura la información.

Tengo un argumento final —el último clavo en el ataúd de la oposición—, y está sentado justo al otro lado del pasillo. La presencia del Sr. Ran Gidor aquí es la única prueba que a cualquiera de nosotros debería bastarle para decir, con toda confianza, que Israel es un estado canalla. Para aquellos de ustedes que nunca han oído hablar de él, el Sr. Gidor es un consejero político agregado a la embajada de Israel en Londres. Es el tipo que el gobierno israelí envió para que lo represente en las Naciones Unidas. Sabe lo que está haciendo. Y está aquí esta noche. Y es increíble.

Consideremos, por un momento, lo que significa su presencia aquí. El gobierno de Israel ha firmado el permiso para que uno de sus representantes diplomáticos, de alto nivel, participe en un debate sobre su legitimidad. Eso es notable.

¿Creen, por un minuto, que algún otro país haría lo mismo? Si en la Sociedad de Debates de la Universidad de Yale se debatiera la propuesta “Esta casa cree que Gran Bretaña es un estado racista y totalitario que le ha hecho un daño irrevocable a los pueblos del mundo”, ¿Gran Bretaña permitiría participar a alguno de sus funcionarios? No.

¿Participaría China en un debate sobre el status de Taiwán? Nunca. Y no hay absolutamente ninguna posibilidad de que se le permita a un funcionario del gobierno estadounidense participar en un debate acerca del trato a los prisioneros en la Bahía de Guantánamo.

Pero Israel ha enviado al Sr. Ran Gidor para discutir esta noche con una “periodista” estrella de la televisión pseudo realista, y conmigo, un estudiante de derecho de 19 años de edad, totalmente no calificado para hablar sobre el tema en cuestión.

Todos los gobiernos del mundo deben de estar riéndose de Israel en este momento, porque olvidó la regla número 1: nunca hay que añadirles credibilidad a los chiflados mezclándose con ellos. Es la misma razón por la que no veremos a Stephen Hawking ni a Richard Dawkins debatir con David Icke. Pero Israel está haciendo precisamente eso. Una vez más, comportándose de una manera inesperada o no normal. Comportándose como un Estado canalla.

Éstos son los cinco argumentos dirigidos contra los partidarios de Israel. Pero me quedan uno o dos minutos. Y he aquí un argumento para todos ustedes: Israel, deliberada y enérgicamente, no tiene en cuenta el derecho internacional. En 1981 Israel destruyó Osirak, el laboratorio para la bomba nuclear de Sadam Hussein. Todos los gobiernos del mundo sabían que Hussein estaba construyendo una bomba. Y no hicieron nada. A excepción de Israel. Sí, al hacerlo, violó la ley y la costumbre internacional. Pero también nos salvó a todos de un Irak nuclear.

Esa acción canalla debería otorgarle a Israel un lugar de respeto a los ojos de todos los pueblos amantes de la libertad. Pero no es así. Pero esta noche, mientras nos escuchan parlotear, quiero que recuerden algo: mientras ustedes están aquí, el Irán de Jomeini está trabajando en la bomba. Y si son honestos con ustedes mismos, saben que Israel es el único país que puede hacer, y hará, algo al respecto. Israel, por necesidad, actuará de una manera que no responde a la norma, y será mejor que esperen que lo haga de forma destructiva. Cualquier persona sana preferiría un Israel canalla a un Irán nuclear. Excepto la Sra. Booth.

 Traducido para porisrael.org por Jose Blumenfeld Difusión: http://www.porisrael.org/porisrael/